En ese sentido, el objetivo es saber qué hay más allá del documento que hemos podido leer sobre esa persona y que nos ha llevado a concertar la entrevista de trabajo. Queremos conocer cuáles son sus habilidades interpersonales y otras cuestiones que no saltan a la vista, y para eso no hay nada mejor que el conocido método STAR.

¿En qué consiste una entrevista conductual?

Dicho método consiste en una serie de preguntas de comportamiento que se responden en cuatro partes: situación, tarea, acción y resultado. Con este tipo de preguntas, a diferencia de lo que suceda en una entrevista situacional, lo que se pretende es entender cómo tus experiencias previas influirán en tus acciones futuras. Por ello, hay que ser lo más honesto posible a la hora de responder.

Ejemplos de preguntas de entrevista conductual

Para empezar, podemos mencionar la adaptabilidad, algo que sin lugar a dudas es muy importante en un mundo tan cambiante como el actual. Por ello, no es extraño encontrar preguntas de este tipo:

– Háblame de una situación en la que hayas tenido que aprender algo nuevo sobre la marcha.
– Háblame de alguna ocasión en la que hayas resuelto un problema sin recurrir a un método convencional.

Evidentemente, el trabajo en equipo es algo que también se suele preguntar en este tipo de entrevistas, ya que muchas empresas trabajan de esta forma y quieren asegurarse de que el candidato está preparado para rendir junto a sus compañeros. Así pues, cabe esperar preguntas como las siguientes:

– ¿Qué es lo más increíble que has aprendido sobre trabajar en equipo?
– Háblame de una situación en la que hayas tenido un choque de personalidades con un compañero de equipo.

La gestión del estrés es otra de las cuestiones presentes en las entrevistas conductuales, ya que en ocasiones los trabajadores deben resolver situaciones complicadas en poco tiempo y sin margen de error. De ahí que en estas entrevistas haya preguntas de este tipo:

– Háblame de una ocasión en la que se te presentó un plazo de entrega que no se podía cumplir.
– Háblame de un momento en el que tuviste la sensación de que estabas experimentando una crisis profesional.

Como el tiempo es oro en los tiempos que corren, la gestión del tiempo también es uno de los temas que suelen preguntarse en una entrevista conductual. Más concretamente:

– Háblame de un momento en el que sabías que el plazo de entrega no se iba a poder cumplir.
– ¿En qué te basas para priorizar lo que hay que hacer dentro del calendario de un proyecto?

Además de los conocimientos de un trabajador, es bueno saber cuáles son sus motivaciones y valores, ya que eso dice mucho de lo que se puede esperar de una persona. Por ello se hacen preguntas de este tipo:

– ¿Alguna vez has sido capaz de convencer a alguien para que haga algo en lo que no creía?
– ¿Cómo eres capaz de motivarte cuando se te asigna un proyecto que no es de tu interés?

Tras estos ejemplos que acabamos de exponer, hay que decir que las respuestas deben ser sinceras y no hay que ponerse nervioso ante el entrevistador, quien seguramente preparará con tiempo las cuestiones para obtener el máximo de información posible sobre el candidato. Todo eso sin olvidar lo importante que es previamente recurrir a plantillas de CV para lograr empleo, algo que podrás obtener fácilmente gracias a CVapp.

Características de la entrevista de trabajo de tensión

En la entrevista de estas características, el nivel de dificultad de las preguntas va en aumento por lo que el candidato siente que debe de resistir a una mayor presión. El entrevistador puede realizar preguntas irónicas que pueden ser realmente molestas para el candidato.

Son preguntas que tienen como objetivo conocer mejor al candidato para observar algunas de sus reacciones cuando está sometido a una situación de tensión. Por tanto, el candidato debe de recordar que no se trata de un asunto personal sino de un medio de conocimiento.

En la entrevista de trabajo de tensión, el seleccionador también puede pedir al candidato que haga una prueba práctica en ese momento que esté vinculada con las competencias del puesto de trabajo. Por ejemplo, un comercial puede realizar la prueba de tener que simular una venta en ese mismo instante delante del entrevistador.

El entrevistador también puede producir un efecto de choque en algún punto de la entrevista al generar una tensión añadida: criticando los puntos de vista del entrevistado, interrumpiendo sus razonamientos de una forma constante o actuando con aparente indiferencia (silencios prolongados) a las respuestas de éste. El entrevistador muestra una actitud distante como si estuviera a la defensiva.

