No se trata de fomentar la dependencia hacia el reconocimiento externo. Cada profesional puede cultivar su propia motivación a nivel interno. Sin embargo, las caricias positivas nutren el talento, la creatividad y el bienestar de los empleados. Se materializan en frases concretas que reconocen el esfuerzo, la implicación y la superación.
El líder toma decisiones que pueden ser muy complejas. En ocasiones, no puede detenerse durante mucho tiempo para analizar cuál es la alternativa correcta entre diferentes opciones. Sin embargo, cualquier medida que se lleva a cabo produce consecuencias. En definitiva, haz aquello que crees que es más adecuado en el contexto en el que te sitúas. Ten en cuenta cuáles son las necesidades de la empresa y del equipo.
La motivación es un ingrediente que adquiere perspectivas distintas en las expectativas de cada empleado. Algunos profesionales se orientan hacia el logro y la consecución de resultados. Otros priorizan el buen clima de trabajo y el sentido de pertenencia. Algunas personas desean crecer en la empresa al acceder a puestos de más responsabilidad. Por ello, conoce al equipo en el que trabajas para conectar con las necesidades de cada colaborador.
Cuando un líder etiqueta una emoción como negativa, tiende a reprimirla o evitarla. Y transmite un mensaje limitante a los empleados. Durante el ejercicio del liderazgo pueden surgir sentimientos, sensaciones y emociones muy diferentes. Escucha incluso aquellas que te resulten más desagradables porque también tienen algo que decirte en el contexto de una negociación, en una reunión de trabajo, en la gestión de un imprevisto o en cualquier otro ámbito.
Incluso en las situaciones más complicadas, no pierdas de vista el valor del vínculo profesional. El equipo no debería girar alrededor del líder de forma constante. Ese posicionamiento alimenta el ego de quien ejerce una influencia que parece elevar su propia vanidad.
La dirección que une al grupo remite hacia un punto diferente: el objetivo. Humaniza las relaciones con el equipo: guía y acompaña como un mentor que comparte su conocimiento, su experiencia y su sabiduría profesional.
La visión de una situación se enriquece cuando el líder integra diferentes puntos de vista. Pues bien, puedes pedir retroalimentación a los directores de departamento y a los miembros del equipo en torno a aquellos asuntos que implican a varias personas. Cada perfil puede aportar su experiencia, formación, perspectiva y capacidad de crecimiento.
Como líder, es importante que conozcas cuestiones técnicas que están directamente vinculadas con la especialidad de la entidad en la que desarrollas tu labor. Pero la preparación de un líder integra otras muchas variables: habilidades sociales, comunicación asertiva, resolución de conflictos, empatía, mentalidad de crecimiento, colaboración…
La posición del líder no es la de un amigo. La calidad del vínculo no depende de la amistad, sino de otros valores como la sinceridad, la coherencia y la responsabilidad. El liderazgo es muy complejo en la práctica porque supone tomar decisiones que pueden alejarse de las expectativas del entorno. Es decir, quizá haya alguien que no esté de acuerdo con una medida. Por tanto, si quieres liderar con inteligencia emocional una empresa establece una diferenciación entre lo importante y lo secundario.
]]>Acepta este temor como un hecho natural a partir de la causa que lo produce. De este modo, te resultará más fácil poner el sentimiento en su contexto adecuado. Además, existen emprendedores que analizan el temor únicamente en su vertiente negativa cuando en realidad, se trata de un sentimiento muy positivo que te ayuda a ser prudente y a reflexionar sobre las posibles consecuencias de cada opción.
Una forma de controlar el miedo es imaginar qué pasaría en caso de que realmente ocurriese aquello que tanto temes. Esta fantasía puede ayudarte a desdramatizar el temor al fracaso y a relativizar los riesgos. Por tanto, los miedos también te hacen ser más consciente de tus límites y pueden ser un impulso para entrenar tus fortalezas a través del plan adecuado.
El miedo muestra el ámbito de dos realidades muy humanas al montar un negocio: existen aspectos que el emprendedor puede controlar pero también existen factores que quedan abiertos al azar. Una forma de reducir el temor es poner el punto de atención en aquellos puntos que dependen del control de la voluntad ya que son estas incertidumbres las que pueden producir estrés.
