1. El síndrome del impostor: miedo a quedar en evidencia por la falta de conocimiento

Cuando un profesional habla en público, se dirige a una audiencia concreta. Es habitual que haya un espacio para atender las preguntas de los allí presentes a través de una ronda de respuestas. El síndrome del impostor también puede vivirse en este escenario como muestra el miedo que experimenta quien teme quedar en evidencia ante los demás por la falta de conocimiento sobre la materia al no saber responder alguna cuestión relevante. Es decir, le preocupa que su proyección como experto pueda quedar empañada por esa circunstancia.

2. El temido bloqueo: miedo a no saber qué decir

Pese a haber preparado y ensayado con detenimiento la exposición, es posible anticipar un escenario negativo. Así surge el temido bloqueo que, evidentemente, puede producirse en algún instante. Sin embargo, la persona también cuenta con recursos para sobreponerse a la situación. El miedo a no saber qué decir genera mucha incomodidad cuando el protagonista se encuentra fuera de su zona de confort.

3. Miedo a las críticas negativas y destructivas

La vulnerabilidad que produce hablar en público tiene que ver con la sensación de desprotección que experimenta quien se siente vulnerable ante la mirada ajena. Es decir, el temor a las críticas negativas y destructivas suele ser frecuente en este ámbito. Sin embargo, en lugar de evitar cualquier comentario desagradable es mejor afrontar el punto de vista externo porque aporta un gran aprendizaje: es prácticamente imposible agradar a todos los presentes en una reunión o un evento. Cada uno se forma su propia opinión sobre la experiencia.

4. El miedo a no estar a la altura

En principio, este temor parece estar relacionado con la gestión de las expectativas ajenas. Sin embargo, está más enfocado en el peso que el profesional deposita sobre sí mismo cuando confunde la excelencia o la calidad con la perfección (que es un reto imposible). De este modo, la persona se preocupa por el alcance de los posibles errores que puede cometer en una presentación o en una reunión.

5. Miedo al ridículo

Es uno de los temores que puede llegar a ser más limitante para emprendedores, empresarios, autónomos y profesionales cuando hablan en público. ¿Y cómo superar este temor? El sentido del humor puede ayudar a relativizarlo. Las clases de teatro, por otra parte, ofrecen herramientas y recursos para adquirir un mayor nivel de seguridad y confianza.

6. Miedo al miedo

Es natural experimentar cierto nerviosismo antes de comenzar una charla, una presentación, una conferencia o una reunión importante. Es un signo de la responsabilidad con la que el profesional afronta el acto. Sin embargo, experimenta emociones y sensaciones que son bastante incómodas y desagradables. Y le hacen llegar a la conclusión de que el miedo en sí mismo es negativo. Por el contrario, es recomendable acotarlo y contextualizarlo para entender su sentido.

Ese temor habrá quedado atrás cuando finalice la causa que lo provoca. Una interpretación negativa de la emoción puede derivar en el miedo al miedo al hablar en público. Es decir, en el deseo de evitarlo por encima de todo.

¿Qué otros temores frecuentes surgen al hablar en público desde tu punto de vista?

1. Un espacio ideal para el networking

Son programas que conectan con un público objetivo que gira en torno al universo emprendedor. Por ello, es probable que coincidas con otras personas que, aunque afrontan una realidad diferente, tienen aspectos en común contigo. Lleva tu tarjeta de visita, prepara una presentación breve y toma la iniciativa en el contacto.

2. Hacer preguntas a personas con experiencia

Las charlas y conferencias tienen un enfoque bidireccional. Generalmente, el ponente dedica unos minutos a responder algunas de las preguntas de los asistentes en un espacio que adquiere la forma de un coloquio. Es decir, se crea un marco de conversación en torno a cuestiones planteadas durante la charla. Pues bien, puedes hacer tus consultas a profesionales que, con frecuencia, son un referente en su sector.

3. Aprender a hablar en público

Existen diferentes dificultades que un profesional debe superar en su camino emprendedor. El miedo a afrontar una presentación en público es un límite recurrente. Sin embargo, es recomendable mejorar la oratoria, las habilidades comunicativas y la asertividad.

Pues bien, asiste a charlas y conferencias para emprendedores: a través de la observación puedes aprender grandes lecciones sobre el arte de hablar en público. Tienes la posibilidad de identificar qué rasgos caracterizan a aquellos ponentes que causan un impacto muy positivo.

