Las empresas familiares desempeñan un papel muy importante en la sociedad actual. Se enmarcan en un contexto competitivo, pero posicionan su propuesta de valor a partir de ingredientes esenciales. En Empresariados enumeramos algunos de ellos.
1. Valores
Los valores son determinantes en el seno de cualquier negocio, pero estos principios se entrelazan con la propia historia familiar que es un reflejo de resiliencia, segundas oportunidades, adaptación al cambio y esperanza.
2. Admiración
Existe un punto importante en el origen de la historia familiar: la fundación. El instante en el que el proyecto comenzó su camino. Las generaciones que continúan con la labor del fundador actúan desde la admiración y el respeto hacia su legado. Una admiración que está directamente vinculada con la capacidad de aprendizaje de un entorno en el que un profesional veterano puede convertirse en el mentor de quien se ha incorporado a la entidad.
3. Arraigo
Existe un sentimiento de pertenencia en el grupo, desde el punto de vista afectivo, puesto que el proyecto se enmara en el contexto familiar. Pero también existe una conexión con un lugar. La historia de la empresa conecta con un entorno del que forma parte y en el que desarrolla una actividad que aporta un bien a la sociedad. La vinculación con un lugar suma un significado esencial al propio relato corporativo.
4. Adaptación al cambio
Las empresas familiares evolucionan en contextos marcados por circunstancias diferentes. Ponen a prueba su resiliencia en periodos de incertidumbre por medio de la adaptación al cambio. Seleccionan los medios adecuados y las decisiones indicadas para prosperar.
5. Proyecto en común
Una empresa familiar muestra un proyecto que se comparte en común. La satisfacción por los objetivos alcanzados a corto plazo se multiplica. Del mismo modo, la dificultad para afrontar los desafíos adquiere una perspectiva diferente gracias al apoyo del grupo. Pero la idea debe quedar perfectamente clarificada y las funciones diferenciadas.