La toma de decisiones es constante en el ámbito de los negocios. Una perspectiva que implica una gran responsabilidad. El profesional quiere impulsar el éxito de su proyecto, consolidar su propuesta en el mercado y ofrecer un excelente servicio al cliente. Sin embargo, además de las oportunidades que se derivan de todo proceso de emprendimiento, también existen dificultades y obstáculos a tener en cuenta. La incertidumbre es uno de los factores que, actualmente, puede condicionar incluso aquellas decisiones que remiten a un asunto no lejano. ¿Cómo tomar decisiones efectivas en un negocio?
1. Información y documentación
Una decisión precipitada puede generar consecuencias negativas, si el paso adoptado no se alinea con la realidad. Es recomendable recopilar información sobre un tema y reunir los datos necesarios para tener una visión de contexto sobre el escenario en el que se integra la decisión final. Es decir, es posible llevar a cabo un diagnóstico de la situación.
2. Análisis de opciones, estrategias y alternativas
El número de alternativas que es posible valorar en la toma de decisiones no permanece idéntico en todas las ocasiones. Aunque, siempre que sea posible, es recomendable enriquecer la hoja de ruta con varias estrategias, opciones y alternativas. Es decir, conviene analizar distintos caminos antes de decidir cuál es aquel que separa la distancia entre el estado actual del negocio y el objetivo que quiere lograr.
3. Analizar el alcance de las consecuencias (y su evolución a largo plazo)
Una decisión puede contemplarse desde distintos ángulos y perspectivas. Por ejemplo, conviene analizar cuáles son las consecuencias que se derivan de la determinación inicial. A su vez, esas consecuencias pueden seguir generando un impacto más significativo a largo plazo en una dirección u otra. Por ejemplo, decidir el cierre del negocio no es un paso sencillo. Sin embargo, cuando el proyecto no es rentable, puede llegar a producir pérdidas significativas si ese escenario se prolonga durante meses.
4. Visión de equipo
El responsable del negocio es el profesional que debe asumir la responsabilidad de adoptar la determinación final. Una competencia que muestra el alto nivel de compromiso que acompaña a todo proceso de emprendimiento (así como a la gestión y el seguimiento posterior). Aunque la visión de equipo está muy presente en el ámbito de los negocios. Y es posible buscar un asesoramiento más especializado antes de tomar una decisión efectiva.
5. Responde a las preguntas principales
Existen numerosas preguntas que pueden ayudarte a investigar diferentes posibilidades ante un asunto concreto. Los interrogantes que puedes plantearte en torno al objeto de análisis comienzan con los siguientes términos: qué, por qué, cómo, para qué, cuándo… Es decir, analiza qué decisión tomar, por qué motivo esa opción es la más adecuada, cómo llevar a cabo el proceso, cuál es su finalidad y en qué momento crees que debes dar ese paso.
6. Contextualizar el riesgo y la incertidumbre
Buscar la seguridad absoluta en la toma de decisiones puede llegar a producir un bloqueo en el campo de los negocios. Es una perspectiva que limita la creatividad y la iniciativa. El riesgo, en mayor o menor medida, puede presentarse como una consecuencia directa del paso que el profesional decide dar en una dirección determinada. Sin embargo, la incertidumbre se limita cuando se contextualiza.
7. Establecer una conexión entre diferentes decisiones
Las decisiones que se toman en un negocio pueden estar perfectamente vinculadas en la práctica. En ese caso, distintos procesos se alinean en el negocio al avanzar en una misma dirección. Una decisión puede convertirse en una preparación para adoptar otra medida concreta. Es decir, cada medida puede integrarse en una perspectiva más holística.
Finalmente, la experiencia que se desarrolla con el tiempo es un pilar para tomar mejores decisiones.