El nuevo año es una oportunidad para poner el foco en los nuevos proyectos empresariales y profesionales. Sin embargo, también es posible empezar el nuevo ciclo sin tomar verdaderamente conciencia de lo que significa comenzar una etapa desde la planificación, la organización y la presencia consciente. En consecuencia, hay errores que emprendedores y autónomos cometen a principio de año e influyen en la evolución posterior de cada uno de los meses del calendario.
1. Deseos e ideas que se confunden con objetivos realistas
La lista de expectativas que el profesional deposita en el Nuevo Año pueden ser interminables. Hay muchas ideas que son prometedoras a nivel potencial pero no tienen la entidad necesaria para abordarse como objetivos realistas en el corto plazo. Pues bien, uno de los fallos frecuentes es confundir un deseo con una meta en sí misma. Para que el primero tenga la forma de un objetivo, debe cumplir varios requisitos. Debe estar formulado de manera temporal, concreta y específica.
2. Descuidar la planificación en sectores importantes
La planificación en empresas y proyectos profesionales puede abordarse desde distintas áreas. Sin embargo, es posible que algunos campos concretos queden en un segundo plano y pasen más desapercibidos (dando lugar a la improvisación y la falta de previsión en el cumplimiento de objetivos). Es posible concretar un orden de prioridades para determinar el nivel de inversión destinado a cada punto en función del presupuesto disponible. Pero conviene no minimizar la importancia que tienen áreas tan relevantes como la formación o el marketing, por ejemplo.
3. Seguir haciendo aquello que funciona (sin innovar para impulsar cambios)
Emprendedores y autónomos pueden enfocarse en seguir repitiendo aquellas acciones que, hasta el momento, producen resultados positivos. Es decir, pueden respaldar sus decisiones y rutinas con el valor de la experiencia previa. Sin embargo, en un entorno que cambia tanto como el actual, conviene ir más allá de esta perspectiva. Sencillamente, porque aquello que funciona ahora puede dejar de ofrecer resultados positivos a medio o largo plazo. Y la innovación y generación de alternativas incrementan la resiliencia frente al cambio.
4. Exceso de horas de trabajo (que no siempre se traducen en productividad)
Las largas jornadas de trabajo suelen acompañar a emprendedores y autónomos. Sin embargo, un elevado número de horas de implicación, planificación y dedicación no siempre se traduce en datos que respaldan la productividad. Las largas jornadas suelen reflejar una mentalidad rígida respecto al papel que como emprendedor o autónomo ocupa el profesional en un proyecto.
5. Estrategias que no están en sintonía con los objetivos marcados
Son muchos los procesos que emprendedores y autónomos completan a lo largo del año. A partir del mes de enero puedes poner en perspectiva algunos de ellos a través de los datos expuestos en el calendario. La armonía entre teoría y práctica es clave en el mundo de la empresa. Sin embargo, algunos errores se enmarcan en la falta de coherencia de determinada estrategia.
6. Poner el foco en el Nuevo Año (sin mirar más a largo plazo)
Evidentemente, al inicio de un nuevo capítulo del calendario, los doce meses que lo componen adquieren una especial relevancia en relación con la gestión, la organización, la financiación y la toma de decisiones. Sin embargo, empresas y negocios necesitan proyectarse más a largo plazo a través de un foco de atención que tiene en cuenta aspectos que no se centran en lo más inmediato. Es decir, las metas a corto plazo que se integran en el camino del 2024 pueden alinearse con otros retos y propósitos de futuro.
Emprendedores y autónomos no solo cuidan de forma especial el cierre de año, sino también el comienzo. En consecuencia, es aconsejable evitar algunos fallos habituales (como los descritos en el artículo).