El mundo de la empresa, en más de una ocasión, es un mundo de desigualdades, en donde personas que realmente no tienen tanta capacidad, están en un puesto que no les corresponde, mientras existen otros trabajadores en la sombra. En cualquier empresa puede haber un objeto brillante, o lo que es lo mismo, una persona que por su carácter y su carisma llama más la atención que los demás. Esto no es malo, siempre que la valía de esta persona está respaldada realmente por sus actos. Los favoritismos en la empresa, terminan generando, susceptibilidad, hiriendo la sensibilidad de otras personas y dividiendo al equipo de trabajo, porque en esencia, un equipo está formado por personas que son iguales.
Cómo evitar el síndrome del objeto brillante
Para evitar el síndrome del objeto brillante, en primer lugar, es indispensable no prejuzgar a las personas porque las personas son mucho más que aquello que aparentan. Además, en el proceso de selección para un puesto de trabajo es indispensable hacer pruebas de aptitud para que el trabajador muestre que está capacitado.
Por otra parte, el líder de la empresa tiene que tener inteligencia emocional para tratar con los trabajadores pero no para establecer tales diferencias entre ellos que al final, en la empresa termine luciendo una persona por encima de las demás.
Cuando se ensalza tanto a alguien, entonces, también se empequeñece mucho a los demás, al precio de perder mucho talento en el camino.
La igualdad en el trato
Es verdad que no todos los trabajadores son iguales, sin embargo, si un equipo realmente está formado por personas serias y responsables, entonces, los trabajadores sí merecen ser tratados de la misma forma. ¿Por qué apostar por ensalzar a uno de ellos en detrimento de los demás, cuando se puede potenciar el talento de cada uno de ellos, y en ese caso, la ganancia es mayor para la empresa?