Un profesional no sólo comunica a través de su currículum sino también, a través de su postura corporal, su aspecto físico y su modo de vestir. Como emprendedor, lo ideal es que tu comunicación no verbal refuerce aquello que tú quieres transmitir con tu actitud, tus palabras y tu proyecto. ¿Cómo conseguirlo?
Cómo decidir el modo de vestir
Para decidir el modo de vestir habitual en la empresa, en primer lugar, tienes que valorar cuál es el público objetivo al que te diriges apostando por un look que sea cercano a ese público.
El dicho que afirma que una imagen vale más que mil palabras muestra el impacto que una primera impresión buena o desagradable puede causar en la mente de un cliente. Por ello, se trata de tener una buena presencia para poder transmitir una buena impresión a simple vista.
Modo de ser
El modo de ser es más importante todavía que el look elegido. El modo de ser muestra la actitud agradable, amable y cercana de un emprendedor en el trato directo con el cliente. Lo más importante siempre es respetar la libertad que tiene el cliente de no comprar y que no se sienta en el compromiso o en la obligación de hacerlo si de verdad no está convencido. De lo contrario, los clientes que no se sienten libres ya no vuelven.
La naturalidad
Una de las claves del éxito en el trato al público es la naturalidad que surge de ser tú mismo. Para ello, respetando las distancias que surgen de la falta de confianza, no cambies tu modo de ser por querer agradar a todo el mundo. Sé tú mismo y esta es la mejor fórmula para agradar.
El contacto visual tiene que ser intermitente, de lo contrario, el cliente podría sentirse intimidado. Una sonrisa es un buen gesto a nivel de lenguaje corporal que muestra apertura y sinceridad.