1. Desconecta

Encuentra el equilibrio entre la ocupación y el descanso. Con frecuencia, el campo de posibilidades se reduce de forma notable a partir del cansancio, la impaciencia o la incertidumbre. Cuando un emprendedor desconecta de su labor profesional, recupera dosis de energía y creatividad para cumplir con su responsabilidad.

2. Hazte nuevas preguntas

La visión del negocio también cambia cuando surgen nuevas preguntas que reflejan un enfoque diferente. Las preguntas conscientes son aquellas que nacen desde la reflexión, el pensamiento crítico y la curiosidad. Principalmente, son interrogantes que se producen cuando no estás inmerso en la realización de tareas que desarrollas de forma automática.

3. Adopta la mirada del cliente o el empleado

La imagen que tú tienes del proyecto como responsable del mismo, es diferente a la perspectiva que posee el cliente, el profesional que trabaja como empleado o el proveedor que ofrece sus servicios. Es decir, si analizas la visión del negocio más allá de tu propia posición, es posible que puedas identificar otras fortalezas y áreas de mejora que no son tan visibles desde tu punto de vista habitual.

A su vez, enlazando esta recomendación con el consejo previo, ten en cuenta que cada perfil puede brindarte la posibilidad de hacerte otras preguntas complementarias.

4. Amplía tu formación

Como hemos mencionado, puedes observar el proyecto desde perspectivas distintas, si te pones en el lugar de clientes, proveedores o empleados. Pero también puedes enriquecer tu propio punto de vista si alimentas tu conocimiento a través de la realización de cursos y talleres. El aprendizaje va más allá de este tipo de propuesta. También enriqueces tu experiencia como emprendedor en congresos, charlas, coloquios y conferencias que tratan temas interesantes para profesionales que gestionan un negocio propio.

Ten en cuenta que la formación es fundamental para impulsar la innovación en una entidad. Cuando descubres otras tendencias o accedes a un catálogo de recursos más amplio, identificas áreas de mejora que no eran tan nítidas antes de ese instante.

5. Haz un seguimiento de planes y procesos

La planificación de los objetivos de negocio aporta una visión más amplia cuando se complementa con el correspondiente seguimiento. Aunque el seguimiento es tan importante en los planes iniciados, con frecuencia pasa desapercibido. Así ocurre cuando no se contrastan los resultados y se ponen en comparación con las expectativas iniciales. O, también, cuando la hoja de ruta se ve alterada de forma frecuente por los mismos errores.

6. Networking

Por medio del networking desarrollas habilidades que son muy importantes para el emprendimiento. Y, además, mantienes conversaciones significativas que pueden convertirse en una fuente de inspiración para reflexionar sobre el estado del negocio. El testimonio de otros profesionales, que comparten su propio proceso de superación, es clave para aprender por medio del ejemplo de los demás. Hay reflexiones complementarias que, sin embargo, no se concretan cuando no se crean las condiciones fundamentales para el diálogo y la escucha.

Por tanto, para tener una visión más amplia del negocio no debes quedarte en lo concreto, sino adoptar una mirada holística. Este enfoque conecta con una imagen de contexto que describe una fotografía de la situación actual. ¿Quieres ampliar la perspectiva del negocio? En ese caso, evalúa su potencial a partir de su realidad presente.

Sin embargo, el futuro es inherente a un proyecto que supone un alto coste económico a nivel de inversión, también implica muchos sueños y expectativas, ya que además, el propio empresario se compromete con su trabajo y apuesta por su negocio. Por ello, el emprendedor es aquel que tiene visión de futuro y sabe estar atento a las opciones de éxito.

Dicha visión de futuro no sólo implica a la propia empresa, sino también, a la competencia. Por ello, la innovación forma parte del éxito de un negocio que apuesta por mejorar para ofrecer mejores productos a los clientes. Tener visión de futuro también implica saber prever cómo evolucionará el mercado en un corto o largo plazo. Por otra parte, en una empresa se deben valorar los resultados de una forma regular y hacer balance. De este modo, en caso de que algo no vaya por el camino correcto, es positivo analizar las causas para poder establecer cambios y buscar soluciones.

Al mirar hacia el futuro, es aconsejable ser optimista, pero no es bueno serlo demasiado y caer en el idealismo. Siempre es mejor tener los pies en el suelo para poder avanzar en base a datos reales. Siéntete libre a la hora de trabajar y no tengas miedo de cometer fallos. Sin embargo, haz todo lo posible a la hora de minimizar los riesgos. En una empresa, en ocasiones, es tan importante saber mirar al futuro como analizar el pasado para observar el camino recorrido.