1. Reinvención profesional: en busca de un nuevo camino laboral

La reinvención profesional no se concreta de forma inmediata en unos pocos días o semanas. Generalmente, es una experiencia más a medio plazo puesto que la persona necesita dedicarse un espacio para tomar decisiones, adquirir nuevas destrezas o prepararse para conseguir nuevos retos. Por ejemplo, es habitual que el protagonista invierta ese tiempo en su formación.

2. Descansar: autocuidado, bienestar y prevención del estrés

En otros casos, el año sabático se convierte en una necesidad desde el punto de vista físico y emocional. La persona necesita hacer un alto en el camino para cuidarse, descansar y mitigar los efectos del estrés que ha acumulado durante un periodo previo. En cualquier momento de la carrera profesional, más allá de cualquier expectativa por alcanzar un éxito determinado, hay que recordar que no hay nada tan importante como el bienestar interno.

3. Vivir una intensa experiencia de voluntariado

Sin duda, el voluntariado es un objetivo compatible con la vida académica o profesional. Existen tantos proyectos disponibles que la persona puede encontrar una iniciativa que se ajuste a sus horarios y disponibilidad. Sin embargo, algunas experiencias de voluntariado requieren de un mayor nivel de dedicación a largo plazo. Proporcionan una valiosa experiencia práctica que es importante añadir en el currículum.

4. Año sabático después de la universidad

Vivir un año sabático después de la etapa universitaria no significa quedar estancado en la inactividad. Quienes aprovechan de forma consciente este periodo de tiempo, disfrutan de un amplio catálogo de vivencias: viajes culturales, experiencias de voluntariado, asistencia a charlas y congresos…

5. Inmersión lingüística: aprender o perfeccionar un idioma

La decisión de tomar un año sabático está acompañada por su objetivo correspondiente. La inmersión lingüística es una meta que priorizan aquellas personas que quieren aprender inglés, francés, alemán o cualquier otro idioma. Con frecuencia, quien disfruta de su año sabático siente que este propósito es una prioridad en su vida profesional. Quiere esforzarse para mejorar cuanto antes su nivel.

6. Año sabático para pasar más tiempo con la familia

El año sabático, en los diferentes casos y ejemplos, pone de manifiesto la importancia que adquiere la gestión del tiempo. Pues bien, también es habitual que quienes planifican esta experiencia en algún momento de la vida profesional, quieran pasar más tiempo con su familia.

7. Encontrar tiempo para escribir y publicar un libro

Existen proyectos creativos que se posponen ante la necesidad de atender otros asuntos más inmediatos. La escritura requiere de un largo proceso de estructuración de ideas, búsqueda de inspiración, correcciones posteriores, atención al detalle, búsqueda de información sobre aspectos legales… ¿Quieres escribir un libro sobre emprendimiento? Tal vez ese sea el sueño que lleves a cabo durante un año sabático.

8. Preparación para montar un negocio

Finalmente, un año sabático también puede alinearse con otra expectativa vinculada con el mundo emprendedor: montar un negocio. ¿Quieres dedicarte a planificar ese proyecto con el máximo detenimiento?

Si quieres prepararte para dar ese paso, y prefieres concentrarte en una meta exigente, disfruta de tu año sabático. Es importante que, cuando llegue el instante, vivas plenamente el presente. ¿Cómo te gustaría recordar ese periodo de tiempo después de cinco años? El futuro, como horizonte temporal, puede ayudarte todavía más a poner en perspectiva el significado de la decisión que has tomado.

1. El objetivo aporta foco y dirección

¿Hacia dónde te diriges exactamente? ¿Cuál es el escenario que quieres alcanzar? La planificación no se concreta en una intención clara y deliberada. Por el contrario, la planificación es una guía que está respaldada por el poder del foco y la dirección que marca el horizonte final del camino.

2. Reducir errores evitables

Los errores se integran en la realidad de negocios y empresas. Es decir, forman parte del proyecto. Evidentemente, conviene reducir la frecuencia de los fallos cometidos y minimizar su alcance. ¿Y cómo conseguirlo a corto y largo plazo? Conviene poner más atención en la planificación y, por el contrario, es recomendable evitar la improvisación continua.

3. Aprendizaje consciente

Como hemos señalado, la improvisación sí es viable en el ámbito empresarial. De hecho, en algún instante puede que sea la medida más necesaria en la práctica. Sin embargo, la formación eleva el nivel de preparación de autónomos, empresarios, emprendedores y líderes que ocupan puestos de responsabilidad. La claves de una decisión que se ha tomado de forma improvisada no están tan claras como un proceso que se ha desarrollado de manera consciente.

4. La improvisación se alinea con el azar y la casualidad

Cada decisión, incluso aquella que es más sencilla en apariencia, produce consecuencias. Sin embargo, las consecuencias son más inciertas cuando surgen después de un paso que no ha sido verdaderamente deliberado. El azar y la casualidad, a veces, son favorables para la evolución del proyecto. Pero conviene no tentar a la suerte con acciones que implican demasiados riesgos.

5. El cambio es una constante en el contexto actual

¿Qué ocurre cuando la improvisación se enmarca en un escenario como el actual? El cambio es una constante que se materializa en la realidad no solo a largo plazo. De hecho, es un ingrediente que toma forma de manera inmediata. Solo tienes que observar la evolución de diferentes acontecimientos de la actualidad para percibir la transformación continua. En consecuencia, el propio entorno no es favorable para el arte de la improvisación excesiva.

6. Hay que tener mucha experiencia e intuición para improvisar

El poder para improvisar complementa otras habilidades y competencias que emprendedores, empresarios y autónomos desarrollan a lo largo de su carrera. Sin embargo, la capacidad de improvisar se perfecciona al compás de una amplia experiencia profesional. Es decir, no es fácil alcanzar ese nivel de seguridad para arriesgar sin una estrategia clara. En definitiva, es preciso recorrer un extenso camino para llegar a tener la perspectiva necesaria y los recursos clave para improvisar en el mundo de los negocios.

