El emprendimiento es una opción profesional muy interesante, sin embargo, en los últimos años ha aumentado el autoempleo ante las propias dificultades para encontrar trabajo por cuenta ajena. El emprendimiento no es un imperativo categórico, es decir, cada emprendedor debe valorar muy bien cuáles son las ventajas y los riesgos de su decisión. ¿Cuáles son las buenas razones para no emprender?
Negocios que cierran sus puertas
Observa el entorno comercial de tu propio lugar de residencia o de la capital de tu provincia para ver cómo cambia el mapa del lugar con negocios que cierran sus puertas poco tiempo después de haberse creado, y también, otros nuevos proyectos que nacen con esperanza. Abrir un negocio es difícil, pero no es la mayor dificultad del proceso comercial. La verdadera dificultad viene después. Estos negocios que cierran sus puertas deben hacerte tomar conciencia de la propia dificultad del mundo comercial.
No tienes vocación de emprendedor
No todas las personas están preparadas para la gestión de un negocio. Y es positivo que el propio emprendedor analice sus propios recursos y capacidades para asumir esta tarea con realismo. Existen otros caminos profesionales, por tanto, el emprendimiento no es la única opción posible.
Ser tu propio jefe puede ser complicado
El marketing del emprendimiento también se retroalimenta a partir de mensajes que expresados en la teoría son muy atractivos pero que en la práctica muestran todo lo contrario. “Ser tu propio jefe” significa que tendrás que trabajar mucho más, asumir preocupaciones que no tienes cuando trabajas por cuenta ajena y convivir con una incertidumbre económica que no resulta nada agradable.
¿Significa eso que el emprendimiento no es una buena elección? El emprendimiento no es un fin en sí mismo, sino un medio. Es un camino de éxito para muchos emprendedores pero, también un trayecto de frustración y fracaso para otros. Por esta razón, conviene valorar muy bien los distintos factores antes de dar un paso tan importante.