El relevo generacional en la empresa es un paso necesario en una entidad que evoluciona al compás de la historia de diferentes generaciones. Este es un proceso que requiere de una óptima planificación. En Empresariados te damos cinco consejos para conseguirlo.
1. Formación
Es importante que la persona que va a tomar el testigo del proyecto conozca el negocio en profundidad. Debe implicarse para conocer la actividad de la empresa desde dentro. El periodo de formación, contextualizado en el relevo generacional, es largo.
2. Perspectiva holística del proceso
La evolución de la empresa no solo implica un cambio en los nombres que forman parte de la organización. Este cambio también afecta al plano de la responsabilidad y de la propiedad. Por ello, el relevo desde planificarse desde un punto de vista holístico que pone en relación el todo con las partes.
3. Periodo de transición
Conviene planificar el relevo generacional en varias etapas que muestran distintos objetivos que están perfectamente alineados con la meta general. Pero incluso antes de que este periodo comience, puede existir un tiempo de transición que facilita la adaptación al cambio en quienes forman parte de esta aventura.
4. Contemplar otras alternativas viables
El relevo generacional no es la única opción posible. Más allá del deseo de que el negocio continúe vinculado a la historia familiar, puede que eso no sea lo más conveniente en una situación específica. Por ello, conviene integrar la posibilidad del relevo en un mapa en el que se contemplan otras opciones.
5. Elaboración de un protocolo con validez legal
Los pasos que forman parte de un relevo generacional son numerosos y variados. Por ello, para poner en orden todos los ingredientes es importante establecer un protocolo que dé forma al proceso. Es recomendable buscar asesoramiento especializado para que los puntos expuestos en el documento no tengan ninguna contradicción interna.