1. Proactividad e iniciativa

Lejos de adoptar una posición reactiva o de actuar desde la improvisación a partir de los acontecimientos externos, los emprendedores avanzan con determinación hacia el cumplimiento de sus propósitos. En consecuencia, su comportamiento es un reflejo de la proactividad y la iniciativa de quien, como protagonista de su vida profesional, intenta conquistar sus objetivos.

2. Capacidad de aprendizaje

Los emprendedores que acumulan una rica experiencia en su biografía profesional pueden poner en perspectiva sus aciertos, sus errores, sus logros, sus límites y capacidades. Cada situación se transforma en una oportunidad para aprender y extraer valiosas lecciones a medio o largo plazo. En definitiva, la humildad es uno de los rasgos que caracteriza a un perfil que es consciente de que, más allá del conocimiento que ha alcanzado hasta el momento, no debe estancarse en su situación actual.

3. Liderazgo e influencia

A lo largo de su carrera profesional, un emprendedor tiene la posibilidad de desarrollar habilidades, competencias y destrezas. Y puede perfeccionar su currículum en diferentes campos. La capacidad de influencia es clave en un profesional que se posiciona en un sector específico y gestiona un proyecto en equipo. En ese caso, por medio de su liderazgo, inspira a los profesionales que le acompañan en el proceso. Es decir, deja una huella significativa por medio de sus acciones y sus palabras.

4. Planificación

Un emprendedor con experiencia tiene en cuenta varios factores cuando se sitúa ante el horizonte de un próximo reto. Por una parte, describe cuál es su objetivo. Es decir, contextualiza la meta que quiere conseguir (puesto que se convierte en la dirección que guía sus pasos). Por otra parte, elabora una estrategia eficaz. Ese plan de acción no es el resultado de la improvisación, sino el reflejo de la planificación consciente.

5. Capacidad de trabajar por objetivos y resultados

La gestión del tiempo está muy integrada en el ámbito profesional. Los horarios, los plazos de tiempo y las fechas clave del calendario son una referencia habitual. Sin embargo, existe un enfoque que va más allá del tiempo perfectamente medido en horas, días, semanas o meses. Hay diferentes tipos de motivación. Y un emprendedor con experiencia suele destacar por su clara orientación hacia los objetivos y los resultados. Es decir, se implica para conquistar nuevos logros.

6. Pensamiento crítico

Los emprendedores con experiencia tienen la capacidad de analizar la realidad desde una mirada crítica. Es decir, profundizan más allá de lo aparente para influir por medio de su capacidad de decisión en la transformación de la realidad. Es decir, un profesional que cultiva el pensamiento crítico pone en práctica la reflexión para extraer conclusiones basadas en datos objetivos.

7. Habilidades de comunicación

Las habilidades de comunicación en el emprendimiento se desarrollan en diferentes direcciones. Por ejemplo, son esenciales en el networking. Los emprendedores con amplia experiencia suelen tener una valiosa red de contactos que es el reflejo de tantos años de trabajo y participación en el mundo de los negocios. Por otra parte, las habilidades de comunicación también se materializan en los procesos de negociación y en la búsqueda de acuerdos.

8. Motivación interna

El profesional tiene la capacidad de motivarse a sí mismo sin dejarse condicionar de forma permanente por los factores externos que ocurren a su alrededor. Es decir, no queda a la espera de recibir reconocimiento.

1. Proactivo

Hay diferentes maneras de afrontar la jornada de trabajo. Un comportamiento reactivo reduce el nivel de respuesta ante cuestiones que pueden anticiparse. Por el contrario, la proactividad es una cualidad esencial en un profesional responsable.

2. Puntual

Este dato puede comprobarse incluso en la entrevista de trabajo. La puntualidad se mantiene como una constante en la empresa. No solo hace referencia al comienzo de la jornada, sino también al cumplimiento de plazos marcados en la realización de un proyecto.

3. Capacidad de escucha

La escucha es un componente clave en la comunicación de empresa. La ausencia de este ingrediente produce interferencias en el diálogo. Es decir, incrementa el riesgo de que se produzcan errores de interpretación cuando aquello que uno entiende no coincide con lo que el otro quiso decir.

4. Creativo

La creatividad forma parte del proceso de innovación. Y los empleados potencian la innovación y la originalidad a través de sus aportaciones. Los perfiles creativos transforman la realidad a través de una observación que va más allá de la apariencia. En definitiva, identifican numerosas alternativas en torno a un asunto.

