5 razones para tener un plan B antes de emprender

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Emprender un proyecto, en cualquier etapa y momento, es una decisión muy importante. Más allá de la claridad con la que el emprendedor visualiza el potencial de su idea a nivel comercial, es recomendable ampliar la perspectiva con un plan B. Es decir, si deseas impulsar una iniciativa emprendedora, diseña también un camino alternativo. En Empresariados te damos seis razones para ello.

1. Resiliencia ante un posible fracaso y seguridad ante el éxito

Más allá de la planificación, la implicación y los recursos invertidos en un negocio, puede ocurrir que los resultados no sean positivos a medio o largo plazo. El fracaso siempre esconde una oportunidad para el aprendizaje. Sin embargo, hace que sea necesario tomar decisiones para no seguir estancado en un horizonte poco prometedor. Pues bien, un plan B incrementa la resiliencia y la adaptación al cambio en ese contexto. Existen distintos recursos que una persona emprendedora puede utilizar para sobreponerse a la incertidumbre. Y, para ello, puede anticiparse a ese momento a través de un mapa que no contempla un único camino.

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2. Desarrollar una perspectiva más amplia del proyecto de vida personal y profesional

El emprendimiento siempre se enmarca en un contexto que está directamente vinculado con el proyecto de vida personal y profesional. Contemplar una única opción puede hacer que visualices el futuro potencial de forma lineal. ¿Pero qué ocurre si añades otras alternativas? Expandes tu horizonte cuando valoras la posibilidad de reinventarte o contemplar otros caminos que van más allá del plan inicial. El plan B redefine los límites del horizonte potencial a través de nuevos matices.

3. Potenciar la proactividad

Un emprendedor inspira a través de su ejemplo por ser un profesional proactivo. Es decir, no se comporta de manera reactiva en la toma de decisiones o en su rutina laboral. Sin embargo, diseñar un plan B supone poner el foco en aquellos aspectos de los que el profesional puede ocuparse en un contexto en el que la realidad es tan cambiante. No es posible predecir con exactitud qué ocurrirá en un negocio, pero sí existe la posibilidad de mejorar el nivel de planificación. Y, por ello, conviene contar con un plan B.

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4. Comparar diferentes alternativas

Antes de dar el paso definitivo de montar un proyecto, el emprendedor puede analizar los riesgos, las oportunidades, las ventajas y los inconvenientes. Sin embargo, algunas personas también prefieren comparar diferentes alternativas que tienen la forma de dos caminos que resultan realistas desde el contexto presente. De este modo, no solo analizas cada proceso, sino que tienes la posibilidad de visualizarte a ti mismo en cada contexto.

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5. Flexibilidad ante un cambio de escenario que no contemplas ahora

Diseñar un plan B no solo implica ampliar el mapa de realidad, sino también desarrollar nuevas habilidades personales. La mentalidad de crecimiento empodera a cualquier emprendedor que interioriza el valor del aprendizaje como un buen compañero de viaje durante su carrera laboral. Pues bien, si quieres incrementar tu nivel de flexibilidad para actuar con determinación ante un cambio de escenario, es aconsejable que busques un plan B que te ayude en el proceso.

En la actualidad, no es nada fácil hacer previsiones a largo plazo en el mundo de los negocios. Tampoco es sencillo adoptar esta perspectiva en la vida profesional puesto que surgen numerosos giros de guion. Sin embargo, a pesar de que el horizonte sea cambiante, incierto, complejo y dinámico, el ser humano se caracteriza por su capacidad para planificar, tomar decisiones, aprender y avanzar. Por esta, y por otras muchas razones que tú consideres oportunas desde tu perspectiva, es esencial que busques un plan B si quieres montar un proyecto.

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