Cada emprendedor posee su modo de ser y su personalidad. La timidez es un rasgo, pero no es un defecto personal. A pesar de ello, a veces se transforma en un límite que impide avanzar en la carrera profesional. Así sucede cuando el propósito de emprender choca con el deseo de permanecer en un segundo plano. En Empresariados compartimos seis consejos para emprender un negocio si eres una persona tímida.
1. Haz una lista con tus fortalezas personales y cualidades positivas
La timidez es un rasgo que puede formar parte del carácter de una persona. Pero un único rasgo no describe el perfil completo de un profesional que posee múltiples fortalezas, cualidades positivas y capacidades. Por tanto, realiza el siguiente ejercicio de autoconocimiento. Elabora una lista detallada en torno a aquellos factores que quieres destacar, por ejemplo, tus competencias, destrezas y habilidades.
2. Exponte a experiencias y situaciones nuevas de forma gradual
Los emprendedores en particular, y el ser humano en general, se caracteriza por su capacidad para afrontar la incomodidad. Algunas personas experimentan esta sensación cuando tienen que reorganizar su agenda tras un imprevisto que no habían tenido en cuenta. ¿Cómo emprender un negocio si eres una persona tímida? Exponte a situaciones nuevas en tu vida profesional. Por ejemplo, si asistes a una charla, haz una pregunta al ponente. Aunque no te guste hablar en público, afronta la situación.
3. Analiza diferentes alternativas de emprendimiento
Cada emprendedor debe encontrar su propio camino para materializar una idea de negocio. Y para encontrar una idea que se ajuste al perfil profesional, no solo es preciso tener en cuenta algunos factores del currículum: formación, experiencia previa y competencias. La timidez es otro rasgo que conviene valorar como parte del proceso de autoconocimiento.
Por ejemplo, diseña una estrategia de emprendimiento que se adapte a tus necesidades. Siempre existe cierto grado de incomodidad o incertidumbre durante el proceso, pero puedes limitar el nivel de complejidad si encuentras un itinerario con el que te sientas más seguro.
4. La fuerza de los hábitos personales
La timidez puede llegar a convertirse en un límite para un emprendedor cuando encuentra numerosas excusas para evitar la decisión final. Sin embargo, los sueños pendientes se transforman en una carga cuando se analizan desde la perspectiva del paso del tiempo. Conecta con tu fuerza interior a través de una rutina consciente que se alinea con el objetivo profesional que quieres lograr. Y alimenta la constancia a través de hábitos que fomentan la motivación, la creatividad, la proactividad y el bienestar.
5. Cultiva tus habilidades sociales en eventos de networking
El aprendizaje y la curiosidad son esenciales para los emprendedores. La formación no se limita al contexto concreto del aula. Existen otros entornos de emprendimiento en los que puedes entrenar tus habilidades para liderar un proyecto.
Por ejemplo, asiste a eventos de networking en los que puedes interactuar con otros perfiles profesionales. Visualiza el instante en el que presentas tu proyecto o hablas de ti mismo en una breve conversación de ascensor. Haz una síntesis a través de un discurso atractivo. Por tanto, crea tu elevator pitch.
6. Descubre la historia de otros profesionales que triunfan más allá de su timidez
La imagen que una persona muestra de sí misma no siempre coincide con la visión que tienen los demás. Por ejemplo, algunos actores, cantantes, escritores y emprendedores, a pesar de tener una proyección pública, explican a través de su testimonio que son personas tímidas. Sin embargo, encuentran una forma de expresión en una profesión creativa.
¿Cómo emprender un negocio si eres una persona tímida? El primer paso suele ser el más complejo pero, también, el definitivo para seguir avanzando.