Existe un dilema habitual en quienes trabajan como freelance y tienen que poner precio a sus servicios profesionales. En este tipo de casos, ante la alta competencia, siempre se puede caer en la trampa de querer ganar más clientes a costa de poner unas tarifas mínimas y unos precios humillantes para uno mismo. Por ello, recuerda que el primer paso para poner precio a tus tarifas es que la relación entre esfuerzo y precio, te compense. Si no es así, entonces, a la larga, terminarás sintiéndote mal contigo mismo.
Por otra parte, la actitud que muestran los clientes también es importante a la hora de valorar la situación. Por ejemplo, hoy día, es habitual que los profesores que dan clases a domicilio se encuentren con alumnos, que directamente, marcan un precio máximo que están dispuestos a pagar. Sin embargo, recuerda que como profesional, el precio lo pones tú.
Pactar normas con el cliente
Del mismo modo, en cierto tipo de trabajos, por ejemplo, en los empleos que requieren una cita previa, es importante marcar una norma. Por ejemplo, el cliente pagará la sesión en caso de que no te haya llamado para anularla con un mínimo de 24 horas de tiempo. De lo contrario, dada la poca formalidad que tienen algunas personas, corres el riesgo de quedarte sin trabajo en el último momento y tú también necesitas darte valor a ti mismo y a lo que haces. Este tipo de norma puede ser aplicable a la hora de trabajar como profesor particular, como psicólogo o como coach.
Hacer ofertas a los clientes
Para finalizar, también es indispensable tener tarifas variadas dependiendo de las necesidades del cliente. No es lo mismo que un cliente cuente contigo de una forma puntual que cuando la relación laboral va a ser larga. En ese caso, te compensa poner una oferta especial.
Pero además, también puede ser positivo establecer que la primera sesión sea gratis para establecer una primera toma de contacto y para conocerle.
Lamentablemente, la mayoría de los profesionales que trabajan como freelance no pueden en más de una ocasión fijar sus tarifas y tienen que aceptar los precios que se les proponen. Es un lo tomas o lo dejas. Una situación que, además, con la crisis cada vez se está produciendo más y más. Existe una gran desprotección en este campo.
Hola Eva, la verdad es que no es un tema sencillo pero, siempre es importante pensar en positivo:))