7. Adoptar un liderazgo consciente

Hay diversos estilos de liderazgo. Como líder es importante que personalices una fórmula específica, o que combines varias propuestas complementarias, para dar forma a tu propio papel. De este modo, dejas huella a través de una influencia que es coherente con los principios y valores que te guían como empresario o emprendedor. La improvisación no transmite un mensaje claro al equipo de trabajo porque es frecuente que, a partir de esta forma de actuar, se produzcan contradicciones habituales entre la palabra y la acción.

¿Qué otras razones para no improvisar en exceso en el mundo de los negocios quieres comentar a continuación?

1. Actualización del currículum y adaptación de la información

La búsqueda de empleo pone una atención esencial en este documento clave: el currículum. Es importante mejorarlo, modificarlo y actualizarlo (en forma y contenido). Pero, además, es recomendable que el contenido se adapte a los requisitos, características y cualidades del puesto (así como a los valores de la empresa).

2. Proactividad: planificación y acción para encontrar empleo

Mantener el foco en la búsqueda de empleo y oportunidades laborales es determinante para conseguir resultados positivos en un periodo próximo. En definitiva, potencia la planificación a través de un calendario que describe el horario que vas a seguir y el orden de pasos a desarrollar. Conecta con tu propósito y tu finalidad a través de preguntas que te orientan hacia el futuro. En definitiva, encuentra tu para qué.

3. Busca empleo y oportunidades laborales en varios medios y canales

¿Qué medios y recursos puedes utilizar en tu búsqueda de empleo y oportunidades laborales? Es aconsejable que mantengas la constancia para consultar nuevas ofertas a través de distintas publicaciones especializadas. Además, no descuides el networking porque es un importante valor para quien está inmerso en un proceso que es mejor recorrer acompañado. En última instancia, aunque buscar trabajo sea una experiencia personal e individual, recuerda que puedes contar con distintas redes de apoyo.

4. Actitud positiva: fortalece tu autoestima

El modo de afrontar la búsqueda activa de empleo cambia de manera significativa en función de aspectos concretos que una persona puede cultivar en sí misma. Mantener la autoestima alta no siempre es un propósito sencillo. Especialmente, si la meta final no se materializa en un corto plazo de tiempo. Sin embargo, hay un factor clave que no debes ignorar: el autocuidado.

Es decir, el nivel de dedicación que muestras en el proceso no debe ocupar todo tu espacio vital. No debes abandonar otros aspectos tan importantes como el ocio, el descanso, la amistad, las rutinas saludables…

5. Haz seguimiento de las acciones que llevas a cabo

Si quieres buscar trabajo y encontrar oportunidades profesionales, no te limites a cumplir con las tareas que has integrado en el plan de acción. Esos pasos necesitan un seguimiento. A veces, es preciso insistir un poco más en un punto concreto. Especialmente, cuando tienes la expectativa de optar a un puesto que te encanta o quieres colaborar con una empresa que admiras de verdad.

6. Comparte tu proceso con tus contactos, familiares y amigos

¿Quieres buscar trabajo y encontrar oportunidades profesionales en poco tiempo? Entonces, haz que tu entorno más cercano sea partícipe del objetivo que quieres lograr y de la etapa en la que te encuentras. Cada uno, desde su posición, puede ayudarte de formas diferentes. Por ejemplo, un contacto puede informarte sobre una oportunidad profesional interesante.

7. Revisa tus creencias sobre la posibilidad de encontrar trabajo rápido

No puedes controlar lo que ocurra a partir de ahora. Pero sí puedes influir en tus propias creencias. Tal vez consideres que es muy difícil encontrar pronto un empleo. Pues bien, amplía tu perspectiva a través del ejemplo de quienes lo lograron.

1. Altos niveles de estrés, ansiedad y agotamiento psicológico

A veces, la persona tiene la certeza interior de que ha llegado al límite de sus fuerzas (o se encuentra cerca de ese escenario). Es decir, cada día se convierte en un foco de estrés, ansiedad o agotamiento psicológico.

Y esta situación negativa se prolonga desde hace demasiado tiempo. En este contexto, el profesional puede hacer balance del camino recorrido para poner en perspectiva el futuro que visualiza si continúa en ese mismo escenario. Aunque una persona puede potenciar su autocuidado emocional, las circunstancias externas también importan. Y, a veces, estas no son propicias para alimentar la calma, la concentración y la conexión positiva con el presente.

2. Ganar tiempo y energía para invertirlos en un objetivo importante

El tiempo es uno de los recursos que necesitas gestionar e invertir para lograr cualquier objetivo que te marques en tu vida profesional. A veces, cuando la insatisfacción y la infelicidad se convierten en las notas predominantes de la jornada laboral, ese nivel de desgaste puede trasladarse más allá del trabajo. Es decir, puede afectar a otras esferas de la vida.

Abandonar un puesto de empleo sin haber encontrado otra oportunidad profesional no es una decisión sencilla. Pero, a veces, se convierte en la mejor alternativa para quien desea ganar tiempo y energía para invertirlos en una meta muy importante.

3. Marcar un verdadero punto de inflexión en la vida laboral y personal

Como hemos comentado, esta decisión es compleja. Por ello, es una medida que no debe relativizarse porque produce consecuencias inmediatas. Sin embargo, es un paso que puede marcar un verdadero punto de inflexión en la vida laboral y personal. Así sucede cuando la decisión se ha valorado y meditado durante mucho tiempo.

En esa circunstancia, el profesional ha analizado las ventajas, los beneficios, las oportunidades y las dificultades que plantea ese cambio. Y concluye que es lo mejor que puede hacer si quiere marcar un punto de inflexión en su vida laboral y personal (es consciente de que el tiempo pasa demasiado rápido y no quiere seguir dejándose arrastrar por la inercia previsible del día a día).

4. Descansar durante un tiempo antes de buscar otro empleo

Aunque es habitual deducir que este paso conduce de forma inevitable a la búsqueda inmediata de otro trabajo, algunos profesionales prefieren descansar durante un tiempo. Es decir, quizá se tomen un año sabático que no es sinónimo de inactividad. Ese tiempo libre puede propiciar el descubrimiento de otras muchas experiencias valiosas.