Uno de los errores más importantes que es la base del miedo al fracaso es concluir que este fracaso habla sobre un aspecto personal cuando no es así. Existen personas que cuando tienen una derrota importante dudan sobre su propia valía.
]]>Existen momentos críticos en los que tener las emociones bajo control es un requisito indispensable para poder deliberar sobre un asunto determinado. Al tener las emociones bajo control, el emprendedor tiene una menor predisposición para concentrar toda su energía en la búsqueda de la solución eficaz para un conflicto determinado.
En caso contrario, si un profesional se siente desbordado por la ansiedad, por ejemplo, entonces, no está en condiciones de reflexionar sobre ese tema. La inteligencia emocional dota al sujeto de un control sobre las situaciones en lugar de ser esclavo de las mismas.
La inteligencia emocional también es de gran ayuda para potenciar la flexibilidad emocional. Es decir, desde este punto de vista, el profesional no se encierra en una única solución posible ante los conflictos, ni en un único modo de ver las cosas sino que analiza distintas alternativas. Es decir, a mayor nivel de inteligencia emocional también existe un grado más alto de creatividad.
Desde la inteligencia emocional, una persona tiene una mayor fortaleza mental y hace un mejor uso de los recursos internos para poder negociar con éxito. La inteligencia emocional potencia la empatía, las habilidades sociales y el carisma (factores que también influyen en una negociación).
La inteligencia emocional también mejora el sueldo emocional de aquel que busca un sentido positivo a su función cotidiana en la empresa. De este modo, se produce un incremento en el nivel de autoestima y también, un mayor desempeño profesional.
]]>Tener una mente inquieta y curiosa es básico para aprender cosas nuevas. Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, en la actualidad, existen muchos recursos para estar en contacto con información de este tipo. Puedes leer blogs sobre esta temática, consultar revistas de psicología, leer libros sobre inteligencia emocional… De hecho, puedes crear con tu grupo de amigos más cercanos, un taller de lectura en el que os podéis comprometer a leer un libro mensual para luego comentarlo en común. De esta forma, te enriqueces a través del feedback con el grupo.
También puedes participar en cursos emocionales, asistir a tertulias y seguir a profesionales que son un referente en el sector a través de las redes sociales.
A pesar de que cada persona tiene su camino a nivel profesional, existen muchas vivencias similares a nivel general. La mayoría de los trabajadores ha experimentado en su carrera momentos de ilusión que contrastan con etapas de desánimo. Por ello, aprende de la experiencia de aquellos que te quieren y te dan sus consejos porque desean lo mejor para ti.
La experiencia es la mejor escuela para adquirir inteligencia emocional ya que es a través de una experiencia práctica cuando de verdad puedes extraer una lección de inteligencia emocional. En este sentido, recuerda que en los errores se esconde una gran oportunidad de aprendizaje. Por ejemplo, de los fallos que hayas tenido en el plano de la comunicación en la empresa, habrás aprendido lo que no se debe hacer.
]]>Los conflictos de trabajo, en ocasiones, se agravan porque los trabajadores no se conocen lo suficiente desde un punto de vista personal. Por ello, es adecuado promover los cursos de formación en la empresa porque en este tipo de ámbito, los trabajadores pueden conocerse en un contexto diferente. Y después de haber compartido una sesión formativa, son muchas las personas que tienen una imagen totalmente renovada del otro.
No te tomes todo tan a pecho, no te consideres tan importante, no lo lleves todo al plano personal, y vivirás mucho mejor. Dado que de por sí, el plano del trabajo no es un camino de rosas para muchas personas, la actitud es la única alternativa que tienes a la hora de sobrevivir mejor a ciertas tensiones.
En caso de tener una situación realmente negativa en el trabajo, entonces, lo mejor y más saludable es buscar otro empleo. En la actualidad, muchas personas ya ni siquiera buscan trabajo para cambiar de empleo, porque en la crisis existe menos oferta. Sin embargo, la crisis no puede ser motivo de resignación sino todo lo contrario: aunque las cosas estén más difíciles, se puede salvar la dificultad con esfuerzo.
]]>Una empresa está formada por personas que son un equipo, es decir, no son islas independientes, sin embargo, en más de una ocasión, se comportan como si lo fuesen porque no existe comunicación adecuada, no existe motivación a nivel individual para cada persona (cada trabajador tiene unas necesidades distintas).
