1. Un contexto preparado para el diálogo

El escenario de las sesiones está perfectamente estructurado para facilitar la escucha y la comunicación. Los participantes están acompañados, además, por la figura de un mediator que mantiene su imparcialidad ante el caso.

2. Exploración de múltiples alternativas

No existe un único tipo de acuerdo posible, sino que pueden analizarse diversas posibilidades. El propio proceso de mediación es clave para profundizar en pactos que refuercen el bien común. Cuando el número de propuestas parece agotarse, quizá sea posible identificar un nuevo hilo conductor para la mediación.

3. Confidencialidad

Los datos transmitidos durante las sesiones se exteriorizan en un espacio que ofrece la confidencialidad necesaria. El mediador mantiene el respeto a la privacidad de cada historia.

4. Encontrar una solución satisfactoria para ambas partes

En ocasiones, los problemas de empresa se agravan hasta el punto de llegar a volverse crónicos. Así ocurre cuando los implicados en el asunto se sienten desbordados por lo que ha pasado y viven un distanciamiento que aumenta cada día más.

La mediación ofrece una vía de solución de problemas que es clave para encontrar una perspectiva que sea satisfactoria para ambos. Además, los participantes en el proceso asumen su compromiso en el cumplimiento de lo acordado.

5. Libre disposición para participar de forma voluntaria en el proceso

Un proceso de mediación comienza cuando ambas partes están verdaderamente dispuestas a iniciar el camino. No existe mediación posible si únicamente se implica uno de los asistentes. La disposición para encontrar un acuerdo propicia que ese hecho se produzca.

Los beneficios de la mediación empresarial, por tanto, son muy positivos para resolver conflictos a corto plazo.

1. Solucionar cada dificultad como un asunto individual

Enlazar distintos temas pendientes puede terminar desbordando a aquellos que, por el contrario, necesitan avanzar en el camino del entendimiento al poner el punto de atención en un asunto concreto.

2. Escuchar de verdad

Es importante que cada socio comparta su visión sobre un tema, pero no existe entendimiento si esta exposición no está acompañada por la capacidad de escuchar atentamente.

3. Contextualizar el conflicto

Conviene acortar el conflicto para vincularlo con el contexto en el que se produce. Por ejemplo, en qué etapa de la vida del negocio se manifiesta. Además, es importante analizar las causas de este hecho y las consecuencias que genera. Conviene profundizar en torno al conflicto en sí mismo para tener una visión más completa del mismo.

4. Observar al socio como parte de la solución del problema

Cuando surgen las dificultades no resueltas entre socios, los cimientos de un negocio se vuelven muy inestables. Es importante recordar que el socio es un compañero que comparte responsabilidad en el objetivo a alcanzar.

Por tanto, él es parte de la solución. Y es importante darle el espacio y la autoridad para que actúe de este modo (al igual que es esencial que tú actúes de esta forma). Los reproches y las críticas constantes generan el efecto opuesto.

5. Mediación

Si dos socios quieren encontrar una solución a sus dificultades, la encontrarán verdaderamente. Solo necesitan utilizar los recursos necesarios para ello. La mediación es una de las fórmulas de ayuda para aquellos que quieren contar con el acompañamiento de un mediador que tiene una posición neutral en el conflicto.

1. Potenciar el diálogo

Es difícil solucionar un conflicto cuando cada uno conoce perfectamente su punto de vista pero presupone la realidad del otro. La palabra potencia el entendimiento al establecer puentes. De este modo, es posible superar una interpretación con la objetividad de los datos contrastados.

2. Negociación

El objetivo de esta negociación debe basarse en un acuerdo que ofrezca una ventaja para las partes implicadas en el asunto. Este horizonte queda descrito en el esquema win-win presentado por Stephen Covey en una obra que puede inspirarte: Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Por tanto, pon de tu parte para crear las condiciones para un acuerdo de estas características.

3. Ayuda externa

Existen conflictos que llegan a prolongarse en el tiempo afectando, también, al vínculo afectivo. Quienes trabajan en una empresa familiar tienen la posibilidad de valorar distintos caminos de ayuda para solucionar retos pendientes. Una de las alternativas más efectivas es la mediación. En ese caso, un mediador acompaña a los protagonistas, desde una posición neutral, en este objetivo de lograr una solución.

4. Asertividad

La asertividad en el ámbito empresarial llega a aprenderse cuando existe el compromiso sincero de adquirir nuevas habilidades. La formación emocional tiene una importante aplicación en el trabajo.

Estos son algunos de los consejos que ofrecen recursos de apoyo en la solución de conflictos en empresas familiares.

Método de resolución de conflictos

Para ello, las empresas tienen que adherirse a esta posibilidad. A su vez, esta medida eleva la credibilidad corporativa ante el consumidor puesto que el cliente es consciente de que si se produce algún tipo de desencuentro es posible recurrir a esta vía como una puerta de solución. Eso no significa que todos los casos de consumo que se presentan en este contexto puedan ser solucionados mediante esta fórmula. Aquellos negocios que participan de esta fórmula pueden mostrar el distintivo correspondiente en su establecimiento.

