Para ello, la empresa, que tiene origen británico, quiere incorporar a personas que quieran autoemplearse en un negocio que precisa baja inversión. De acuerdo, con las bases de esta franquicia, el nuevo franquiciado necesita realizar una inversión inicial de 22.500 euros, cifra en la que se incluye un canon de entrada de 3.054 euros.

El franquiciado se encargará de comercializar las tarjetas de felicitación entre los negocios minoristas locales, no siendo necesario tener un local comercial. Un motivo por el que se reducen los costes fijos, que son moderados.

Las tarjetas de OPC se exhiben en pequeñas y grandes superficies en diferentes tipos de expositores para que sean visibles para los clientes y comerciantes y se puedan obtener mayores beneficios, gracias también al precio asequible de las tarjetas y su variada oferta para toda la familia y fechas señaladas como Navidad, San Valentín o el Día de la Madre, entre otras, siendo constante la renovación de los modelos.

Los franquiciados se encargarán de renovar las tarjetas en las tiendas prestando atención a las tendencias de los consumidores y a las celebraciones señaladas, mientras que los establecimientos o tiendas minoristas en los que se distribuyen las tarjetas no asumen riesgos por el material que tienen en stock, pagando sólo por el género que se haya vendido.

Original Poster Company se creó en el Reino Unido en el año 1991, fecha a partir de la que comenzó su expansión con contratos de master franquicia en países europeos como Alemania, Portugal, Italia, Holanda e Irlanda, aparte de expandirse también por América Latina con contrato de master franquicia en Brasil. Tan sólo en Gran Bretaña vende mensualmente cerca de 7.000 tarjetas a través de sus 74 franquiciados.