Un trabajo puede volverse tóxico por diferentes razones. Pero la situación más insoportable es la de tener un jefe que parece inhumano y trata a sus empleados como marionetas y no como personas. Por suerte, este tipo de situaciones son mínimas, sin embargo, el daño que producen a nivel emocional es ilimitado: inseguridad en uno mismo, miedo a los demás, ansiedad en el trabajo, falta de visión de futuro, infelicidad, cansancio… ¿Cómo sobrevivir a un trabajo tóxico?
Cada persona busca su camino
En este sentido, conviene recordar que la libertad es la base de lo humano y cada persona reacciona de forma totalmente distinta ante un caso similar, precisamente, porque no existe un camino común para todos. Existen personas cuya mejor opción es la de buscar otro trabajo, en otros casos, existen personas que prefieren renunciar y otras, en cambio, prefieren seguir luchando. Lo mejor siempre es aquella decisión que una persona toma de forma libre y abierta.
No te acostumbres a tu situación
Los seres humanos tenemos la capacidad de acostumbrarnos a lo mejor pero también, a lo peor. Es decir, llega un momento en el que aquella persona que lleva viviendo situaciones tóxicas durante tanto tiempo puede perder la perspectiva real de que eso no es lo normal, ni tampoco lo ideal. Por ello, debe aspirar a formar parte de un proyecto en el que trabajar no le cueste la salud.
Aunque con frecuencia se dice que una persona tiene que ser más fuerte que el entorno porque con su actitud puede no dejarse afectar por tanta negatividad exterior, lo cierto es que es prácticamente un milagro pedirle a un empleado que no sufra cuando tiene un jefe tóxico que le trata de malas maneras. Recurrir a la frase de sé fuerte puede suponer todavia más culpa y malestar porque implica poner la responsabilidad de la situación en quien no la tiene. El empleado, en este caso, es una víctima inocente.