Es importante diseñar una estrategia adecuada para que una empresa supere un tiempo difícil. Las finanzas ocupan un lugar relevante en este contexto.
1. Observa el tiempo como un bien económico
Por ejemplo, si se produce algún imprevisto en la logística de un envío, y varios productos quedan dañados, no solo se pierde el coste de esos artículos. El tiempo empleado en el almacenamiento, embalaje y transporte también produce resultados negativos.
2. Fondo de contingencia
Es positivo que una empresa tenga la capacidad de hacer frente a pequeños imprevistos sin que eso altere de forma determinante su previsión. Por ello, una entidad puede adaptarse a esa circunstancia con la creación de un fondo de contingencia que está destinado a ese tipo de casos.
3. Ayudas y subvenciones para empresas
Si la entidad cumple con los requisitos para beneficiarse de una iniciativa concreta, conviene iniciar los trámites necesarios para presentar la solicitud en la fecha prevista.
4. Ten un plan B
En ocasiones, el plan inicial deja de ser viable a corto plazo cuando surgen numerosos factores que hacen inviable ese proceso. Y, sin embargo, la realidad no determina de forma absoluta la creatividad de quien cuenta con un plan B contextualizado en las finanzas de la empresa. Que la planificación inicial sea imposible no significa que no existan otras alternativas.
5. Acuerdos positivos con los proveedores
Una empresa ofrece un servicio de calidad que cubre una o varias necesidades en el público objetivo. Para que esta misión sea posible, en primer lugar, la entidad debe cuidar al cliente interno. Es decir, los trabajadores del negocio se comprometen cada día con los objetivos corporativos. Pero, a su vez, la colaboración con distintos proveedores pone a disposición del proyecto inventarios especializados. En cada caso y circunstancia, conviene negociar un buen acuerdo para que sea beneficioso para la empresa.