Por ejemplo, son personas que muestran un buen dominio del lenguaje verbal y corporal. Además, poseen su propio estilo en la forma de impartir la charla. La observación de diferentes espacios profesionales también puede ayudarte a visualizarte a ti mismo en el rol de orador.

4. Conocer los errores cometidos por otros emprendedores

Las charlas y conferencias especializadas no solo ponen el acento en aciertos y logros alcanzados. Con frecuencia, profundizan en torno a aquellos fallos cometidos en diferentes etapas del proceso. Los ponentes comparten su experiencia y su aprendizaje con el público. Aportan una información clave y una perspectiva realista del mundo de los negocios.

5. Conocer a referentes con los que puedes seguir en contacto a través de redes sociales

En ocasiones, la asistencia a un evento se convierte en una oportunidad para conocer presencialmente a un perfil que tiene una gran proyección en redes sociales. En otros casos se produce el proceso opuesto.

Es decir, la participación en un espacio profesional permite reconocer el talento de nombres con los que mantener un contacto posterior por medio de diferentes recursos digitales. Existen profesionales con mucho potencial, que no han alcanzado una gran proyección a nivel nacional, pero son muy conocidos en el ámbito local.

6. Aprender a escuchar

Es muy positivo que un emprendedor escuche atentamente a proveedores, empleados y clientes. Y necesita comprender la información que se integra en el contexto para saber qué datos describen la realidad del sector. También puede atender la voz de mentores y profesionales que tienen experiencia práctica en el mundo de los negocios. Pues bien, las charlas y conferencias crean el marco ideal para entrenar la habilidad de la escucha atenta.

Existen muchos motivos para acudir a eventos que se dirigen a un público emprendedor. De hecho, es recomendable que dediques un espacio a actividades que impulsan el networking en el ámbito profesional.

1. La importancia del testimonio personal

El profesional que imparte la charla cuenta una historia propia. Y, por tanto, transmite su alto nivel de motivación por medio de sus palabras. Los oyentes observan el ejemplo de un referente a seguir. Y, en consecuencia, pueden modelar comportamientos que admiran en esa persona.

2. Realismo

Las charlas de motivación no solo ponen el acento en la satisfacción de los objetivos cumplidos. También hay espacio para profundizar en las dificultades y en el modo de reaccionar ante los obstáculos. En definitiva, transmiten un mensaje que deja huella en el oyente.

3. Las experiencias compartidas enriquecen al ser humano

Cada situación es diferente en sí misma y, sin embargo, se crea un hilo conductor que despierta la empatía de todos los presentes en la sala. Las palabras del ponente transmiten lecciones y experiencias que amplían la realidad de los participantes. Y, en consecuencia, se crea el espacio ideal para reflexionar y profundizar en la propia motivación interna.

4. Recuperar el foco

Es uno de los principales beneficios de una auténtica charla motivacional impartida por un ponente que destaca por su carisma. El nivel de implicación de un profesional baja cuando un emprendedor desconecta de su propia misión. Sin embargo, las palabras del orador aportan claves para recuperar la perspectiva.

5. Motivación para el cambio

Algunas charlas puede desencadenar un punto de inflexión en el oyente. El asistente a la ponencia puede tomar la decisión definitiva de impulsar un cambio en su carrera profesional. Las charlas motivacionales son ideales para encontrar respuestas a través del ejemplo de otro profesional.

1. Creación de un evento

La comunicación durante los días previos dará un protagonismo especial a la información de esta convocatoria. Mientras que para organizar un congreso es esencial planificar muchos detalles que requieren de más tiempo, un webinar permite simplificar este proceso previo manteniendo el foco en el objetivo principal: compartir conocimiento.

2. Nivel de alcance

Mientras que el aforo en una conferencia presencial está limitado a la capacidad del espacio disponible o la localización del lugar en el que se desarrolla el evento, un webinar da la bienvenida a quienes deseen vivir esta experiencia, sin estas limitaciones previas.

3. Marketing

Un webinar te permite llegar a personas que recibirán este contenido práctico pero, además, esta acción también es una propuesta de marketing ya que algunas personas pueden solicitar los servicios de la entidad tras haber participado anteriormente en un webinar que le resultó práctico.

