Las reuniones de trabajo forman parte de la realidad de la empresa. Estos encuentros pueden tener un objetivo distinto. ¿Cuáles son los ejemplos más habituales? En Empresariados enumeramos cuatro posibles ejemplos.
Reuniones para compartir información
El propósito principal de este tipo de reunión es hacer un intercambio de información en torno a un asunto mencionado en la convocatoria de este encuentro profesional. Un espacio en el que están los asistentes que pueden compartir datos e ideas en torno a la cuestión principal. Este es uno de los tipos de reuniones más frecuentes en cualquier proyecto.
Reuniones para negociar
El objetivo de una negociación crea un contexto de comunicación entre las partes implicadas en esta búsqueda de un acuerdo. Quienes inician este proceso de comunicación parten desde la propia motivación de lograr el fin previsto. Un buen acuerdo es aquel que ofrece una ventaja a ambas partes. Los implicados pueden tener altas expectativas respecto a este tipo de encuentro.
Reunión semanal o quincenal
Cada empresa concreta las reuniones con una frecuencia que está alineada con las propias necesidades de gestión, organización y comunicación. Reuniones habituales que refuerzan el trabajo en equipo. En este caso, este ritmo de reuniones queda perfectamente integrado en la agenda habitual del negocio.
Reuniones creativas
El ingrediente de la creatividad es un aspecto fundamental en el trabajo en equipo. Con el fin de alimentar este ingrediente en este escenario profesional, una empresa puede programar encuentros destinados a potenciar este recurso de la creatividad que puede dar lugar a nuevas propuestas y, por tanto, también a nuevos resultados. Esta reunión con el equipo fortalece esta creatividad a través del intercambio de información y el refuerzo positivo.
Por tanto, existen distintos tipos de reuniones de trabajo. La elección de una propuesta u otra depende del propio objetivo a alcanzar.