El primer año de un negocio adquiere una relevancia importante para el emprendedor. Se encuentra en la etapa inicial de un proceso exigente, ilusionante e incierto. ¿Qué aspectos conviene cuidar durante esos primeros doce meses?
1. El marketing es fundamental
Es habitual esperar que los potenciales clientes visiten el local tras abrir sus puertas. Pero el responsable del proyecto no tiene que quedar a la expectativa de que eso suceda de forma casual. La estrategia de marketing es determinante para mejorar la comunicación con los compradores y que dicha inversión conecte con el público objetivo.
2. Toma decisiones eficaces a partir de un presupuesto
El primer año puede derivar en altas expectativas. Pero los riesgos nunca desaparecen, incluso cuando los frutos del proyecto comienzan a percibirse antes de lo esperado. La gestión del presupuesto es fundamental para optimizar los recursos del proyecto, establecer las prioridades, reducir algunos gastos y afrontar el pago de aquellas cantidades que se alienan con la actividad del proyecto.
3. Establece un horario de trabajo
Las jornadas de trabajo durante el primer año del negocio pueden prolongarse más allá de las instalaciones del propio establecimiento. El emprendedor desea anticipar necesidades, resolver problemas, identificar mejoras y alcanzar los objetivos. La gestión del negocio es muy relevante durante el primer año y siempre. Pero más importante es todavía cuidar de uno mismo y establecer un estilo de vida que sea saludable a largo plazo.
Ese primer año puede estar marcado por una mayor sobrecarga de responsabilidades que producen diferentes renuncias en el tiempo libre. Pues bien, es en ese momento cuando una persona puede establecer las bases de un equilibrio al que aspirar más allá de los cambios que surgen en el calendario del negocio. Dicho equilibrio no es una ciencia exacta, sino una referencia hacia la que avanzar de forma consciente.
4. No idealices los días buenos, tampoco dramatices la situación opuesta
Vivir el día a día de un proyecto es un gesto de inteligencia emocional. Sin embargo, la verdadera perspectiva sobre la evolución del emprendimiento nace a través del balance que pone el foco en aspectos positivos y áreas de mejora.
Cuando un emprendedor idealiza los días buenos corre el riesgo de alejarse de la realidad en sí misma. Y el impacto puede ser brusco cuando se produce un giro en los acontecimientos. Pues bien, también es aconsejable no dramatizar cuando no se cumplen los objetivos previstos en otras ocasiones.
5. Cuida los valores de la atención al cliente
La amabilidad es uno de ellos y también te ayudará a cuidar los vínculos con los proveedores, el equipo y contigo mismo. Un ingrediente que, aunque puede darse por supuesto en la teoría, también se rompe en la práctica en algunas ocasiones. Así sucede cuando un cliente comparte sus quejas por la atención recibida en un establecimiento al que asegura que no volverá en mucho tiempo. La percepción de los días en el primer año del negocio es subjetiva, puesto que también cambia en función de los factores externos y la forma de interpretarlos.
6. Aprende de la experiencia, clave en el primer año del negocio
Te has formado para dar ese paso. Te has preparado durante mucho tiempo para concretar los detalles del emprendimiento. Has valorado los consejos de profesionales y expertos. Pues bien, no pierdas de vista que la experiencia proporciona un valor incalculable en la práctica.
Ya en el primer año puedes comprobar que muchos aspectos del negocio no son tal y como habías imaginado. Intenta no centrarte en la comparación entre tus expectativas y la situación actual. Observa la realidad del proyecto, del equipo, del mercado y de ti mismo como profesional para afrontar cada desafío.