Los eventos corporativos no se desarrollan en un único tiempo del calendario. Sin embargo, el periodo navideño crea el marco ideal para planificar celebraciones e iniciativas especiales. ¿Qué ventajas aportan a las empresas?
1. Reforzar el sentido de pertenencia
El grado de implicación de los empleados no permanece de manera invariable durante todo el año. Sin embargo, es importante que los trabajadores se sientan vinculados con el entorno en el que participan. Las vivencias experimentadas en los eventos corporativos actúan como un recuerdo de lo que implica formar parte de un verdadero equipo. Es decir, el sentimiento de pertenencia crece en la entidad. Y es fundamental que cada profesional tenga su propio espacio.
2. Celebrar los éxitos alcanzados a lo largo del año
Un evento corporativo, que se desarrolla durante la Navidad, aporta la perspectiva ideal para hacer balance de los logros conseguidos durante los meses previos. La celebración crea el contexto ideal para compartir la alegría por los resultados positivos y el esfuerzo realizado. En definitiva, un evento navideño influye de forma significativa en el salario emocional. Ten en cuenta que aporta reconocimiento, acompañamiento y cercanía. No solo se sitúa al final de una nueva etapa, sino que marca un punto de inflexión que es clave para comenzar un nuevo tiempo en la empresa.
3. Comunicar la misión y los valores de la entidad en el contexto navideño
La comunicación de la empresa no culmina con una última palabra que de forma definitiva logre sintetizar la esencia de su mensaje. La interacción con el público objetivo y los proveedores permanece viva a lo largo de la historia del proyecto. Un evento corporativo navideño, que se recuerda durante todo el año, produce un impacto positivo en diferentes planos del negocio.
Por ejemplo, renueva la comunicación entre profesionales y departamentos. El mensaje se integra en un contexto que tiene su propio simbolismo a nivel afectivo. La generosidad, la gratitud, la familia o la amistad son valores que adquieren una visibilidad especial en fin de año (conceptos que también pueden trasladarse al ámbito corporativo). Pues bien, existen profesionales de la empresa que tienen un contacto habitual durante las jornadas de trabajo. Así ocurre cuando desarrollan funciones complementarias.
Sin embargo, un evento corporativo también reúne a perfiles que, a pesar de formar parte de una misma entidad, no mantienen un diálogo frecuente. En algunos casos, puede ocurrir que los implicados ni siquiera se conozcan. Y tienen la oportunidad de compartir momentos divertidos en una jornada que transcurre en un ambiente distendido.
4. Factor sorpresa
En ocasiones, la rutina de la empresa se percibe desde la perspectiva de aquello que parece previsible. Pero la Navidad es un tiempo que multiplica el efecto de las sorpresas en torno a las celebraciones personales y profesionales. Dicho factor sorpresa genera sensaciones agradables. Es decir, algunos eventos se convierten en un verdadero regalo emocional por aquello que representan.
La organización de las celebraciones plantea una dificultad. La agenda de eventos se intensifica. Por ello, es recomendable concretar todos los detalles con margen de anticipación. La planificación es esencial para contactar con diferentes proveedores y comparar precios que se ajusten al presupuesto.
5. El valor de las experiencias compartidas
El valor de crear un verdadero equipo es importante en cualquier empresa. Pero no todas ellas son conscientes de cómo este hecho puede marcar la diferencia. Un grupo unido muestra el significado que adquiere la perspectiva del «nosotros». Pues bien, las vivencias que giran alrededor de un evento navideño crean experiencias compartidas que son positivas a nivel individual y grupal.
Los eventos corporativos navideños ocupan un lugar relevante en la agenda de empresas y negocios.