5. Cuando es la mejor alternativa (aunque no sea perfecta o ideal)

Dejar un trabajo sin tener en perspectiva una oportunidad a corto plazo, no es la primera opción que se suele considerar a nivel inmediato. Sin embargo, a pesar de que la medida genere incertidumbre, dudas o confusión, o despierte la incomprensión en una parte del entorno familiar, puede percibirse como la mejor alternativa frente a otras acciones que perpetúan el desgaste y el sufrimiento actual.

1. Estrategia flexible: una hoja de ruta abierta a los cambios

Si quieres emprender, no solo necesitas una buena idea, sino también un plan de acción. Sin embargo, es aconsejable que tu estrategia sea lo suficientemente flexible como abrirse a los cambios que pueden surgir durante el proceso. Es decir, un guion completamente rígido no describe la realidad de un tiempo que está tan determinado por el poder del cambio constante. En definitiva, la planificación es clave, por ello, el plan de negocio es la herramienta ideal.

2. Inteligencia emocional: gestión de emociones desagradables

Es importante que el emprendedor conecte consigo mismo y escuche sus emociones. A este respecto, conviene indicar que es posible que experimente emociones desagradables en distintos momentos. Por ejemplo, puede convivir con la frustración, el miedo, el enfado, la ira o la incertidumbre. En el mundo de los negocios es importante entrenar la inteligencia emocional como un motor de resiliencia. Las emociones descritas son desagradables, pero no se identifican como negativas. Es importante establecer dicha diferenciación porque, en caso contrario, el emprendedor puede llegar a renunciar a su propio sueño profesional.

3. Crea una buena red de apoyo: construye una alianza fuerte con el equipo y los proveedores

El nivel de incertidumbre se intensifica a partir de la soledad. Por el contrario, un emprendedor también tiene el poder de construir una red de apoyo a través de las alianzas que crea con su equipo y con los proveedores. Existen distintas fórmulas que facilitan el acceso a servicios clave para el proyecto. Y el outsourcing es un claro ejemplo de ello, ya que destaca por su flexibilidad.

4. No pierdas el foco: identifica tu propuesta de valor en relación con la demanda

Un emprendedor exigente puede frustrarse al intentar encontrar una idea que no ha sido descubierta hasta el momento. Por el contrario, la clave del éxito en el proceso de emprendimiento se aleja de ese tipo de expectativa. Lo realmente esencial es mantener el foco de atención en lo más importante. En primer lugar, no olvides cuál es tu propuesta de valor: acota su significado y potencia su diferenciación. Por otra parte, analiza la demanda y las necesidades que quieres cubrir.

5. Formación constante e información actualizada: claves para conocer nuevas tendencias

Los cambios se suceden con mucha velocidad en un periodo de incertidumbre. En ese contexto surgen nuevas tendencias y variables que conviene anticipar a través de la formación reciente y la información actualizada. Es decir, es aconsejable que el emprendedor practique el hábito del estudio y la lectura de la prensa del día. Por medio de la consulta de distintas fuentes, lee temas de interés sobre finanzas, empresas, economía, sociedad, marketing, ciberseguridad, negocios, emprendimiento…

6. Casos de éxito y fracaso: descubre la historia de otros emprendedores

Finalmente, cada emprendedor experimenta su propia historia. Pero hay espacios de conversación que permiten conocer casos de éxito y lecciones aprendidas a partir de fracasos vividos en el mundo de los negocios. A través de esta comunicación continua con el entorno, un emprendedor tiene la posibilidad de ampliar su mapa del mundo por medio del conocimiento de otros relatos que, aunque diferentes, tienen algún aspecto en común. Por ejemplo, emprender en tiempos de incertidumbre, dificultad y cambio.

¿Te gustaría montar tu propio proyecto durante el próximo año o en un horizonte a medio plazo? Afronta la incertidumbre con los recursos que tienes a tu alcance.

1. Un liderazgo obsoleto que no se adapta a las necesidades actuales

Este es uno de los principales fallos que hay que evitar: permanecer estancado en una forma de influencia que no se adapta a la realidad actual. De este modo, algunos profesionales siguen recreando una posición de poder que pone el acento en el reconocimiento basado en la autoridad y la jerarquía. Pues bien, muchas empresas y negocios están evolucionando hacia una forma de liderazgo con un componente más democrático y participativo. En este contexto, los miembros del equipo se sienten más escuchados.

2. Ausencia de formación en inteligencia emocional y social

Es habitual que emprendedores y empresarios se formen para desarrollar nuevas habilidades y competencias. Un buen nivel de especialización mejora el grado de conocimiento del proyecto corporativo. Sin embargo, algunas personas dejan en un segundo plano un pilar tan importante como la inteligencia emocional y social. Es decir, no actualizan su currículum con cursos de liderazgo que aportan información de valor sobre los distintos tipos de líderes, la comunicación empática, la asertividad, las técnicas de negociación, el salario emocional… Recuerda que la formación constante puede ayudarte a convertirte en el líder que quieres llegar a ser.

3. Falta de interacción y cercanía con el equipo

En el lado más extremo de la balanza se encuentra el papel del líder ausente: aquel que marca una distancia notable con el equipo. De este modo, no produce la admiración deseada en los demás, sino que transmite un bajo nivel de implicación en la evolución del proyecto. No conoce verdaderamente a los colaboradores, ni hace un seguimiento de sus tareas. Pues bien, las carencias en el marco de la comunicación pueden materializarse en distintos grados (sin llegar al extremo de ser un líder totalmente ausente e inaccesible).

4. Búsqueda de aprobación y reconocimiento externo

La realidad del líder muestra numerosos matices desde el punto de vista emocional. En ocasiones, la persona busca la aprobación continua y el reconocimiento externo. Sin embargo, esto puede hacer que la persona intente agradar a todos aquellos que le rodean. En ocasiones, la falta de seguridad personal tiene la forma del síndrome del impostor. A pesar del excelente nivel de formación y conocimiento, la persona teme ser descubierta en cualquier error que evidencie su supuesta incapacidad para adoptar una posición de liderazgo de manera responsable y consciente.

5. Reuniones poco eficaces e interminables

El líder debe cuidar la comunicación con el equipo. Y la reunión es un formato práctico para intercambiar puntos de vista, hacer seguimiento de la evolución de un proyecto, planificar próximos objetivos y fortalecer la confianza. Sin embargo, las reuniones pierden su verdadera utilidad cuando se convierten en interminables y recurrentes. Es decir, es importante complementar esta propuesta con otras formas de comunicación.