4. Presupuesto

Un evento de estas características puede adaptarse al contexto de cada tipo de negocio en relación con el tema y el tiempo de duración, pero esta propuesta también reduce el gasto en la organización de una propuesta de estas características. Además, la inversión en este plan de acción también alimenta otras fuentes de información como las redes sociales de empresa o el blog.

¿Qué otros beneficios de los webinars para las empresas quieres añadir?

Dependencia de la tecnología

Las tecnologías ofrecen ventajas, por ejemplo, los recursos visuales que complementan el contenido de presentación de la charla. Sin embargo, puede ocurrir que internet o el ordenador sufran una avería. Entonces, tienes que demostrar la habilidad de continuar con tu propósito porque la tecnología es un medio, no un fin en sí mismo.

Incumplir el horario previsto

Tan importante es cumplir el margen establecido en relación con el horario de comienzo y de despedida. Igualmente, no olvides reservar un margen de la charla para que los allí presentes puedan participar en una ronda de coloquio y debate.

Cuidado con el humor

Existen anécdotas que pueden servir para cambiar el ritmo de la charla y continuar con más interés. Sin embargo, conviene tener cuidado con el uso del humor porque el ponente no es un cómico profesional. Y el humor es tan subjetivo que, en caso de abusar de este recurso en exceso, puede producir el efecto contrario al deseado.

Falta de planificación

Un error que no deberían permitirse tampoco los oradores más experimentados. El público presente merece un respeto. Por tanto, cualquier ponente debería recordar que su charla comienza incluso antes del horario de inicio por medio de la elaboración del guión y el ensayo previo.

Ego

Lo más importante de la conferencia no es el ponente, sino el propio entorno de aprendizaje que surge en torno a ese encuentro donde nace una dinámica bidireccional de preguntas y respuestas gracias a las aportaciones de los asistentes.

Conocer el lugar de la conferencia

Este es uno de los puntos más importantes. Conocer antes del momento definitivo, el lugar en concreto en el que vas a impartir tu conferencia es un punto clave para visualizar el espacio, situarte en él y sentirte cómodo. Si tienes la posibilidad, solicita conocer la sala antes de la fecha oficial.

El cine es un buen recurso de inspiración para, a modo de mentoring, observar la importancia de superar el miedo a hablar en público. La película «El discurso del rey» es una buena propuesta para lograr esta meta. Actualmente, también puedes disfrutar en cine de la película «Figuras Ocultas», la historia de tres mujeres reales que en los años 60, brillaron por su talento científico en la NASA. Una película que muestra cómo el conocimiento es el mejor medio para desterrar cualquier prejuicio.

Además, también puedes realizar el ejercicio de ver algunos programas de televisión sin volumen, para comprobar cómo el lenguaje corporal ofrece mucha información. Este ejercicio te ayuda a tomar conciencia de cómo tu propio lenguaje corporal envía un mensaje.

Respira profundamente y visualiza la situación

Confía en que todo saldrá bien y si surge un imprevisto, serás capaz de superarlo. Si preparas bien la charla e investigas sobre el tema del que vas a hablar, tienes el principal valor: el conocimiento.

Convierte tu conocimiento en un valor

En definitiva, en torno al universo empresarial existen muchos temas distintos. La elección del tema depende, principalmente, de tus conocimientos pero también, del público objetivo al que te quieres dirigir. Para ganar dinero como conferenciante también puedes tener tu propia voz a través de la creación de tu blog personal. Sin embargo, todavía es más recomendable que colabores con un periódico o revista para emprendedores ya que cada vez son más las publicaciones online que tienen una comunidad de blogs que se nutre de una nutrida firma de autores. Que tu blog forme parte de una revista conocida te ayudará a potenciar tu marca personal.

Sí es muy positivo que tengas una página web detallada con tu currículum, también puedes añadir información sobre tus apariciones en prensa y una sección de contacto para posibles colaboraciones. Cuando los autores comienzan a ganar más proyección reciben más propuestas para participar en congresos universitarios, en cuyo caso, también te abrirá puertas tener el doctorado.

Presenta propuestas de colaboración

Puedes presentar tus propuestas de colaboración detallando un tema concreto a organizaciones, asociaciones y centros para los que tu aportación sea un valor. Por tanto, tienes que analizar previamente el perfil de tu público objetivo para hacer una lista de posibles entidades con las que contactar.