5. Tiene habilidades de mediación

Trabajar en equipo es un reto necesario que, sin embargo, puede ser complejo. Es decir, las empresas buscan a profesionales que trabajen de forma coordinada con los demás. Pero también seleccionan perfiles que destaquen por sus habilidades para mediar y facilitar el encuentro entre compañeros que mantienen un conflicto. Es muy positivo que el motivo del distanciamiento no se convierta en una dificultad insuperable.

6. Es generoso

Comparte su experiencia y sus conocimientos con los demás. Tiene una disposición positiva para ayuda a otros compañeros cuando lo necesitan. Y muestra su admiración de una forma sincera.

7. Resiliente

Existen momentos de creatividad en los que parece que todo fluye con la mayor naturalidad. Pero el ámbito empresarial también requiere de profesionales preparados para afrontar retos, desafíos y obstáculos. Existe una cualidad esencial: la resiliencia muestra la capacidad de aquel que persevera en momentos clave.

8. Destaca por su compromiso

Una empresa invierte recursos importantes en la planificación de un proceso de selección. Por ello, la búsqueda del perfil ideal pone en valor una cualidad fundamental: es recomendable que el profesional se comprometa con el proyecto a largo plazo. El compromiso de los empleados contratados reduce los cambios en la plantilla de trabajo. En definitiva, aporta una mayor estabilidad en el grupo.

9. Atento

El empleado ideal suele mostrar un elevado nivel de atención al detalle. Tiene un alto grado de implicación que mejora los resultados en un proyecto. Es importante no confundir la atención al detalle con el perfeccionismo. El primer enfoque permite avanzar en la dirección final. Por el contrario, cuando el trabajo se afronta desde la búsqueda de perfección, nunca parece tener la calidad deseada.

10. El empleado ideal es responsable

Actualmente, muchas empresas implementan el teletrabajo en el ámbito corporativo. Es decir, evolucionan desde un modelo de trabajo presencial a un enfoque que va más allá de la perspectiva tradicional. Sin embargo, existen creencias limitantes en torno al teletrabajo que siguen condicionando su aplicación práctica. El candidato ideal es una persona responsable que cumple con sus objetivos tanto cuando forma parte de un equipo presencial como cuando desarrolla su labor a distancia.

Las cualidades del candidato ideal siempre deben analizarse en el contexto específico de un puesto de empleo que requiere de unas competencias concretas. Además, es recomendable que el perfil destaque por su flexibilidad y capacidad de adaptación al cambio.

1. Humildad para aprender e inspirar a los demás

El contacto con la experiencia práctica sitúa al profesional ante un escenario en el que puede potenciar sus habilidades y capacidades. Sin embargo, también toma conciencia de otros posibles límites y debilidades. La humildad puede aplicarse en diferentes campos del negocio: el liderazgo consciente o la disposición para seguir aprendiendo.

2. Alto nivel de motivación interna y capacidad para seguir alimentándola

La idea de montar un negocio, y que ese proyecto se convierta en un éxito, alimenta la motivación inicial del emprendedor. Pero existen numerosos factores que forman parte del plan de acción. Y el verdadero motor en el camino del emprendimiento es personal. Es decir, es importante que el profesional tenga un elevado nivel de motivación interna.

3. Capacidad de organización y planificación

La gestión del tiempo y el establecimiento de plazos realistas son esenciales en el ámbito corporativo. Sin embargo, cuando existen numerosas tareas es necesario establecer un orden que influya positivamente en el plan de acción. El ritmo del emprendimiento queda alterado cuando hay gestiones que se posponen habitualmente. En definitiva, un buen emprendedor es aquel que fija sus objetivos y pone el foco en ellos.

4. Negociación

La comunicación interpersonal forma parte del contexto emprendedor desde diferentes enfoques. Por ejemplo, el profesional lidera un equipo de trabajo. Además, contacta con diferentes proveedores para establecer acuerdos. Las habilidades de negociación son positivas en el marco corporativo porque crean nuevas alternativas para solucionar un asunto.

5. Debe saber delegar

Un buen emprendedor no es aquel que domina todos los aspectos relacionados con la gestión de un negocio. Aprender a delegar a una habilidad práctica que evita que el emprendedor quede desbordado por el peso de una amplia lista de tareas pendientes. Además, es una capacidad que influye positivamente en el ejercicio de un tipo de liderazgo que impulsa el crecimiento y la evolución de los empleados. Incluso cuando un perfil gestiona en soledad un pequeño negocio, debe aprender a delegar aspectos concretos del proyecto en expertos cualificados. Por ejemplo, es recomendable que cuente con el asesoramiento de un gestor.