6. No delegar con confianza

Uno de los principales errores de emprendedores y empresarios es no delegar con confianza. Este hecho repercute negativamente en la capacidad de aprendizaje del propio equipo que se encuentra en un contexto que no le permite crecer de forma plena. Por otra parte, cuando un líder quiere ocuparse de todas las tareas, termina con una sobrecarga que puede afectar de manera negativa a su salud a través del estrés y el cansancio.

Hay otros errores de liderazgo que cometen emprendedores y empresarios en la actualidad. En Empresariados hemos compartido seis ejemplos.

1. Busca un interés en común

En este contexto, es habitual que surjan muchas diferencias entre las partes. Sin embargo, es esencial buscar y encontrar un interés en común para profundizar en torno a esa cuestión que puede llegar a convertirse en el hilo conductor de la negociación. Hazte preguntas clave que te ayuden a avanzar en el proceso. ¿Cuál crees que es el objetivo de la otra parte? ¿En qué punto se encuentra ahora? ¿Y qué distancia le separa de dicha meta?

2. Estilo adoptado en la negociación: colaborativo

Existen muchas maneras de negociar. Con frecuencia, cada uno se centra en su deseo de vencer al contrario a partir de un acuerdo que tiene la forma «yo gano» mientras que tú, por el contrario, pierdes. Pues bien, el enfoque adoptado en la negociación puede ser colaborativo. Desde este ángulo, el otro se transforma en un aliado: su influencia y determinación son decisivas para conseguir una solución que sea favorable para ambas partes. Es decir, a veces, es necesario cambiar el enfoque de la negociación para abordar el diálogo desde la práctica de la colaboración.

3. Mantener la amabilidad

Una negociación tiene distintas etapas y algunos instantes pueden ser muy complejos. En ocasiones, surgen bloqueos importantes que parecen limitar la posibilidad de seguir adelante con el diálogo. Pues bien, hay un ingrediente que influye favorablemente en los instantes de cordialidad y, también, en aquellos en los que el trato con el otro no fluye con tanta facilidad. La amabilidad es un aprendizaje consciente desde el punto de vista de la inteligencia emocional. Un aprendizaje que pone el foco en el cuidado de la persona. Más allá de los intereses y las posiciones adoptadas, el factor humano marca la diferencia.

4. Conoce y aplica tus fortalezas

¿Qué ingredientes pueden convertirse en un buen punto de apoyo durante un proceso de negociación? Es esencial que quien interviene en una negociación sepa cuáles son sus puntos fuertes. Pueden ser determinantes para seguir avanzando sin caer en la trampa de la impaciencia, la duda o la desorientación. Del mismo modo, es aconsejable que puedas identificar y reconocer las fortalezas de la otra parte, así como sus debilidades.

5. Identifica lo que no es negociable y los aspectos más flexibles

Es posible explorar muchos caminos diferentes durante una negociación. Pero conviene delimitar el mapa para establecer una diferencia entre lo que sí es negociable y aquellas cuestiones que, por el contrario, no son objeto de debate. Es recomendable clarificar el contexto de la comunicación para no generar interferencias, ruido o confusión. Desde esta perspectiva, sabrás cuándo te conviene ceder y en qué momento es mejor no hacerlo.

6. Aprende de tus negociaciones previas con la otra parte (o con perfiles similares)

Tal vez puedas poner en perspectiva las distintas negociaciones que has abordado hasta el momento. ¿Cuáles son las lecciones principales que has alcanzado a partir del proceso? ¿Cómo pueden ayudarte esas enseñanzas para afrontar un nuevo reto pendiente? ¿Qué fallos y equivocaciones quieres evitar de forma intencional? Es especialmente importante que tengas en cuenta tu experiencia adquirida en negociaciones anteriores con la otra parte (o con perfiles similares).

7. Poner el foco en el cierre

Una negociación evoluciona cuando se alinea realmente con un objetivo alcanzable. Pues bien, es esencial poner el foco de atención en el cierre del proceso (incluso cuando se percibe como muy complejo).

Por tanto, una negociación importante es un proceso. Y es esencial avanzar hacia el objetivo definitivo con confianza y determinación.

1. Intentarlo (antes de que sea demasiado tarde)

Hay muchas ilusiones profesionales que quedan en una especie de lista de metas pendientes. Y el tiempo pasa tan rápido que, en algún momento, un emprendimiento que se percibía como una posibilidad, queda en un segundo plano. Es decir, pasa a formar parte de esos retos que no se materializaron en algo concreto.

2. Libertad

La vida de un emprendedor también está condicionada por circunstancias específicas del propio emprendimiento. Por ejemplo, aunque la flexibilidad de horarios se presenta como una aspiración, esta no es infinita. Pero la percepción de la libertad personal surge del propio poder de elegir un camino entre otras muchas alternativas posibles. Es decir, el profesional decide comenzar un camino de crecimiento, proyección, proactividad y entrega.

3. Mejorar la calidad de vida

La calidad de vida de un profesional puede mejorar desde distintas perspectivas: conciliación, gestión del tiempo, economía, visión del futuro… Pues bien, muchos emprendedores de más de 40 años deciden dar el paso para marcar un punto de inflexión en algún plano de su carrera laboral. Quizá han buscado con insistencia una oportunidad que no ha llegado a través del trabajo por cuenta ajena. Y, en esta etapa de la vida, se sienten preparados para transformar el aprendizaje y la experiencia adquiridos hasta el momento en un proyecto viable.

4. Gestión del riesgo y la incertidumbre

La mayoría de las personas de 40 años ya ha superado algún capítulo previo de dificultades, obstáculos y desafíos. Y la perspectiva de lo vivido ha aportado grandes lecciones de resiliencia. Es decir, han adquirido recursos y habilidades para gestionar el riesgo y la incertidumbre (algo que resulta esencial en un contexto como el presente puesto que el cambio es constante). Emprender después de los 40 años no es garantía de éxito. Sin embargo, no intentarlo, más allá del propio deseo de lograrlo, deja muchas preguntas pendientes que generan un peso a largo plazo.