La charla tiene que ser personal

Hoy en día, la mayoría de los temas están muy tratados y es posible acceder a fuentes de información a través de bibliografía. Sin embargo, lo verdaramente importante al impartir una conferencia es que el alma de la misma seas tú, es decir, aportes tu visión personal sobre el tema. A ser posible, también puedes introducir pequeñas píldoras de sabiduría a través de frases de autores célebres que consiguen comunicar mucho en pocas palabras.

Las conferencias en las que prima la razón sin emoción suelen ser bastante aburridas. Por el contrario, aquellas charlas en las que también hay sentimiento, logran conectar mejor con el corazón del público. ¿Cómo puedes integrar el sentimiento en una conferencia? Potenciando la inteligencia emocional, el pensamiento positivo, los valores y tu propia vocación profesional.

El final es muy importante

Entrena tu conferencia más veces de las que consideres necesarias hasta que te sientas preparado y seguro. Valora también el poder de los silencios como una forma de comunicación. Al final de la charla, intenta hacer un resumen breve de las ideas principales a modo de cierre. A lo largo de la conferencia es recomendable repetir en distintas ocasiones las tres o cuatro ideas principales de la charla con el objetivo de que calen en el oyente y pueda recordar mejor la información principal de tu argumento.

Observar a otras personas cuando hablan en público

Observar a otras personas en situaciones concretas como la defensa de una tesis doctoral o una conferencia, aporta el aprendizaje de poder observar su ejemplo. Cada ponente tiene su propio estilo de comunicación. Mediante la observación, también puedes modelar las actitudes de aquellos profesionales a los que admiras.

Al igual que a través de tu experiencia como oyente, también tomas conciencia de qué es aquello que te aleja más de un orador: un tono de voz monótono, un ritmo de exposición desestructurado, no respetar los tiempos establecidos de inicio y fin de la conferencia… Cuando asistas a ponencias en congresos y eventos profesionales, puedes anotar en un cuaderno tu balance sobre las fortalezas del ponente y sus debilidades (áreas de mejora). Intenta escuchar también vídeos de grandes oradores a través de Youtube.

Cómo ensayar tu ponencia

Cuando ensayes tu ponencia en casa o en tu despacho, lee el guión que has preparado en voz alta. Esto te permite escucharte a ti mismo. Puedes preparar tu escrito y llevarlo anotado en un papel pero también puedes realizar un esquema que contenga los puntos principales que quieres exponer y que te permita seguir tu exposición de una forma estructurada pero con un mayor nivel de improvisación.

Es muy importante que tengas un correcto control de la respiración, aprovechando los puntos y las comas para tomar aire. También es positivo que adaptes tu ritmo al oyente. Tú sabes de lo que vas a hablar porque has preparado tu conferencia pero él va descubriendo tus palabras en ese momento.

Cuál es el tema de la charla

Es importante que antes de comenzar a escribir, dediques un tiempo a reflexionar sobre un tema de interés para el público potencial al que te diriges. Solo existe comunicación real con el oyente cuando conectas con sus necesidades. Para impartir una charla es importante que te apoyes en tus fortalezas, es decir, en tu conocimiento. Pero también es importante que tomes estas oportunidades como una ocasión fantástica para seguir aprendiendo e investigando nuevos temas. Puedes documentarte al respecto.

Selección de información

Una vez que ya has decidido el tema de tu charla, es decir, de qué vas a hablar, es fundamental hacer una selección de cuáles serán las ideas principales y secundarias de tu argumentación (las ideas secundarias deben estar en conexión con los puntos principales). Es decir, es importante argumentar de forma óptima tus puntos de vista principales. Respecto a la estructura del discurso, es recomendable utilizar frases breves.

El factor tiempo marca una pauta muy importante en un discurso. Deberás seleccionar la información teniendo también en cuenta cuál es el margen de tiempo del que dispones. Para ser previsor, es recomendable elaborar un discurso que ocupe un menor tiempo del que tienes disponible (para poder superar cualquier imprevisto).

Un discurso debe estar compuesto de una breve introducción, un desarrollo de las ideas, una conclusión en la que recoges tus ideas principales y un cierre.