Las empresas y negocios familiares tienen una naturaleza muy especial puesto que surgen en torno a un legado afectivo común. Sin embargo, el éxito de un proyecto compartido está condicionado por múltiples factores. ¿Cuáles son las principales causas de fracaso que potencian el cierre?
1. Liderazgo paternalista que fomenta la dependencia
En un proyecto familiar también hay un organigrama en el que están representados los distintos puestos y responsabilidades. Sin embargo, el liderazgo paternalista muestra un enfoque que tiende al exceso de protección.
El líder que adopta esta posición no comparte su conocimiento con los demás. En definitiva, no forma realmente a otros miembros del proyecto para que tengan la posibilidad de afrontar tareas más complejas. Este estilo de influencia genera una consecuencia directa: no alimenta la autonomía sino la dependencia.
2. Conflictos personales que se trasladan al negocio
Aunque en la teoría cualquier persona sabe que conviene no mezclar las diferencias personales con los asuntos del trabajo, en la práctica no es fácil mantener esta diferenciación de manera coherente. Existen conflictos que se enquistan, se agravan y se cronifican. Y terminan afectando al proyecto en sí mismo.
De este modo, las posiciones enfrentadas de dos o más personas interfieren en la toma de decisiones, en los procesos de negociación y en el clima de trabajo. Y la verdadera dificultad reside con frecuencia en la poca disposición para el diálogo de quien se cierra a un proceso de mediación.
3. Estancamiento en empresas familiares
La evolución y la innovación son factores a valorar en cualquier sector. El fracaso de una empresa familiar puede estar precedido por un éxito previo que se prolongó durante varios años. Sin embargo, aquello que funciona hasta un momento determinado deja de ser eficaz en otro contexto.
A veces, surgen posiciones excesivamente conservadoras en el debate en torno a la necesidad de crecer y avanzar o mantener y conservar el legado construido hasta el momento. Es decir, una situación de estancamiento se convierte en causa de fracaso.
4. Choque generacional en las empresas familiares
Las diferencias entre las distintas generaciones que componen la historia de un proyecto familiar no son negativas en sí mismas. De hecho, ponen de manifiesto la importancia de las perspectivas complementarias. La nueva generación puede aportar un impulso en términos de creatividad, originalidad y fuerza.
Sin embargo, es importante mantener la coherencia con la filosofía y la misión de la empresa. Y, en ocasiones, el choque generacional se agrava y se materializa en una experiencia de fracaso empresarial.
5. Falta de inteligencia emocional
Como hemos señalado, las empresas familiares tienen una naturaleza muy especial puesto que se alinean con el mundo de los afectos. La inteligencia emocional es muy relevante en el trabajo en equipo, en el liderazgo de un proyecto, en la resolución de conflictos, en los procesos de negociación…
Es decir, es recomendable integrar la emoción y la razón para tomar decisiones de forma consciente. Pues bien, en el ámbito familiar, existen errores que están precedidos por una medida emocional que tal vez no esté respaldada por datos objetivos y lógicos.
6. Falta de planificación estratégica en las empresas familiares
La planificación del futuro es clave en empresas y negocios. El fracaso también puede verse agravado o potenciado por errores que tienen que ver con la falta de planificación estratégica en el proyecto. Sin duda, el establecimiento de objetivos claros, temporales y realistas es esencial para trazar un camino coherente para llegar hasta la meta. En definitiva, la falta de previsión potencia el riesgo de errores evitables.
Estas son algunas de las principales causas de fracaso en empresas y negocios familiares. Y en cada caso concreto pueden mezclarse varios factores o destacar una variable principal.