Mantener un buen nivel de concentración en un proyecto es un aspecto que conviene cuidar. Las distracciones externas siempre están ahí a nivel potencial, es decir, pueden interferir negativamente en la gestión del tiempo. Especialmente, cuando la atención personal se dirige hacia esos factores. Por el contrario, la disposición interna alimenta el compromiso con el proyecto. ¿Cómo alimentar la concentración a pesar de los cambios que se producen en las circunstancias del entorno? En Empresariados te proponemos seis consejos para mantener el foco en aquello que es más relevante.
1. Rutinas ordenadas y estructuradas
Si quieres reforzar algunas rutinas, la agenda puede ayudarte a organizar metas y horarios. Aunque el esquema planteado debe ser alcanzable en las condiciones actuales. Por esta razón, crea una hoja de ruta que potencie tu productividad. Evita concretar metas imposibles, aquellas que te hacen avanzar al ritmo constante de la prisa.
2. Establece los momentos de descanso
El propósito de alimentar la motivación en un proyecto no se centra, únicamente, en el desarrollo de la actividad. Los momentos de descanso son decisivos para desconectar, ampliar la perspectiva y retomar las tareas con más creatividad. Incluso en esas jornadas que están marcadas por un horario muy exigente, debes hacer pequeñas pausas para potenciar tu bienestar. Durante esos instantes rompes con la dinámica previa, especialmente, si conectas con el presente.
3. Ten en cuenta tus propios ritmos personales
Existen algunos aspectos de un proyecto que pueden concretarse de forma más flexible en la agenda. Es decir, su horario no está determinado por un contexto específico, sino que puede ajustarse a partir de los propios ritmos personales.
Por ejemplo, identifica en qué horario te sientes más cómodo para llevar a cabo aquellos procesos que son más complejos. Aunque puede ser aconsejable abordar ese tipo de tarea a primera hora de la mañana, no hay respuestas definitivas al respecto. Es decir, tal vez puedas identificar un periodo distinto en el que te sientes más concentrado.
4. Revisa los objetivos alcanzados
Alimentas la concentración durante la realización de un proyecto cuando te centras en aquellas metas que debes atender a corto plazo. Es recomendable que hagas un seguimiento del proceso completo. Por ejemplo, revisa las metas de la nueva semana con la llegada de un nuevo lunes y realiza un pequeño repaso de los propósitos alcanzados durante los días previos.
Anota las cuestiones importantes, aunque creas que puedes recordarlas. La escritura, cuando se utiliza como un medio para potenciar la concentración en un proyecto, reduce la carga mental que tiende a aumentar con todos aquellos asuntos pendientes de llevar a cabo.
5. Sé amable contigo
Es importante no desconectar de uno mismo cuando la atención profesional se centra en un reto exigente. Cuidar la comunicación con los colaboradores o con el cliente del proyecto es muy positivo. Pues bien, si quieres mejorar la concentración en las diferentes fases del proceso que llevas a cabo actualmente, sé amable contigo.
Especialmente, en aquellos días en los que te cuesta centrarte en una tarea. Tal vez puedas conocer la razón por la que te sientes de ese modo o evitar que la situación se prolongue durante más tiempo. Por ejemplo, seguir una rutina es una sugerencia recomendada en la práctica. Pero, en ocasiones, es preciso hacer algunas variaciones para alimentar la motivación y hacer un cambio de perspectiva respecto al plan inicial.
6. Anticípate para evitar algunas interrupciones evitables
La concentración durante la realización de un proyecto se alinea con la planificación. Por ejemplo, anticipa esas causas que se convierten en un foco recurrente de interrupciones innecesarias. Encuentra una solución para impulsar cambios positivos en relación con esta cuestión.