La actitud no lo es todo en el emprendimiento, pero sí adquiere una gran relevancia en cada una de las etapas de un proyecto. El emprendedor aplica su formación, la planificación, los recursos, la motivación y el conocimiento a su idea de negocio. Pues bien, la creatividad también adquiere un importante valor en el contexto. Una creatividad que no solo puede materializarse en momentos concretos, sino alinearse con una actitud proactiva y optimista. ¿Cómo desarrollar este potencial?
1. Identificación de alternativas que amplían el mapa de posibilidades
Generar alternativas es una iniciativa que tiene aplicación directa en diferentes escenarios. Por ejemplo, en la resolución de un conflicto, en la búsqueda de financiación, en el desarrollo de la innovación o en el análisis de la realidad.
Aunque una conclusión parezca muy evidente a simple vista, conviene profundizar en lo real. Una lista de alternativas añade otras perspectivas que, a su vez, conectan con nuevos caminos.
2. Identifica cualquier límite o forma de autoboicot
Los obstáculos tienen una entidad objetiva en el proceso de emprendimiento. Sin embargo, es importante establecer una diferenciación entre las dificultades presentes en la realidad y aquellos límites que derivan en una forma de autoboicot. Es decir, algunas creencias negativas condicionan el modo en el que el profesional percibe la realidad.
Así sucede cuando alguien se centra en sus inseguridades, miedos y experiencias negativas. Pero no concede tanta importancia a sus capacidades, creatividad y talento.
3. Trabaja en equipo
Existen muchos instantes de soledad en el emprendimiento. Además, es un sentimiento que puede experimentarse, incluso, en proyectos de equipo cuando las carencias comunicativas limitan la interacción en el grupo. Es importante que busques y encuentres nuevas fuentes de inspiración. Además de estar en contacto con tu propio proyecto, crea conversaciones significativas con otros emprendedores y perfiles de diferentes sectores. Es decir, reserva un espacio en tu agenda para asistir a eventos de formación y networking.
4. Establece metas realistas
El desarrollo de la creatividad no implica que todo sea posible en la realidad. Observar las opciones viables a corto plazo también supone entender que existen otras alternativas que no se alienan con el plan de acción. El inventario de recursos no es interminable, en definitiva, los medios seleccionados deben utilizarse con eficacia. Por ello, es preciso ajustar las metas para no caer en la trampa de deseos imposibles. Especialmente, en la fase de creación del negocio y en su consolidación.
5. Conecta con la perspectiva del público objetivo
La pregunta es un componente definitivo en el desarrollo de una actitud creativa. Te ayuda a profundizar en un contexto más allá de lo aparente. Sin embargo, el modo de abordar un asunto tiene miradas distintas. Por este motivo, es recomendable que amplíes tu visión con las expectativas, necesidades y curiosidades del público objetivo. Una idea de emprendimiento conecta de manera directa con las decisiones de aquellas personas que respaldan el proyecto.
6. Profundiza en la búsqueda de una solución
La pregunta es un recurso que potencia la creatividad en el emprendimiento. Pues bien, los interrogantes pueden poner el acento en torno a diferentes aspectos. Alinea el enfoque de la cuestión con el reto a solucionar. Es decir, no pierdas el foco de la meta final, pero siempre teniendo en cuenta cuál es el escenario en el que te encuentras. En caso contrario, la atención y la energía pueden dispersarse en varias direcciones.
¿Cómo desarrollar una actitud creativa en el emprendimiento? El proceso no es sencillo ni inmediato. Sin embargo, es una de las cualidades que identifica a profesionales con experiencia en el mundo de los negocios. Perfiles con habilidades y competencias que pueden inspirarte para avanzar en tu proyecto.