Muchos emprendedores contagian su pasión por el emprendimiento a través de una mentalidad resiliente. Otros profesionales, por el contrario, tienden a detener el paso a pesar de tener muy buenas ideas. ¿Cuáles son las creencias que limitan la capacidad para crear un nuevo proyecto?
1. Hay que estar preparado para emprender
Esta idea refleja una perspectiva que fomenta la pasividad en lugar de la acción. Desde esta visión, el emprendedor parece que debe quedar a la espera de que llegue un instante en el que objetivamente se sienta realmente preparado para dar el paso. Lo cierto es que la sensación de no estar preparado en algunos aspectos es muy habitual en el mundo de los negocios.
2. Se necesita mucho dinero para emprender
La inversión de talento y recursos materiales forma parte del proceso de emprendimiento. Sin embargo, la cantidad de dinero que necesita el emprendedor para poner en marcha un proyecto no tiene por qué ser muy alta. Es decir, hay distintas formas de emprender. Así lo muestra el testimonio y la historia de superación de aquellos perfiles que comenzaron con una propuesta muy sencilla.
3. Hay que encontrar una idea de negocio muy original para destacar
Sin duda, el mercado actual destaca por su amplia innovación y variada oferta. Hay tantos productos, servicios e ideas de negocio que parece imposible encontrar una propuesta que sea realmente única y original. Pues bien, esta es otra de las creencias que supone un límite frente a la capacidad de emprender. Al igual que ocurre en el arte y la literatura, la inspiración también se nutre con otras referencias previas.
4. La riqueza es negativa
Emprender no es sinónimo de generar riqueza. Con frecuencia, el proyecto se convierte en un medio de vida que aporta unos ingresos más o menos estables a lo largo del año. Sin embargo, esta creencia sí muestra cómo el ser humano puede establecer una relación negativa con el dinero. En ocasiones, la abundancia se percibe en su perspectiva más negativa cuando, en realidad, el dinero también puede convertirse en un medio para llevar a cabo grandes acciones que repercuten en la innovación, la investigación y el bienestar.
5. Una buena idea es sinónimo de éxito
Una buena idea sí se convierte en una semilla para impulsar un proyecto. Sin embargo, la consolidación del negocio va más allá de ese concepto inicial. Es recomendable no establecer conclusiones precipitadas alrededor de este ámbito. Por ejemplo, por muy brillante que sea un planteamiento, su visibilidad debe potenciarse a través de un buen marketing.
6. No tengo capacidad de liderazgo para emprender en equipo
El papel del líder es muy positivo en una empresa grande o pequeña. El liderazgo es una capacidad que puede admirarse en otros, pero también puede cultivarse en uno mismo. Evidentemente, es un proceso que requiere de formación, introspección y aprendizaje. La capacidad de liderazgo no es una cualidad innata en el ser humano, sino que el emprendedor tiene la posibilidad de desarrollar sus competencias y habilidades para convertirse en un buen líder.
7. Es fundamental dominar el inglés para emprender
El inglés es un valor añadido para buscar trabajo y para emprender un negocio. Los clases y cursos de idiomas pueden ofrecerte una importante oportunidad para formarte, mejorar tus habilidades de comunicación y tener la capacidad para entender una información en otro idioma. Sin embargo, el nivel de importancia que el inglés adquiere en un proyecto de emprendimiento depende de numerosos factores y variables. Y no se convierte en indispensable para llevar a cabo cualquier idea.
Finalmente, existe otra creencia limitante en la que es recomendable profundizar. Algunos emprendedores creen que la competencia es negativa. En realidad, es una oportunidad para innovar, crecer y aprender.