La cultura emprendedora puede enmarcarse en la universidad, en la sociedad y, también, en la familia. De este modo, el profesional no solo puede prepararse en un centro de estudios, sino también en el entorno social del que forma parte. Las familias empresarias comparten un mismo interés en común. Por ello, se convierten en una fuente de inspiración continua. ¿Qué ventajas ofrece ese acompañamiento?
1. Descubrimiento del emprendimiento a través del ejemplo cercano
Las historias de vida que se descubren de forma directa dejan una huella especial en la memoria. Una persona que ha crecido en una familia empresaria conoce el valor del esfuerzo desarrollado para lograr las metas. Es un aprendizaje que no solo se relaciona con el éxito, sino también con la resistencia frente a la adversidad.
2. Apoyo
Las nuevas generaciones que amplían la historia de una familia empresaria cuentan con el acompañamiento de quienes les precedieron. Profesionales con una amplia trayectoria y experiencia que ahora comparten con quienes inician su camino en el mundo de la empresa. Un apoyo que es una demostración de afecto.
3. Confianza
Existen distintas maneras de percibir el proceso de emprendimiento. Un punto de vista que también está condicionado por la experiencia y las circunstancias. El legado de una familia empresaria se convierte en una fuente de confianza para quien observa el futuro a alcanzar como una conquista posible. De hecho, puede modelar los comportamientos de quienes dieron forma a un proyecto a largo plazo.
4. Practicar el optimismo realista
La ilusión y el deseo de alcanzar el éxito pueden incrementar el idealismo en quien se centra, únicamente, en los aspectos amables del emprendimiento. En el trayecto existen desafíos, objetivos no cumplidos y decisiones complejas. Quienes forman parte de una familia empresaria pueden ampliar su visión con otros puntos de vista que tienen su arraigo en la experiencia práctica.