Cómo debe actuar el candidato

El candidato puede sentir la contradicción de no entender exactamente el motivo por el que le han llamado para hacer la entrevista. Es muy importante mantener la calma y seguir con la actitud inicial de la entrevista para mostrar una coherencia de principio a fin.

No restar importancia a esta entrevista

Algunos candidatos consideran como algo secundario hacer una entrevista por teléfono respecto de hacerla a nivel presencial en una empresa. Este es el primer fallo que reside en la actitud porque cuando una entrevista no se considera tan importante, entonces, el candidato tampoco dedica el tiempo suficiente a prepararla y puede caer en el error de improvisar en función del momento. En realidad, el candidato debería de aprovechar las fortalezas propias de una entrevista por teléfono (mayor libertad personal) para ser él mismo.

En una entrevista de trabajo por teléfono tienes algunas ventajas que no tienes en una entrevista presencial. No tienes que preocuparte por tu look, ni tienes que perder tiempo en desplazamientos y además, puedes tener un pequeño esquema a modo de guión para marcarte unas pautas básicas.

Comunicas más allá de las palabras

Existen candidatos que se quedan únicamente en el plano de las palabras como si la comunicación terminase en ese nivel cuando en realidad, al igual que un candidato comunica a través de su aspecto físico en una entrevista presencial, del mismo modo, un candidato también comunica a través de su tono de voz, de la energía que transmite al descolgar el teléfono y a lo largo de la conversación. Estar muy atento al tono de la voz para romper la monotonía y tener un buen ritmo es importante para aportar una buena imagen personal.

La comunicación es mucho más compleja en la comunicación por teléfono porque corres el riesgo de interrumpir al seleccionador constantemente si no te concentras en escuchar bien la pregunta hasta que finalice y a partir de ahí tomar tú el turno de palabra. De lo contrario, se pueden producir ruidos emocionales e interferencias.

Al igual que en una entrevista presencial también tienes que aprovechar esa conversación para hacer preguntas importantes. Comunicas incluso en la forma en la que te despides, por tanto, mantén la energía desde el primer momento hasta el último. Utiliza la fórmula usted para dirigirte al interlocutor.

Buscar el silencio

Otro fallo posible es el de elegir un lugar poco silencioso para hablar. Una entrevista de trabajo por teléfono es lo suficientemente importante como para que busques un lugar en el que no vayas a tener ninguna interrupción para poder charlar con tranquilidad. En general, el mejor lugar para hablar es desde casa. Pero en ese caso, pide a las personas con las que convives que guarden silencio durante ese periodo de tiempo. Infórmales de que vas a tener una llamada de teléfono importante para que no sólo tú puedas estar preparado sino para que ellos también lo estén y no te interrumpan en ese momento.

Es un error no estar preparado para ciertas preguntas difíciles

Las preguntas de trabajo difíciles no solo se realizan personalmente sino que también puede que tengas que afrontar por teléfono preguntas comprometidas como las expectativas salariales que tienes para ese puesto. Tienes que estar totalmente concentrado en que más allá de ser una entrevista por teléfono, es una charla profesional. Y como tal, tienes que asumir ese rol para no sentir que quedas desprevenido ante un despiste.

Presta atención a tu estado de teléfono móvil

Evita que el teléfono te dé sustos importantes como, por ejemplo, quedarte sin batería. Del mismo modo, asegúrate de que el teléfono funciona correctamente y no ofrece problemas para hablar.

Puntos a tener en cuenta

A la hora de realizar una dinámica de grupo es muy importante que tengas claro qué ahí no vas a hacer amigos porque existe un puesto de trabajo en juego. Por tanto, tienes que centrarte en tu objetivo. Tienes que participar y hablar. Existen personas que cometen el error de quedarse calladas y en un segundo plano. Piensa que con tu actitud transmites mucho a un seleccionador.

Conviene recordar que en una dinámica de grupo no se valora tanto cuánto sabe una persona sino sus habilidades personales. Por ello, no existe una única respuesta correcta.

Lo importante es que seas tú mismo y que sepas defender tu idea con asertividad. No cambies de opinión conforme cada contrario aporta su idea porque podrías causar imagen de tener poca personalidad. Son pruebas que tienen un límite de tiempo. Por tanto, controla la hora y conforme se acerque el momento de cierre, realiza una síntesis de todas las ideas aportadas por el grupo.

Estás en una dinámica de grupo, por tanto, tienes que tener en cuenta las ideas de los demás para formar un buen equipo. Muestra que eres una persona que sabe escuchar y respetar el turno de palabra.

