¿Qué es una empresa zombi? Existen distintos tipos de empresas que pueden diferenciarse en función de su forma jurídica o el tipo de actividad que realizan. Pero existen otras circunstancias económicas que también permiten identificar a un proyecto concreto: una empresa zombi es un ejemplo de ello. Reciben este nombre aquellas compañías que no tienen la capacidad de hacer frente de manera solvente a los gastos fijos y variables a partir de los resultados alcanzados.
Empresas vulnerables que sobreviven pero con la máxima dificultad
Estas entidades se han debilitado ante la pérdida de beneficios, hasta el punto de que se encuentran en una situación muy vulnerable. Esta realidad afecta actualmente a distintas empresas que han experimentado el impacto directo de la crisis.
Estas empresas no son rentables, no experimentar una evolución positiva sino que, simplemente, sobreviven. Encuentran alguna alternativa que les permite permanecer más allá de las múltiples dificultades.
A pesar de que la expectativa de futuro de una empresa que se encuentra en esta situación es negativa, todavía está presente. Es decir, no ha llegado al punto final de su historia corporativa. La realidad de la empresa zombi muestra la esencia de la contradicción constante y de la paradoja. Ya que, a pesar de no ser rentable, sigue formando parte del tejido empresarial. Existen consecuencias negativas que pueden producirse a partir de esta situación. Efectos que dañan a terceros como ocurre con los casos de posibles impagos.
Empresas que quiebran en algún momento próximo
Las empresas zombi son aquellas que sobreviven pero existen muchas probabilidades de que terminen quebrando en un breve horizonte temporal. Es decir, no solo atraviesan un presente incierto, sino que se dirigen hacia un desenlace inevitable. Por tanto, el dinero del que dispone la empresa solo sirve para cubrir los gastos mínimos del día a día.