5. Seguir los pasos de aquellos que ya lo lograron

A veces, el emprendimiento se convierte en una fuente de inspiración a nivel profesional. Es decir, el emprendedor decide seguir los pasos de otras personas que han dedicado tiempo y dinero a la conquista de un sueño. Desde tu propia posición también puedes modelar otros comportamientos, hábitos y acciones que te lleven al éxito.

6. Superar los límites frecuentes del edadismo

Hay muchos estereotipos que pueden condicionar la libertad personal. Algunos de esos prejuicios y etiquetas limitantes proceden de creencias relacionadas con el edadismo (que están tan arraigadas en algunas personas). Sin embargo, la edad no tiene un valor absoluto en la vida profesional de un ser humano. No debería determinar sus opciones, oportunidades o posibilidades de crecimiento. En definitiva, date la oportunidad de intentarlo y no te dejes determinar por los límites del edadismo.

7. Trascender y dejar huella (en los demás, pero también en uno mismo)

Emprender después de los 40 supone dejar huella en el entorno pero, principalmente, esa iniciativa puede marcar un punto de inflexión en el propio destino personal. Es decir, es una experiencia que influye en la forma en que la persona se percibe a sí misma a través de su potencial, su talento, sus habilidades, sus competencias…

¿Has superado la barrera de los 40 años y valoras la posibilidad de convertirte en emprendedor? Encuentra tus propias motivaciones para intentarlo ahora o en un horizonte próximo.

La citación ante un juicio rápido por alcoholemia: momento clave

Cuando una persona supera el nivel permitido en un control de alcoholemia, el conductor no actúa de forma responsable con el mantenimiento de la seguridad vial. En consecuencia, puede recibir una citación como parte implicada en los hechos que se juzgan de manera objetiva. Ese momento marca un punto de inflexión en la vida de la persona implicada en un proceso que debe preparar de forma consciente. Por esta razón, es muy importante contactar con un abogado especializado en casos de alcoholemia que tenga una amplia experiencia.

Es recomendable que prestes atención a las cuestiones más relevantes del proceso. Es decir, debes estar informado de aspectos clave como cuáles son las pruebas que acreditan los hechos, el plazo de tiempo establecido en el marco de la citación judicial o cuáles son tus derechos. Hay que profundizar en las variables del caso de manera individual para tener en cuenta todos los factores en su conjunto. Por ejemplo, la perspectiva cambia cuando el conductor ya tiene antecedentes penales en su trayectoria. Eso significa que la persona ha estado inmersa en el pasado en una situación similar que ha supuesto algún tipo de riesgo para los demás o ha generado daños materiales que tienen un valor determinado desde el punto de vista económico.

Conducir bajo los efectos del alcohol es un delito en sí mismo

Conviene puntualizar que el delito al que hacemos referencia pone el acento en la responsabilidad individual del conductor al no actuar de manera coherente con la normativa correspondiente en seguridad vial. Es decir, incluso cuando su acción no ha ocasionado un daño inmediato en el entorno, sí ha supuesto una amenaza potencial para los demás. Por esta razón, la naturaleza del propio delito, en este caso, es inherente al hecho en sí mismo: la conducción bajo los efectos del alcohol.

El objetivo de un juicio rápido es evitar que el proceso derive en plazos más largos de tiempo. Por ello, se cita a todas las partes implicadas en el asunto para clarificar la cuestión. Es importante que, en caso de estar inmerso en un escenario de estas características, consultes el criterio de un abogado especializado para defender tus intereses. No olvides que el apoyo de un experto, que conoce los aspectos más relevantes del proceso, puede ser determinante para llegar a lograr un buen acuerdo. Es esencial colaborar de forma responsable para que la situación se resuelva cuanto antes. A este respecto, hay que recordar que, cuando una persona no se presenta ante una citación, está interfiriendo de manera negativa en la actuación de la justicia.

Preparación emocional y personal: clave para mantener la tranquilidad

Más allá de la dimensión legal, el proceso también tiene una perspectiva emocional. Por ello, la figura del abogado es clave para mantener la tranquilidad durante el proceso. Sencillamente, la preparación es esencial para anticipar lo que va a ocurrir.

El abogado estudia el caso en profundidad para determinar cuál es la mejor manera de afrontarlo. En muchas ocasiones, la medida más efectiva es reconocer los hechos con sinceridad. Es decir, en esa circunstancia, la persona muestra su conformidad. Sin embargo, tal vez sea posible plantear la defensa desde otra perspectiva.

1. ¿Qué objetivo está limitado de manera negativa por el miedo?

El miedo puede hacer que descartes incluso aquellos caminos que pueden hacerte verdaderamente feliz. Sin embargo, el temor que tiene la forma del vértigo ante lo desconocido puede ser muy limitante. Si tienes una vocación emprendedora, o el potencial de llegar a desarrollar este perfil profesional, es probable que haya muchos momentos en los que te visualices en un proyecto, sector o proceso. ¿Qué forma y características tiene esa imagen que percibes cuando estás relajado o te sientes plenamente conectado con la fuerza de la vida?

2. Imagina que has alcanzado tu jubilación: ¿Qué huella te hubiese gustado dejar en el entorno como emprendedor?

La perspectiva temporal puede ayudarte a conextualizar el presente desde una óptica más amplia. Ten en cuenta que el ahora está permanentemente vinculado con el futuro. Quizá ahora consideres que todavía te quedan muchos años de vida laboral. Pues bien, imagina que has alcanzado la edad de jubilación o que te encuentras muy cerca de ese momento. ¿Qué huella te hubiese gustado dejar en el entorno como emprendedor? ¿Cómo deseas que te recuerden aquellos compañeros, empleados, proveedores, contactos profesionales y clientes que te han conocido? ¿Y cómo quieres recordarte tú a ti mismo?

3. ¿Qué fortalezas y cualidades han percibido en ti profesores, jefes, compañeros de trabajo y mentores?

El modo en el que tú te percibes a ti mismo es muy significativo. Pero el amor propio y la autoestima también se amplían con la retroalimentación que recibes de los demás. Si analizas tu historia académica y profesional, seguro que recuerdas a diferentes personas que han dejado un impacto positivo en tu existencia. Por ejemplo, profesores, jefes, compañeros de trabajo y mentores te devuelven una imagen amable de ti mismo a través del espejo del compañerismo, la admiración o el reconocimiento.

