El secreto profesional


El secreto profesional está muy vinculado con algunas profesiones, por ejemplo, la de médico o la de psicólogo. En este tipo de casos, se trata del aspecto confidencial que rodea la relación entre el profesional y el paciente o su cliente. Al final, el secreto profesional muestra el respeto hacia la profesión y todo lo que conlleva ejercer con dignidad un trabajo.

Pues bien, este comportamiento también debe de extenderse por pura ética personal a cualquier otro trabajo. Es bueno ser prudente, saber qué es lo que puedes contar y qué no, y especialmente, no airear los asuntos de la oficina en cualquier entorno, sino tener la madurez necesaria.

Cuando se actúa de este modo se tienen relaciones mucho más profundas incluso dentro del plano del trabajo. Una persona discreta es confiable, alguien que te puede ayudar en un momento de dificultad, una persona que tiene un profundo respeto por el ser humano en general. Por el contrario, aléjate del peligro que genera una persona que expande rumores constantemente sobre terceras personas o también, quienes critican al jefe como si fuese un deporte nacional.

Esa energía que se pierde en temas innecesarios se debe invertir en algo mucho más productivo y positivo en la rutina diaria. Por ejemplo, en hacer bien el trabajo, en atender mejor a los clientes, en apostar por la formación, en aportar ideas… Por otra parte, ser alguien discreto con los temas laborales también es una gran elegancia. Ya que por ejemplo, alguien que es honesto, más allá del desencanto que haya podido tener con una empresa, evita criticarla incluso cuando ya no forma parte de ella. Siempre es bueno ser agradecido por las oportunidades que se han tenido en un momento determinado. Por tanto, aunque el secreto profesional es más estricto en unas profesiones que en otras, es positivo en todas.

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