Por pura cultura social, durante mucho tiempo se ha considerado que el perfil habitual del emprendedor es el de una persona joven que tiene mucha formación pero ninguna experiencia, por ello, apuesta por montar su propio negocio para tener una oportunidad. Sin embargo, con la crisis las cosas están cambiando y las personas de más de 45 años también tienen claras dificultades laborales a la hora de incorporarse de nuevo al trabajo después de haber sido despedidas de una empresa.
Por ello, cada vez existen más casos de personas de esa edad que apuestan por la aventura emprendedora según se desprende de un estudio publicado por Global Entrepreneurship Monitor 2011. Según este informe, una de cada cuatro empresas que se crearon en el año pasado, estaban lideradas por una persona de esa edad. ¿Qué tiene a su favor un emprendedor de más de 45 años?
Mucha experiencia a sus espaldas, es más consciente de lo que quiere. Ante la escasez de opciones de empleo en nuestro país, se abre camino la capacidad emprendedora de aquel que se convierte en su propio jefe. Lo cierto es que existen expertos en coaching que aseguran que la verdadera felicidad en el ámbito laboral reside en el emprendimiento que está basado en la creatividad y en la vocación. Sin embargo, todavía estamos muy instaurados en la idea del trabajo fijo en una empresa porque eso aporta a simple vista, más comodidad y seguridad a nivel emocional.
Sin embargo, el trabajo de un emprendedor es mucho más creativo y menos rutinario. Del mismo modo, al ser el dueño de tu propia empresa la motivación puede ser mucho más potente. En las crisis, las personas también pueden volver a descubrirse a sí mismas. A la hora de montar un negocio no es suficiente la experiencia, también es importante tener formación en recursos humanos y en contabilidad.