Existe un proceso real a nivel emocional. Son muchos los trabajadores que comienzan dando el máximo cada día en la oficina al entrar a trabajar en una empresa, de hecho, dan incluso más de la cuenta, al invertir más tiempo del necesario. Sin embargo, con el paso del tiempo, viendo que el esfuerzo no se valora, que no reciben ningún tipo de compensación emocional a cambio, comienzan a dar el mínimo exigido.
Esperar el reconocimiento externo constantemente, puede llevarte a la frustración de quedar siempre a la espera de algo que, tal vez, no llegue nunca. Por ello, lo importante es que seas tú quien disfrutes con aquello que haces, y hagas de ese disfrute tu mayor premio y tu mejor compensación.
Intenta ser tú un ejemplo de inteligencia emocional con los demás, y no dudes en felicitar a tus compañeros de trabajo por un motivo concreto. Muchas veces, los jefes piensan de una forma equivocada que el dinero es la mejor forma de motivación cuando en realidad, son las palabras las que generan una fortaleza especial en el ánimo de un trabajador.
]]>Para trabajar la inteligencia emocional es importante que la persona sea consciente de una serie de aspectos. En primer lugar, es vital la autoconciencia, es decir, que la persona sepa familiarizarse con sus propias emociones, lo que puede hacerse escuchándose a uno mismo y siendo conscientes de los impulsos. Una información que es vital canalizar porque con ella la persona puede protegerse de algo que molesta o que dificulta alcanzar el objetivo profesional marcado.
También es fundamental la motivación, ya que está directamente relacionada con las emociones que una persona tiene ante la aparición de los obstáculos. Lo conveniente es mantener una actitud positiva y pensar que ese problema, fallo o dificultad que haya surgido es producto de una situación determinada que se puede superar. Es vital no pensar que ese obstáculo no se puede afrontar y que esa situación no puede cambiar.
Y como las emociones son importantes, evidentemente hay que saber gestionarlas puesto que, a veces, no se reacciona de la mejor manera ante una determinada situación. Sin embargo, esa reacción se puede cambiar para que sea adecuada. Para ello, hay que fijarla a través de la razón.
En esta línea, se encuentran también las habilidades sociales que deben trabajarse para utilizarlas a favor de uno mismo y para conseguir el objetivo marcado. Hay que pensar que las personas no perciben igual a alguien alegre que a una persona triste y que entristece a los demás con su presencia.
La gestión no sólo debe contemplar las emociones, sino también el cuerpo y la mente. Es preciso controlar el estrés y la tensión para lo que es de utilidad hacer ejercicios de relajación o bien practicar deportes o actividades físicas que permitan conectar mente y cuerpo.
Y otra de las claves para trabajar la inteligencia emocional es la empatía para responder de forma adecuada a lo que sienten las personas que se tienen en el entorno y con las que uno se relaciona.
]]>Cuida mucho tus palabras porque la forma en la que te hablas a ti mismo también te genera emociones positivas o negativas. Para ello, puedes darte mensajes optimistas: “Me siento afortunado por tener este trabajo”, “me gusta aprender cada día algo nuevo”, “soy capaz de afrontar retos diferentes”…
Según Martil Seligman existen cinco grandes fortalezas en el ser humano que pueden ayudarte mucho en tu carrera laboral: el optimismo, la gratitud, el entusiasmo, la curiosidad y la capacidad de amar y de ser amado. Por ello, piensa siempre en positivo pero también, siendo realista. Sé agradecido a la oportunidad laboral que tienes. Ama tu trabajo y en caso de que te resulte imposible hacerlo, entonces, no te conformes y busca una opción mejor, simplemente, porque mereces ser feliz y hacer algo que te llene más.
]]>Además, la Inteligencia Emocional en los equipos es positiva para prevenir que se adopten roles individualistas donde uno quiera brillar por encima de los demás. Trabajar en equipo implica asumir que los méritos se comparten, es decir, que los premios se disfrutan de este modo. Aquel que no se sienta preparado para trabajar de esta forma, puede buscar otro camino ya que existen otros trabajos que no implican formar parte de ningún equipo.
La Inteligencia Emocional ayuda no sólo al jefe sino también a los empleados. A través de la escucha activa de las emociones es más fácil resolver conflictos, mejorar el ambiente y fomentar el autoconocimiento.
