Las primeras impresiones, a veces, son más importantes de lo que parece a simple vista. Así sucede en el entorno laboral y es que, por ejemplo, en una entrevista de trabajo tienes que aprovechar los minutos al máximo para causar el mejor impacto y transmitir información. Es decir, el ser humano no sólo comunica a través de la palabra, sino también, a través de su look, su modo de vestir y su lenguaje corporal.
¿Cómo puedes causar una buena impresión en una entrevista de trabajo? Debes tener una buena entrada, cuidar mucho tu postura física para mostrar seguridad en ti mismo y sonreír. Por otra parte, debes saludar con asertividad y esperar a que el entrevistador te indique el lugar en el que debes sentarte.
A veces, por nerviosismo, se corre el peligro de gesticular demasiado con las manos. Por ello, en casa, puedes ensayar hablando frente al espejo. Por supuesto, la ropa también debe ser acorde a la ocasión. Existen otros momentos a nivel profesional en los que es fundamental causar una buena impresión. Por ejemplo, a la hora de hablar en público en una ponencia. Para ello, debes ser puntual, mirar a los ojos de las personas del público y no leer, simplemente, del folio. Modula la voz para evitar la monotonía en el tono y que puedas causar aburrimiento. Sé puntual a la hora de terminar.
La buena impresión es importante incluso con los contactos de trabajo. El hecho de ser una persona honesta te abrirá puertas porque siempre habrá alguien que hablará bien de ti. Por el contrario, en general, las personas que generan conflicto fácilmente en la oficina tienen mala prensa.