4. ¿Qué áreas despiertan tu curiosidad y tus ganas de aprender?

Algunas personas consiguen transformar una afición en una fuente de ingresos. Otras perfeccionan su dominio, su técnica o su conocimiento en torno a un sector concreto. ¿Qué temas y áreas despiertan tu curiosidad y tu implicación con frecuencia?

5. ¿Qué te encantaría hacer si la vida te diese la oportunidad?

Hay muchos objetivos y expectativas pendientes. Y quedan en el ámbito de las ilusiones, deseos y propósitos sin concretar. ¿Pero qué te encantaría hacer si la vida te diese la oportunidad de desarrollarte como emprendedor? ¿Qué reto te encantaría asumir si las circunstancias fuesen propicias para ello? Pues bien, recuerda que el primero que debe creer en esa posibilidad eres tú mismo.

6. ¿Qué soluciones encuentras ante las excusas que te pones a ti mismo para no emprender?

El ser humano convive con la esencia de la contradicción en el plano personal y profesional. Desear algo no es sinónimo de llevarlo a cabo. Pero la renuncia constante puede producir un gran sufrimiento. La lista de excusas y pretextos puede ser interminable. ¿Cómo cambiar el discurso interior para poner el foco en la acción? Busca soluciones e ideas alternativas ante esos frenos que te pones a ti mismo para no emprender ahora o a corto plazo.

Por otra parte, sigue profundizando en el arte del autoconocimiento, aplicado a tu vida profesional, por medio de otras preguntas.

1. Cursos de formación para emprendedores con un enfoque práctico

Actualmente, la oferta de formación es extensa en el campo profesional. Sin embargo, no solo puedes potenciar tu aprendizaje en áreas que están directamente vinculadas con el mundo de los negocios. También es recomendable que priorices la formación práctica. Aquella que gira en torno a una metodología que fomenta el contacto directo con experiencias y situaciones propias del emprendimiento. Pues bien, participa en talleres y cursos con una orientación vivencial.

2. Establece plazos y objetivos de desarrollo profesional

Si esperas hasta que llegue el momento en el que te sientas absolutamente preparado para montar un negocio, tal vez compruebes que ese instante no llega nunca en la práctica. Es decir, desde esta perspectiva, es probable que te centres en el plano de la carencia. Sin embargo, no necesitas dominar todos los conceptos vinculados con el emprendimiento para montar un proyecto viable.

Por el contrario, necesitas prepararte, desarrollar destrezas, fomentar tu iniciativa y poner en práctica tus competencias. En definitiva, establece plazos determinados y objetivos de desarrollo para perseverar de forma gradual en tu proyecto de vida profesional.

3. Hay diferentes caminos para emprender: encuentra el tuyo

La historia de otros emprendedores puede ser un referente para los nuevos talentos que quireren cumplir un sueño similar. Hay diferentes caminos para emprender. En definitiva, encuentra un proceso con el que tú te sientas cómodo en la práctica. La incertidumbre y el riesgo ante aquello que puede suceder en el futuro siempre estarán presentes.

Pero la percepción de la dificultad ante los retos más complejos se reduce cuando la persona encuentra un anclaje que le da seguridad. Por ejemplo, evoluciona a tu propio ritmo y busca una fórmula en la que te visualices como emprendedor a nivel potencial. Por ejemplo, si no quieres montar un negocio en soledad, tal vez puedas colaborar con un socio para alcanzar una meta común. También existe la alternativa del emprendimiento en franquicia: una alternativa que potencia la visibilidad de un proyecto que crece en torno a un nombre que inspira confianza.

4. Preparación emocional: cuida tu autoestima y tu autoconfianza

Dar el salto al mundo del emprendimiento es un reto notable a nivel vivencial. Es allí donde en ocasiones se encuentra la verdadera fuerza de la motivación o, por el contrario, el freno que limita la posibilidad de un proyecto viable. En definitiva, si quieres potenciar tu preparación a nivel emocional, cultiva tu autoestima.

Eres una persona capaz de seguir aprendiendo e, incluso, de reinventarte cuando llegue el momento. Por otra parte, el liderazgo profesional tampoco es innato: desarrolla tus habilidades para liderar de forma consciente.

5. Conecta con tu vocación: implícate en un sector que te gusta y te interesa

Mejorar tu preparación para emprender un negocio supone dedicar una parte muy valiosa de tu tiempo a ese proceso. Pues bien, tu nivel de interés, motivación e implicación aumenta cuando te concentras en un sector que te gusta y te interesa de verdad. En consecuencia, elige un área que despierta tu curiosidad. Desarrolla tu capacidad de investigación para profundizar en una o varias ideas de negocio, conocer las necesidades de los potenciales clientes, analizar el estado de un sector y las nuevas tendencias de emprendimiento.

¿Quieres mejorar tu preparación para emprender un proyecto a medio o largo plazo? Acota la distancia que te separa de la meta.

1. Protocolo para tomar decisiones en la empresa familiar

Cada entidad puede diseñar su propia estrategia para determinar qué es lo más conveniente en función del contexto. El protocolo adoptado proporciona un marco de referencia que permite clarificar el proceso en sí mismo. ¿Qué hacer si surgen dificultades en un escenario concreto? Revisar el protocolo que se convierte en una brújula en momentos de desorientación e incertidumbre.

2. Ampliar la información con el punto de vista externo

El diagnóstico de una situación en la empresa familiar es determinante para tomar decisiones efectivas. En ocasiones, es aconsejable ampliar el foco con el punto de vista externo. Un profesional con experiencia puede aportar una visión más amplia de una realidad que se percibe de una forma más reduccionista desde dentro de la empresa. La figura del consejero externo ha ganado una gran proyección.

3. Colaboración y ayuda en los negocios familiares

Una empresa familiar muestra una estructura en la que hay roles diferenciados. Pero el potencial de cada persona no se reduce a su puesto de empleo en términos de conocimiento. La ayuda y la colaboración son valores esenciales en la empresa familiar. Ingredientes que conviene integrar en la toma de decisiones para avanzar hacia metas comunes que repercuten positivamente en el desarrollo de la propia entidad y, también, en la familia (que hace posible la viabilidad de la idea).