]]>En el mundo de la empresa, el talento, muchas veces, se desperdicia por ignorancia emocional y por falta de motivación del propio jefe. Para convertir el talento en un valor de futuro es mejor empezar a apostar al cien por cien por los trabajadores de la empresa. Por ello, cada uno debe de estar en el puesto que mejor se adapta a su perfil. Las personas no rinden del mismo modo en cualquier función, por ello, lo ideal es dar con la clave para potenciar su creatividad y su bienestar.
Del mismo modo, las empresas deben invertir en formación para seguir dando la opción a los trabajadores de aprender y seguir mejorando en sus competencias. De lo contrario, el espíritu competitivo muere y se estanca. El talento, como tal, es una semilla que no florece si no se cultiva y se alimenta a través de los ingredientes adecuados. Del mismo modo, dicho talento es una fortaleza que puede crecer en varias direcciones. Lo importante es canalizar toda esa fuerza en un solo camino para evitar el agotamiento.
Por otra parte, para crear valor es importante que cada trabajador crea en sí mismo. Por tanto, alimente su autoestima y pueda trabajar en un clima laboral en el que hay un alto grado de inteligencia emocional.
]]>Del mismo modo, la empatía es clave a la hora de llegar a acuerdos y negociar. Pero especialmente, la motivación es el pilar fundamental, no sólo en el éxito sino todavía más ante un fracaso. Cuando las cosas no muestran su mejor color, tener un estado de ánimo positivo puede ser el mejor vehículo para sacar adelante un negocio.
¿Cómo puedes saber si eres una persona con un alto grado de Inteligencia Emocional o te queda camino por avanzar? En primer lugar, podrías apuntarte a un curso de empresa sobre esta temática ya que en este área de formación podrías conocerte mucho más a ti mismo. Pero a la vez, también existen otros síntomas de una baja Inteligencia Emocional. Por ejemplo, el hecho de que te desborden algunas emociones hasta el punto de que te bloqueen o interfieran en el perfecto desarrollo de la rutina es un síntoma negativo.
La ansiedad se puede convertir en un obstáculo que requiera de la ayuda de un profesional. No es un síntoma de Inteligencia Emocional el hecho de agrandar un problema al máximo. Por ejemplo, dar vueltas a una discusión con el jefe no te llevará más que a aumentar tu insatisfacción. Es más importante pensar en soluciones y poner la mente en un objetivo más gratificante.
En esencia, tu nivel de bienestar en el trabajo te dirá si te sientes bien contigo mismo y capaz a la hora de gestionar tus propias emociones y de reconocerlas en el entorno laboral. Para ello, recuerda una situación vivida en el trabajo en la que crees que reaccionaste de la forma equivocada. Y también, en positivo, recuerda un momento en el trabajo en donde te sientes satisfecho con tu nivel de asertividad.
]]>Sin duda, la Inteligencia Emocional puede llevarte al éxito a nivel profesional en la medida en que aprendes a detectar cómo a veces, ciertas emociones o el pensamiento negativo pueden interferir en tus sueños. Por ejemplo, muchos emprendedores tardan mucho tiempo antes de crear un negocio por el temor de que salga mal. De hecho, muchas personas ni siquiera se animan a dar ese primer paso de arriesgar.
La Inteligencia Emocional es positiva para trabajar directamente sobre algunos campos vinculados con la empresa: por ejemplo, el trabajo en equipo, la motivación, las técnicas de comunicación, el liderazgo. La Inteligencia Emocional implica entender que hoy día, no es suficiente con tener un buen currículum y saber idiomas a la hora de alcanzar el éxito sino que también, se debe ser una persona proactiva, con habilidades sociales y capacidad de generar empatía y credibilidad.
Es decir, el carácter interfiere mucho más de lo que parece a simple vista en la consecución de las metas y de los logros. Por ello, en muchas ocasiones, un emprendedor debe aprender a trabajar sus propios límites y sus miedos internos para poder crear un proyecto en expansión con valor de futuro. Por otro lado, también es importante aplicar la Inteligencia Emocional a los momentos de dificultad cuando los resultados no son los esperados.
Es posible aprender mucho de este tema a través de cursos de formación dirigidos a trabajadores o también, mediante la lectura de libros que tratan sobre esta cuestión.
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