1. Identificar posibles mejoras para implementar nuevos cambios

La información visual es clave para clarificar aquellos puntos que están limitando la verdadera evolución del proyecto. Por ejemplo, existe la posibilidad de identificar causas de bloqueo que propician el estancamiento.

2. Previsión y planificación

A través de un mapa de procesos es posible hacer un seguimiento de objetivos cumplidos. Aunque el documento también permite visualizar la previsión de futuro por medio de lo expuesto en el plano. De este modo, es posible alinear los componentes que integran el proceso con los objetivos a corto, medio y largo plazo.

3. Posicionar los roles en el plano

En un proceso intervienen distintos agentes implicados que desempeñan un papel clave. ¿Quiénes son los perfiles que adquieren una mayor relevancia en el contexto? El plano visibiliza dicha información. Cada rol está perfectamente acompañado por funciones, responsabilidades y tareas. La diferenciación de roles mejora la comunicación entre los profesionales que intervienen en las actividades que forman parte del plan de acción.

La excelencia de un proceso influye positivamente en la calidad del producto o servicio ofrecido al cliente. Por ello, se convierte en una forma de diferenciación ante otros competidores y en un valor añadido para sorprender al público objetivo. Por tanto, es una herramienta que mejora la comprensión del propio entorno de trabajo. Ofrece una descripción del contexto desde una perspectiva holística. Aunque el plano también pone el acento en lo concreto.