4. Generación de alternativas

La empresa familiar afronta decisiones muy complejas. Con frecuencia, surge una distancia entre las expectativas y aquello que es posible en la práctica. Una medida concreta tiene en cuenta cuáles son los recursos disponibles. Pues bien, es recomendable enriquecer el mapa de la realidad con la creación de posibles alternativas que conectan con diferentes caminos a tener en cuenta.

5. Actuar en coherencia con los valores familiares

La familia es la esencia de un proyecto que está integrado por personas que también comparten vínculos afectivos entre sí. Es importante actuar en coherencia con esos principios que fortalecen los cimientos del propio sistema familiar, pero también de la entidad.

Por ello, es recomendable buscar el equilibrio entre ambos planos. Si los conflictos se instalan en el grupo y se pierde la confianza entre dos o más personas, ese hecho se traslada a la propia realidad de la entidad.

Es importante actuar en coherencia con valores que no permanecen, únicamente, en un marco teórico. Se trasladan de forma directa a la realidad práctica de la empresa. Del mismo modo, es esencial potenciar la gestión emocional para integrar esta perspectiva en un proceso que no es únicamente racional.

6. Previsión de futuro: las decisiones producen consecuencias

La incertidumbre es una de las grandes dificultades que surge en el contexto de una empresa familiar. El entorno es tan cambiante que hacer previsiones a medio o largo plazo se convierte en un auténtico desafío. Sin embargo, las decisiones producen consecuencias que pueden aproximarse o alejarse de los objetivos de la entidad. Por esta razón, conviene acompañar la perspectiva de la previsión con el seguimiento de los resultados.

Existen diferentes tipos de decisiones que se integran en el plano de la empresa familiar. Algunos pasos son muy complejos en la práctica. Por ello, conviene establecer un protocolo y una estrategia para seguir avanzando a través del aprendizaje, la experiencia, la colaboración continua y la historia del proyecto.

1. Enfócate en el aprendizaje permanente

Aunque te hayas preparado de forma consciente para dar el paso de montar un negocio, es muy posible que identifiques carencias, límites y barreras que irrumpen en el camino. Enfócate en una idea de negocio que te permite adoptar la actitud de un eterno alumno. Es decir, invierte en tu aprendizaje permanente para adquirir más conocimientos sobre marketing, ventas, atención al cliente, finanzas, recursos humanos, financiación…

2. Busca una buena gestoría para autónomos y emprendedores

Quizá quieras ocuparte de todos los detalles del proyecto. Sin embargo, como hemos comentado, no es posible dominar absolutamente todos los detalles de un proyecto. Busca una buena gestoría para autónomos y emprendedores. Consulta su catálogo de servicios. El asesoramiento de profesionales especializados puede facilitarte la realización de trámites que resultan mucho más complejos cuando se abordan desde la falta de experiencia.

3. Ayudas para nuevos emprendedores

Si quieres emprender un negocio, es importante que te informes sobre cuáles son los medios y recursos que tienes a tu disposición. Por ejemplo, revisa cuáles son las medidas actuales en la Comunidad Autónoma en la que quieres impulsar tu proyecto de emprendimiento. Existen diferentes recursos que puedes explorar si te encuentras en este momento de tu vida profesional como, por ejemplo, los programas de autoempleo.

4. Sé un emprendedor presente en tu negocio

Tu negocio requiere de tu dedicación, implicación, compromiso y constancia. Existen muchos aspectos que pueden fomentar la atención dispersa, debilitar la motivación o hacerte dudar del potencial de tu idea. Sé un emprededor presente en tu negocio. Es decir, si decides comenzar una iniciativa desde cero, es esencial que estés presente en la puesta en marcha y desarrollo posterior del proyecto.

5. Colabora con proveedores locales

Puedes emprender en familia, con un socio o en solitario. Elige una fórmula que se adapte a tu expectativa. Comprométete con esa idea de negocio que te apasiona realmente (incluso cuando emprendes en un sector que te encanta, habrá aspectos que te resulten más difíciles). Y colabora con proveedores locales que se enmarcan en el contexto próximo a tu proyecto. La cercanía genera valor en el entorno y fortalece la alianza adquirida.

6. Comparte tu conocimiento con los demás

El individualismo en el mundo de los negocios puede manifestarse a través de diferentes perspectivas. Por ejemplo, el líder de un proyecto puede ocultar información de valor al equipo de trabajo. Y, sin embargo, ese tipo de comportamiento genera desconfianza a largo plazo. Comparte lo que sabes con otros emprendedores y profesionales.

Participa en espacios de conversación e inspiración que fomentan el networking, la innovación y la creatividad. A su vez, también puedes enriquecer tu conocimiento con la aportación de otras figuras de referencia. Busca un mentor y confía en él.

7. Define tus objetivos de crecimiento a corto plazo

No es fácil emprender un negocio viable que permanece abierto después de cinco años. Así lo muestra la historia de tantos negocios que cierran sus puertas antes de celebrar su segundo aniversario. Es importante que trabajes para lograr tus metas a largo plazo. Pero ese horizonte de futuro se afianza a partir del contexto actual.

Haz un diagnóstico del escenario en el que te encuentras y define tus metas a corto plazo. En cierto modo, los emprendedores empiezan desde cero cada día (y no solo cuando se concentran en los primeros pasos de su emprendimiento). Es decir, adopta el valor de la humildad como motor de aprendizaje que te permite adquirir destrezas, competencias y habilidades.

1. Valentía y autoconocimiento

La introspección es un acto de valentía personal que pone el acento en el autodescubrimiento. A través de este viaje interno puedes identificar matices que pasan desapercibidos cuando estás inmerso en el ritmo de la actividad constante.

Por ejemplo, el autoconocimiento te ofrece la perspectiva necesaria para conectar con tu vocación, tus valores o tu propósito. Hay preguntas que, en última instancia, solo tú puedes responder. Otros ejemplos de marca personal pueden ser una inspiración para ti, especialmente, los que despiertan tu admiración. Pero la inspiración nunca debe derivar en un intento de parecerte a alguien que no eres realmente.

