La elección de la forma jurídica de la empresa es una de las decisiones más importantes que debe de tomar el emprendedor. Valorar las ventajas y los inconvenientes de una forma jurídica es positivo para tomar la mejor elección. Existen factores que ayudan a definir la elección de la forma jurídica: número de socios que emprenden el negocio y si los socios trabajarán o no en el proyecto, el tipo de la responsabilidad patrimonial frente al riesgo empresarial, el tipo de empresa y la previsión de ingresos. Una de las formas jurídicas más frecuentes es la de empresario individual. ¿Cuáles son los puntos positivos y negativos de esta opción?
Puntos positivos del empresario individual
Esta forma jurídica es especialmente recomendable para pequeñas empresas. El empresario que monta el negocio es quien tiene la potestad en la toma de decisiones del negocio y tiene el poder total en la gestión del negocio. En el punto negativo de la balanza conviene puntualizar que al montar una empresa bajo esta forma jurídica el emprendedor asume toda la responsabilidad. En caso de deudas, el empresario también responde a las mismas con el patrimonio personal (en este caso el patrimonio mercantil y el patrimonio civil son sinónimos).
El empresario individual responde a todas las obligaciones que contraiga la empresa. Desde el punto de vista económico, uno de los valores añadidos es que no exige un capital mínimo inicial ya que esta cantidad está determinada por la voluntad del empresario individual.
Forma jurídica de los autónomos
El empresario individual es una persona que lleva a cabo de modo personal en el trabajo por cuenta propia una actividad económica o profesional de modo lucrativo. El empresario individual puede tener o no trabajadores contratados. Se trata del tipo de forma jurídica frecuente en los autónomos.