¿Qué beneficios emocionales tiene la jubilación? La jubilación es una etapa de la vida que no siempre se afronta del mismo modo por parte de aquel trabajador que se despide para siempre de la empresa. Muchas personas sueñan en algún momento de su vida con la idea de tener un año sabático, sin embargo, cuando llega el descanso tan anhelado de la jubilación, entonces, sienten vértigo. Pero la jubilación tiene grandes beneficios emocionales que surgen del gran placer de no tener que estar sujeto a unos horarios laborales rígidos, además, las personas disponen de su tiempo para hacer lo que quieren en cada momento, sin tener que dar explicaciones a nadie más.
De hecho, también es bonito, después de la jubilación, seguir manteniendo el vínculo con los compañeros de trabajo, pero de una forma diferente. Para ello, puedes acercarte una vez al mes hasta la empresa para comer con ellos y charlar. Mantener el contacto te mantiene activo, joven e integrado en el entorno del que has formado parte tanto tiempo.
La jubilación es una nueva oportunidad para descubrirte a ti mismo y para empezar de nuevo: ser un jubilado no significa estar inactivo sin hacer nada, aunque es verdad, que existen personas que se sienten así. De hecho, lo ideal es buscar una ocupación: puede ser un buen momento para ir al conservatorio y aprender a tocar un instrumento de música, puedes ser voluntario de una organización benéfica, puedes viajar, dedicar todo el tiempo que tienes a tus nietos…
Merece la pena afrontar la jubilación en positivo como un marco de libertad. En general, aquellas personas a las que les cuesta jubilarse con tranquilidad emocional son aquellas que han hecho del trabajo su mayor satisfacción, tanto que la rutina laboral es un parche para cubrir carencias personales y vacíos internos.