El miedo al fracaso es muy humano, es una experiencia que no solo puede contextualizarse en el emprendimiento, sino también en nuevos aprendizajes. Un temor que también está vinculado con la responsabilidad de una nueva iniciativa. Sin embargo, existen factores que refuerzan esta visión limitante en lugar de superarla.
1. Anticipar el fracaso antes de que se produzca
Cuando una persona se concentra en el miedo al fracaso ante la idea de emprender, sin contemplar otra alternativa de éxito, está sufriendo en el presente por un hecho que no ha ocurrido todavía.
2. Hacer propias las creencias limitantes de los demás
Cuando una persona desea montar un negocio, comparte su idea con su entorno más cercano. Y, con frecuencia, la respuesta que recibe por parte de algunos contactos está orientada en la dirección de una prudencia que pretende alejar al protagonista de esta misión. Escucha los mensajes de los demás, amplía tu punto de vista con otras perspectivas. Pero valora tu propio criterio. Algunas de esas creencias de los demás están relacionadas con su propio temor de luchar por un sueño.
3. Negocios que cierran
Aquellos proyectos que llegan a su fin, más allá de la ilusión inicial, son un reflejo de la dificultad existente en los negocios. Esta historia, que puedes observar de forma visual en aquellos comercios de barrio que desaparecen, describe una circunstancia compleja. Sin embargo, observar únicamente el proceso de cierre en algunos puntos de venta conduce a una visión parcial de una realidad en la que, incluso en tiempos de crisis, surgen nuevas ideas de negocio que alcanzan el éxito.
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4. Búsqueda de una certeza absoluta
No existe un único momento para emprender un negocio, de hecho, el momento oportuno no depende, únicamente, de factores externos. Sin embargo, la iniciativa de emprender queda bloqueada ante la búsqueda de una certeza absoluta que garantice el éxito tras el esfuerzo realizado.