Entrenamiento práctico

Este tipo de dinámicas pueden resultar un tanto incómodas la primera vez que se realizan. Sin embargo, conforme te vas entrenando, te sientes más cómodo y seguro de ti mismo. Tú no sabes exactamente el perfil que está buscando dicha empresa así que asume que juegas con el desconocimiento de no conocer todas las cartas del juego.

Además, el lenguaje corporal también es fundamental para poder triunfar. Por ello, sonríe pero sin resultar artificial. Sonreír todo el rato puede ser tan poco efectivo como estar serio en toda la entrevista de trabajo. Por ejemplo, un buen momento para sonreír es cuando conoces a quien te va a hacer la entrevista, en el momento de las presentaciones. Del mismo modo, puedes hacerlo en la despedida.

Para causar también una buena impresión llega puntual a la cita, pero con un máximo de diez minutos de tiempo, además no vayas acompañado: no es un plan con amigos sino una cita profesional. Demuestra que eres un adulto. Cuida tu tono de voz y el ritmo: habla en un tono bajo y pausado. Lleva en un dossier tu currículum por si la otra persona quiere echarle un vistazo en ese mismo momento.

Apaga el teléfono móvil antes de entrar al despacho para que no haya ningún tipo de interrupción. No critiques a jefes anteriores, evita comentarios negativos y pesimistas, céntrate en ese momento y no mires el reloj porque es un signo de tener prisa.

Hazte valer: muestra que tú también tienes tus condiciones: recuerda que eres libre de rechazar una oferta de empleo si no cumple tus expectativas. Habla sobre actividades de formación que estés cursando actualmente.

Produce muy buena imagen ver que una persona ha aprovechado muy bien su tiempo a pesar de su juventud. Es decir, la relación entre experiencia y la edad del candidato también es más que positiva. En este sentido, no es un requisito indispensable poner la edad en el currículum, de hecho, se aconseja no poner este dato en caso de estar en desempleo y tener más de cincuenta años.

Una presentación visual y atractiva que favorece la claridad de la lectura también refleja una buena imagen a nivel personal. Algo que aporta muy mala imagen en un currículum son las mentiras. Dichas mentiras pueden ser detectadas con facilidad en una entrevista de trabajo, por tanto, di siempre la verdad, porque la sinceridad es un valor en alza.

¿Cómo transmitir una buena imagen personal a partir de un currículum? Mostrándote tal y como eres sobre el papel.

A la hora de acceder a un empleo ten en cuenta que muchas ofertas de empleo ni siquiera llegan a publicarse. Es decir, muchos trabajadores tienen nuevas opciones de empleo a través de los contactos de trabajo y del networking. Otra situación que es difícil para muchos candidatos es la de hacer una entrevista después de llevar mucho tiempo en el paro. En ese caso, puedes plantear el tema de una forma positiva explicando todo lo que te ha aportado ese tiempo en desempleo y también, qué has hecho tú en ese tiempo: cursos de formación, actividades de voluntariado…

Para vender bien tu trayectoria en una entrevista de trabajo, intenta mostrar solamente los puntos de tu currículum que están vinculados con el puesto de empleo.

Existe otra cuestión difícil, especialmente, en tiempos de crisis económica: “¿Cuáles son tus aspiraciones económicas?” Los sueldos son cada vez más bajos pero eso no significa que tengas que conformarte con el mínimo. Saber dar valor a tu trabajo también es un punto a tu favor. En una entrevista de trabajo, tu vida personal también puede ser objeto de interrogatorio. Así sucede cuando te preguntan: “Qué haces en tu tiempo libre”. En ese caso, puedes explicar que haces cursos de formación. Mejor todavía si esos cursos están relacionados directamente con la profesión que vas a ejercer. En otros casos, también te pueden preguntar cuáles son tus planes de futuro. Por ello, intenta tener las cosas claras antes de la entrevista.

Dichas habilidades se muestran incluso en una primera toma de contacto. Para ello, en la entrevista, comienza hablando de usted al interlocutor y no cambies hasta que él no te diga que puedes hablarle de tú (algo que puede que no suceda). Por otra parte, tampoco te sientes en la silla hasta que la otra persona te invite a hacerlo. Habla en términos muy positivos sobre tus experiencias profesionales previas y las oportunidades que has tenido, mostrarás que eres una persona agradecida. En la entrevista, a la hora de despedirte, sé breve pero sonríe.