En primer lugar, ten en cuenta que a través de tu empleo no sólo puedes realizarte tú a nivel humano sino que también, puedes ayudar a los demás ya sea de una o de otra forma. La mejor empresa es aquella que logra aportar sensación de felicidad a los clientes.

Por otra parte, el trabajo también te reporta un sueldo con el que poder vivir, tener calidad de vida y llegar a final de mes. Incluso cuando ese sueldo no es importante como te gustaría, la alternativa de tener empleo es mejor que la de no tenerlo y estar en desempleo. El trabajo te ayuda a desarrollar cualidades que son puramente humanas: compromiso, creatividad, eficacia, experiencia, sabiduría… El trabajo humaniza al ser humano, sin embargo, existen algunos entornos en los que queda mucho por mejorar en este sentido. Por ejemplo, en el caso de aquellas empresas en las que se trabaja constantemente con una presión extrema o bajo el efecto del miedo.

Tu trabajo tendrá el sentido que tú quieras darle, por ello, intenta hacer una lectura positiva de los hechos. Formar parte de un equipo también te aporta un profundo sentido de pertenencia, algo que te ayuda a tener más autoestima y te permite sentirte mejor contigo mismo. La búsqueda de sentido no responde a un factor extrínseco sino interno. Por tanto, esfúerzate por alimentar tu motivación cada día.