La decisión de emprender siempre debe tomarse de forma responsable, meditada y consciente. En ocasiones, parece que lo más relevante es encontrar el momento perfecto para emprender un proyecto. El factor tiempo adquiere una relevancia añadida en el contexto. Sin embargo, este dato no solo puede evaluarse en función de las páginas del calendario, sino que es importante que el proceso de emprendimiento se integre realmente en el proyecto de vida personal. ¿Cómo dar forma a un proyecto que se enmarca de forma coherente en la propia biografía?
1. Visualización de futuro: ¿Dónde quieres estar dentro de 5 años?
Aunque no es fácil hacer planes a largo plazo, porque puede que no se cumplan, sí conviene reflexionar sobre las propias expectativas personales. De este modo, la visualización es una herramienta que un emprendedor potencial puede utilizar para anticipar el escenario en el que le gustaría estar a nivel personal y profesional en un plazo de cinco o diez años. ¿Tu visualización de futuro se alinea con un objetivo de emprendimiento?
2. Flexibilidad de horarios (pero con medida)
Una de las ventajas del emprendimiento es que ofrece la posibilidad de establecer horarios más flexibles. De este modo, el emprendedor puede ajustar su jornada para que esté en sintonía con sus necesidades personales.
Esta perspectiva de la gestión del tiempo aporta una ventaja muy relevante. Sin embargo, es esencial interpretar este factor con realismo y no caer en la idealización. Los emprendedores también suelen afrontar largas jornadas que se prolongan más allá del plazo previsto en un primer momento. ¿Qué idea de negocio te apasiona tanto como para dedicarle un espacio significativo de tu presente y de tu futuro?
3. Metas personales y profesionales que avanzan en la misma dirección
En el mundo de los negocios y en el plano personal es preciso establecer prioridades. Tomar una decisión importante significa abrir una puerta, pero también implica dejar en un segundo plano otras opciones. ¿Cómo integrar el emprendimiento en tu proyecto de vida a largo plazo? Es esencial que los objetivos que forman parte de tu esfera personal, familiar o laboral sean compatibles en la práctica.
Anota los diferentes propósitos por escrito. ¿Tus metas personales se alinean con tus expectativas como emprendedor? Si existe alguna contradicción entre ambos planos, resuelve el conflicto o la dificultad.
4. Diseña una estrategia con las que te sientas relativamente cómodo
Si deseas que un proceso de emprendimiento forme parte de tu proyecto de vida, necesitas responder a cuestiones importantes en torno a qué objetivo quieres lograr, por qué es importante para ti, qué necesitas para conseguirlo y cómo vas a realizarlo. En definitiva, elige una estrategia.
En la mayoría de las ocasiones, hay más de un camino a tener en cuenta. Selecciona aquel con el que te sientas más cómodo. Pero no busques la seguridad absoluta porque emprender implica avanzar fuera de la zona de confort.
5. Integra la razón y la emoción en tus decisiones
Las decisiones que tomas en el ámbito del emprendimiento van más allá del conocimiento o la razón. Las emociones poseen una relevancia esencial, por ello, es importante que, como persona y como profesional, practiques la inteligencia emocional. ¿En qué medida te hace feliz la iniciativa que quieres poner en marcha? ¿Qué puede sumar a tu existencia en su dimensión integral? ¿Y qué quieres aportar tú a ese proyecto que visualizas con alegría e ilusión en este mismo instante?
En la vida y en la carrera profesional existen diferentes etapas. ¿En qué momento te gustaría dar el primer paso para emprender una misión que está en verdadera sintonía con tu estilo de vida personal? Reflexiona al respecto para afianzar el proceso.