6. Constancia, compromiso y perseverancia

Con frecuencia, el emprendedor debe tener paciencia para observar los frutos de la etapa inicial. Es decir, los resultados obtenidos no siempre se ajustan a lo esperado. La constancia es una cualidad que mira hacia el futuro. En definitiva, aporta el impulso necesario para analizar con perspectiva el camino recorrido hasta el momento y pone el foco de atención en un objetivo significativo a largo plazo. Un alto nivel de perseverancia marca la diferencia en el afrontamiento de las dificultades y en la búsqueda de soluciones.

7. Adaptación al cambio

Un buen emprendedor pone en práctica el valor de la planificación, la organización y la previsión. Pero la visualización de un plan de acción puede romperse cuando surgen variables que invitan a modificar el camino trazado en un primer momento. La adaptación al cambio se convierte en una herramienta esencial para responder ante los acontecimientos. Es decir, es una forma de flexibilidad mental que se aleja de la rigidez de aquel que aspira a tenerlo absolutamente todo controlado.

8. Determinación para tomar decisiones

Un buen emprendedor se ha visualizado a sí mismo en numerosas ocasiones afrontando el reto de montar un negocio. Y ha tenido la determinación de dar un primer paso que se completa con otras muchas decisiones que, con frecuencia, son complejas.

Como puedes ver, las cualidades que impulsan el talento potencial de un emprendedor son muy numerosas.

Autoridad

El concepto de la autoridad no solo es observable en el ámbito académico, sino también en el ámbito profesional. Un jefe con autoridad es aquel que asume su competencia con conocimiento de causa. ¿Y en qué puede fundamentarse esta autoridad? Por ejemplo, en el conocimiento experto.

Humano

Los trabajadores valoran a un jefe que no excluye de su labor la cercanía emocional, especialmente, cuando existen circunstancias de dificultad para el empleado. El jefe ideal es aquel que no es lineal en sus comportamientos, es decir, adopta una actitud de flexibilidad para concretar la respuesta adecuada en cada caso.

Cercano

Un jefe perfecto es aquel que realmente está presente en el día a día de la organización y los empleados observan este vínculo de proximidad en la convivencia diaria. Esto repercute de manera constructiva en la comunicación.

Ecuánime

Una empresa está formada por distintas personas. Un jefe adquiere este rol en su vinculación con la plantilla. El rol ideal es el de aquel jefe que es un mentor para impulsar el crecimiento de cada trabajador a partir de sí mismo. Es alguien que no muestra preferencia por alguien en concreto al hacer distinciones visibles en las reuniones de trabajo.

Resolutivo

Existen situaciones de incertidumbre en las que el jefe debe mostrar principalmente esta competencia al gestionar ese momento dando las indicaciones precisas a los empleados sobre cómo tienen que actuar en la dirección de un objetivo específico.

Por tanto, un jefe perfecto es aquel que no confunde su responsabilidad con su persona y lucha por ser su mejor versión.

Entre otras responsabilidades, son los encargados de reconocer el talento y fichar a los profesionales más adecuados. Unas tareas cada vez más difíciles, con tantos candidatos que aspiran a un puesto de trabajo. Entonces, ¿qué cualidades debe tener un buen profesional de recursos humanos? Hoy respondemos a esta cuestión.

Profesionales transparentes

Uno de los requisitos más importantes de estos profesionales es la transparencia. Al tratar con tantos trabajadores, la transparencia es una de las aptitudes más importantes para evitar problemas en el trato con otros profesionales de la empresa.

Líderes

La capacidad de liderazgo es otro de los requisitos más solicitados, no solo en este departamento, sino en cualquier otro ámbito profesional. Un buen director de recursos humanos debe saber liderar a todos los empleados, además de reconocer esta cualidad en los candidatos que quieren un puesto en la empresa.

Versátiles

El equilibrio y la diversidad también son muy importantes. Al tener que controlar a tantos trabajadores y de diferentes departamentos, este tipo de profesionales deben ser versátiles y deben saber mantener la armonía en todas y cada una de las funciones con las que deben lidiar a diario. Por supuesto, también debe tener un buen conocimiento de la filosofía y del modelo de negocio de la empresa.

Con buenos conocimientos digitales

Uno buenos conocimientos tecnológicos son otra cualidad imprescindible en la sociedad digital en la que vivimos. Cada vez se utiliza más Internet para cazar y descubrir talento, a través de las redes sociales como LinkedIn. Así que un buen profesional de recursos humanos debe estar al día de este tipo de tendencias.

Y tú, ¿qué otros requisitos crees que debe tener este profesional?