El rol de emprendedor puede afianzarse a partir de cimientos diferentes. La historia de cada profesional así lo pone de manifiesto. Algunos talentos impulsan un proyecto propio tras un largo periodo de trabajo por cuenta ajena. ¿Cómo pasar de empleado a emprendedor en la sociedad actual? En Empresariados te damos seis consejos.
1. Define la dirección y no pierdas el foco
Planificar un próximo emprendimiento y desarrollar una jornada de trabajo son retos compatibles, aunque también complejos. Conciliar ambas facetas puede suponer un auténtico desafío ya que el profesional debe invertir parte de su tiempo libre en su idea de negocio. Por tanto, ten clara cuál es la dirección que guía tus pasos en el mapa en el que te sitúas. Es decir, recuerda cuál es el foco que aporta sentido a tu plan de acción.
2. Crea tu estrategia para emprender tras ser emprendedor
Entre la posición que ocupas actualmente y el papel de emprendedor que quieres llegar a desarrollar solo existen unos pasos. Es decir, hay una distancia que vas a completar cuando lleves a término la estrategia que has diseñado. Dicha estrategia debe ser práctica, realista y alcanzable. Es decir, debe mostrarte el camino que necesitas recorrer para avanzar desde el presente hasta ese escenario potencial.
La estrategia es clave para avanzar y no permanecer en el plano teórico de manera indefinida. En caso contrario, es posible que ese proyecto quede como una expectativa que no se lleva a la práctica.
3. Integra tu actual trabajo en el contexto de tu propio emprendimiento
Existe una etapa de dudas en el proceso de emprendimiento cuando el profesional concilia esta ocupación con el desempeño de su actual puesto de empleo. Con frecuencia, el emprendedor potencial siente que su rutina diaria no le permite dedicar todo el tiempo que desea a la iniciativa que va a poner en marcha. Sin embargo, la visión cambia cuando consigues alinear ambos planos hacia una misma dirección. Por una parte, el salario mensual te aporta una mayor tranquilidad financiera cuando cubre tu proyecto de vida a corto o medio plazo.
Del mismo modo, tu posición en la empresa te ofrece la perspectiva ideal para seguir aprendiendo y desarrollando otras habilidades. El conocimiento adquirido es un recurso que puedes aplicar a tu proyecto, y no solo desde el punto de vista técnico. Sino también desde otros ángulos como, por ejemplo, el liderazgo, la gestión de conflictos, las relaciones personales, el trabajo por objetivos… El aspecto económico es importante en el emprendimiento y en la vida personal. Por ello, estudia diferentes opciones de financiación para cubrir las necesidades de la iniciativa que vas a poner en marcha.
4. Crea un calendario
Si quieres pasar de empleado a emprendedor es recomendable que planifiques de manera realista el proceso. Y una planificación objetiva está vinculada con la gestión de un calendario viable. Establece próximos plazos de tiempo que, de forma orientativa, te ayudan a hacer un seguimiento de los logros conseguidos en el plan de acción. El calendario puede atender diferentes aspectos del proyecto, por ejemplo, las gestiones y trámites que necesitas realizar.
5. Desarrolla una mentalidad creativa
Incluso cuando trabajas por cuenta ajena, puedes potenciar tu mentalidad emprendedora. A través de tu perspectiva amplías tu realidad profesional. Realiza el ejercicio de visualizarte a ti mismo emprendiendo ese negocio al que dedicas tanto tiempo cada semana. Busca soluciones a aquellas dificultades que se repiten en el proyecto. El entorno profesional puede inspirarte desde distintas perspectivas, por ejemplo, también ofrece un marco de referencia para potenciar el networking.
6. Formación
La experiencia práctica del emprendimiento aporta un aprendizaje directo en torno a los retos que presenta el mundo de los negocios. Pero es recomendable que integres la formación teórica y práctica en tu estrategia para pasar de empleado a futuro emprendedor.