El éxito presenta una agradable expectativa para aquel que inicia con motivación un proyecto. Un triunfo que no es inmediato y en el que intervienen distintos factores como veremos a continuación.
1. Circunstancias externas
El destino de un negocio puede verse condicionado tanto de forma positiva como negativa por factores externos que trascienden a la previsión que el emprendedor había realizado de este escenario.
2. Tiempo
El éxito no es un resultado automático. Por tanto, es recomendable que una entidad experimente su propio proceso de evolución hasta llegar a un escenario de madurez. La respuesta en torno a aquello que ocurra a nivel potencial la desvelará el paso de los años. Ocurren acontecimientos externos que afectan a la esencia de proyectos y empresas. Pero la evolución temporal también puede interpretarse desde el punto de vista de la ocupación de quien gestiona aquellos asuntos que puede llevar a cabo.
3. Diferenciación
Existen tantos negocios con características similares en el mercado que, la propuesta de valor de una entidad que logra diferenciarse, deja huella en el público objetivo. Esta diferenciación se produce a partir de una suma de ingredientes como la misión, la visión, el posicionamiento online, la atención al cliente, el catálogo de productos y servicios…
4. Trabajo en equipo
Si no existe un verdadero sentido de equipo entre quienes forman parte de un mismo proyecto, la base de esta misión puede verse condicionada por las dificultades de la falta de coordinación, el individualismo y los problemas de comunicación.
5. Planificación
Es más probable alcanzar los objetivos a corto y largo plazo cuando existe un buen plan de acción que responde a una óptima previsión. Negocios y empresas avanzan hacia nuevas metas contando con la fortaleza de una estrategia que sintetiza las acciones necesarias para desarrollar este proceso.
Estos son los cinco factores que influyen en la consolidación de negocios y empresas.