El sueño del emprendedor es todavía más inspirador porque su ejemplo está acompañado por el poder de la superación de las dificultades que encuentra en el camino. ¿Cuáles son los factores incómodos que vivirás en este momento? A continuación enumeramos tres puntos.
Desorientación
Además de la incertidumbre del futuro propia del comienzo de una nueva etapa se suma la desorientación propia de la naturaleza de un proyecto complejo en sí mismo. Te haces constantes preguntas sobre si estás dando los pasos adecuados o podrías hacer las cosas de otro modo.
Esta incertidumbre es inherente a cualquier tipo de aprendizaje, sin embargo, en el emprendimiento es más intensa porque también es mayor el riesgo. La combinación de teoría y práctica es una constante en este camino de aprendizaje. El salto a la práctica produce cierto nivel de dificultad porque la experiencia aporta una visión más completa del conocimiento.
Recursos limitados
La visión del emprendedor se ajusta a la realidad de la idea a partir del factor observable de los recursos disponibles. Esta escasez de medios puede estar más presente al inicio del negocio, justo en el momento en el que esa idea vive un proceso de creación. Recursos limitados no solo en relación con la inversión, sino también con el equipo presente.
Miedos propios y ajenos
A los propios temores que vive el emprendedor, por ejemplo, el miedo al fracaso, también se añade el peso de los mensajes de sobreprotección de algunas personas queridas. Personas que observan el emprendimiento desde la inestabilidad en oposición a lo que representa la idea de una oposición o de un empleo por cuenta ajena.
Estos mensajes internos o externos también son un estímulo de superación personal que muestra la fe que el protagonista tiene en su misión y en el proceso a seguir a partir de entonces.