2. Storytelling: comparte tu historia

Hay muchos profesionales que trabajan en un mismo sector. Sin embargo, cada uno de ellos tiene su propia historia. Las motivaciones, expectativas, cualidades y características son únicas. Comparte tu propio relato para hacer partícipe al interlocutor de tu proceso. La fórmula del storytelling, que gira en torno al valor de una historia emocionante, triunfa actualmente.

3. Networking y marca personal

En la actualidad, la perspectiva del trabajo en equipo está muy arraigada en las empresas por una razón importante. Generalmente, se llega más lejos desde la colaboración que desde el individualismo. Una perspectiva que también puede trasladarse al desarrollo profesional de quien quiere crear su propia marca personal. Es esencial evitar el aislamiento: el networking ofrece valiosas alianzas, vínculos y contactos. Por tanto, potencia tu presencia en aquellos medios en los que puedes reforzar tu marca personal y tus conversaciones con otros profesionales. Linkedin es un ejemplo de ello.

4. Alinea tu marca personal con tus valores

No es fácil crear una marca personal sólida desde sus cimientos. Pero lo realmente importante es mantener la coherencia a largo plazo. Por esta razón, es recomendable que alinees tu imagen con tus valores. La lista de principios puede ser extensa y no todos los valores tienen el mismo nivel de relevancia. Por esta razón, elige los que son más importantes desde tu perspectiva.

5. Tu marca trasciende más allá de Internet

Una marca personal fuerte y sólida no se reduce al ámbito digital, sino que también se extiende al plano presencial. Por ello, aunque las herramientas online son valiosas para posicionar la propuesta de valor, no dejan en un segundo plano otras formas de comunicación más convencionales. La tarjeta de visita sigue teniendo sentido en la actualidad.

6. Establece objetivos a largo plazo: quién quieres llegar a ser

Una marca personal fuerte y sólida no se construye ni se consolida en un día. Por esta razón, establece objetivos a largo plazo para seguir profundizando en la imagen que quieres proyectar. Es decir, comprométete con metas a corto plazo que inciden positivamente en tu marca personal. La formación es un valor de marca personal puesto que cualquier profesional necesita actualizarse y reinventarse.

Por ejemplo, sigue formándote no solo en aspectos técnicos, sino también en otras cuestiones como el liderazgo, la inteligencia emocional o la empatía. Crea tu estrategia para avanzar paso a paso hacia el horizonte final. ¿Quién quieres llegar a ser en el plano profesional y qué imagen deseas transmitir?

7. El poder de la imagen: cuida de forma consciente la comunicación no verbal

Si quieres construir tu marca personal, no olvides que te comunicas más allá de las palabras. Es decir, cuida el mensaje que transmites a través de la comunicación no verbal para que tus gestos sean coherentes con la imagen que quieres proyectar.

1. Habilidades sociales en el currículum

La formación técnica muestra el nivel de especialización que tiene un perfil que está preparado para afrontar los retos específicos de un puesto de empleo. Sin embargo, más allá de los aspectos técnicos, las habilidades sociales tienen una gran proyección actualmente. Por esta razón, puedes crear un apartado para enumerar aquellos factores que quieres señalar como, por ejemplo, la capacidad de trabajo en equipo.

2. Actividades que realizas en tu tiempo libre

La vida profesional y el tiempo libre, aunque diferentes, se complementan. ¿Qué sentido tiene aportar información sobre actividades de ocio y tiempo libre? Es un enfoque que personaliza el curriculum vitae con alternativas de entretenimiento que hablan sobre uno mismo. Es importante destacar aquellas actividades que comunican valores positivos, interés por la vida cultural o algún tipo de conexión con el propio puesto de empleo.

3. Aptitudes en el currículum

Los distintos apartados que componen el hilo conductor de tu currículum pueden complementarse en la práctica. La suma de los distintos bloques describe tu potencial a nivel profesional. Es decir, es una expresión de tu talento.

Por ello, además de enumerar algunas de tus habilidades sociales más destacadas, o hacer una presentación de las actividades que cultivas en tu tiempo libre, enriquece el documento con aquellas aptitudes con las que te sientes verdaderamente identificado.

4. Formación reciente

La formación es uno de los elementos esenciales en el currículum. Adquiere distintas perspectivas desde el punto de vista temporal. Por ejemplo, si quieres actualizar el currículum, pon una atención especial en la formación reciente. Añade aquellos cursos o experiencias formativas en las que has participado recientemente.

5. Logros en el currículum

La trayectoria profesional puede ser más o menos extensa. Sin embargo, la actualización del contenido del currículum ofrece la oportunidad de potenciar la introspección. Por ejemplo, puedes poner en perspectiva algunos de los logros que has alcanzado hasta el momento.

Es recomendable que los datos aportados estén respaldados por algún valor específico. No añadas una lista interminable de objetivos cumplidos. Selecciona aquellos que consideras más relevantes en relación con el puesto de empleo al que te presentas.

6. Habilidades técnicas

El apartado de los logros es un reflejo del valor de aquellos verbos que se alinean con la acción. No es suficiente con saber algo, es importante hacerlo en la realidad. Y las habilidades técnicas se orientan directamente hacia el plano del obrar. Es decir, tienen un carácter operativo.

7. Información online

Puedes construir una huella digital fuerte y sólida para emprender un negocio, buscar trabajo o acceder a nuevas oportunidades. Pues bien, enriquece tu currículum con información complementaria como tu perfil de LinkedIn, la dirección de un blog profesional o una página web.

8. Objetivo profesional

Enriquece el contenido de tu currículum con datos que lo personalizan. El documento, al igual que tú mismo y tu vida profesional, es dinámico. Es decir, cambia y se transforma. Define cuál es tu objetivo profesional a medio o largo plazo. En definitiva, comparte la meta que deseas conseguir.

¿Quieres cambiar de trabajo, acceder a nuevas oportunidades profesionales y seguir evolucionando en tu vida laboral? Revisa tu currículum: cuida su estructura a través de una organización interna que transmite orden, claridad y coherencia. Pero, principalmente, dota de significado al contenido para mostrar tu mejor versión, tus capacidades, tus habilidades, tu motivación, tus expectativas, tu desarrollo profesional y tu talento.