Los conflictos suponen un importante desgaste no solo para las personas sino también para las empresas. Por ello, los sistemas alternativos a la vía legal suponen una puerta para simplificar un proceso que también tiene un coste emocional para el consumidor. A su vez, los pleitos que se dilatan en el tiempo también son agotadores para la organización.

Cómo presentar el abitraje de consumo

Algunas de las características que ponen en valor este método de resolución de conflictos es que esta técnica resulta sencilla de tramitar y de formalizar. El proceso de arbitraje comienza con la presentación del impreso en el que constan todos los detalles de esta causa con la documentación correspondiente. Una vez que la petición ha sido aceptada comienza el protocolo.

Existen profesionales con formación específica para poder hacer esta labor de intermediación de un modo objetivo, por ejemplo, formadores y abogados especializados en el trabajo con organizaciones. Todo aquello que se trata en el contexto de la mediación empresarial es estrictamente confidencial.

Llegar a acuerdos ante un conflicto

A través de este recurso de apoyo las empresas pueden gestionar conflictos internos o con posibles organismos públicos, buscando la solución más óptima con el fin de evitar una posible crisis de reputación de marca, un daño en los vínculos de relación comercial o simplemente, un agravamiento de la situación que requiere una decisión. .

La mediación empresarial parte de la realidad de cada organización como una entidad única. Por tanto, esta herramienta de apoyo busca ofrecer soluciones a las demandas reales de cada negocio.

Estos conflictos pueden darse en el plano humano de las relaciones que se producen en el contexto de la empresa. Por ejemplo, conflictos entre el personal del equipo, dificultades en la comunicación interna, resolución de diferencias con un cliente insatisfecho o problemas de relación entre los socios que gestionan el proyecto.

Beneficios de la mediación empresarial

La mediación empresarial ofrece beneficios muy positivos a la empresa. Desde el punto de vista económico, reduce costes que se agravan en caso de llevar un conflicto a través de un proceso judicial. Pero además, a través de la mediación también se logran acuerdos que son positivos para las partes implicadas. La mediación empresarial interioriza el criterio de justicia a través del valor de la equidad en la propuesta de soluciones.

Por ello, en caso de que tengas que trabajar con un compañero tan negativo, tal vez, puede que te sientas víctima del destino, hagas ansiedad, o creas que no mereces pasar por una situación así. Lo mejor es que relativices la situación, te centres en lo tuyo y no pretendas agradar a todo el mundo. En caso de que pretendas hacerlo, entonces, sí que te frustrarás sencillamente, porque es imposible.

Por otra parte, céntrate en aquellas personas de la empresa que sí te hacen sentir bien. El mayor problema es centrar la atención en lo negativo cuando existen tantos elementos positivos en el entorno. Pon en práctica el sentido del humor, en vez de hacer un drama por situaciones negativas en la empresa, intenta reírte y no dejar que una cuestión puntual te amargue el día entero.

En el peor de los casos, puede suceder que sea precisamente el jefe, la persona difícil que te hace los días poco agradables en la oficina. En ese caso, y llegado el momento, muchos trabajadores optan por buscar un nuevo empleo. Y es que, la realidad es que a veces, por mucho que uno ponga de su parte, puede que la situación emocional sea insostenible. Y no merece la pena ser infeliz por un tema laboral que después de mucho tiempo, te desborda. Es decir, a veces, es bueno cambiar de aires.

Por otra parte, un conflicto no implica que se pierdan las formas o el respeto al otro. El respeto se pierde de muchas formas posibles, por ejemplo, cuando se critica a un compañero de la empresa ante una tercera persona. Si hay una cualidad que de verdad valora un jefe es la de tener un empleado prudente que sabe tratar los asuntos de forma confidencial y privada.

Por otro lado, es esencial aprender a observar los conflictos como una oportunidad para el aprendizaje y la superación personal. En la medida en que se superan obstáculos y barreras es posible evolucionar y poner en práctica nuevos recursos emocionales como por ejemplo, la paciencia, la asertividad o la generosidad con el otro.

Si por alguna razón te llevas mal con un compañero de trabajo, entonces, evita hablar más de lo necesario con esa persona. Céntrate en tus relaciones con otros compañeros para evitar la negatividad y el mal humor. Es normal que te lleves mejor con unos compañeros que con otros, es decir, conviene asumir esta realidad sin ningún tipo de culpa ni de malestar.

Cada persona debe de contribuir en la medida de sus posibilidades al buen ambiente en la oficina, poner de su parte para que todo vaya bien y ello implica no sólo ejercer la labor de una forma eficaz sino también, poner en práctica las habilidades sociales.