El miedo en un proyecto de emprendimiento puede convertirse en un límite insuperable cuando se siente de forma extrema. Sin embargo, es posible gestionarlo a través de la inteligencia emocional y la presencia consciente para avanzar en un proyecto positivo. ¿Cuáles son los temores habituales que experimentan los emprendedores sin experiencia? En Empresariados mencionamos seis ejemplos.
1. Miedo a emprender en solitario
Es uno de los miedos habituales en este contexto profesional. Quien vive esa sensación cree que se sentirá más respaldado y apoyado en sus decisiones si lidera el proyecto en compañía de un socio. Desde esta perspectiva, emprender con un amigo, con la pareja o con la familia puede convertirse en una aparente solución para superar el temor inicial. Sin embargo, la determinación de emprender en compañía debe basarse en otros criterios.
2. Miedo a que los precios parezcan excesivamente caros
Establecer el precio de los productos y servicios es clave en cualquier negocio. Y es importante dar valor a los elementos que forman parte del catálogo para potenciar las ventas. A este respecto, conviene señalar que hay un miedo frecuente.
Por una parte, muchos emprendedores sin experiencia buscan otras alternativas antes de subir los precios. Temen que las tarifas establecidas puedan ser percibidas de forma negativa por el público potencial. Es decir, creen que esa medida puede propiciar la pérdida de clientes si estos consideran que las cifras son muy elevadas.
3. Miedo a las críticas y al qué dirán
El miedo a las críticas es más intenso en aquellas personas que prefieren pasar desapercibidas. Sin embargo, el emprendedor asume un compromiso elevado con su proyecto. De este modo, se implica en la visibilidad y en el posicionamiento de la propuesta que ha impulsado. También trabaja en su propia marca personal para potenciar una imagen valiosa.
Los emprendedores reciben la admiración de muchas personas. Es decir, pueden alimentar su bienestar interno con la motivación externa, el reconocimiento y el elogio sincero de otras personas. Pero también se exponen a las críticas (y el miedo al qué dirán es uno de los temores habituales).
4. Miedo a no estar a la altura
Es muy importante gestionar las expectativas ante el emprendimiento. De lo contrario, es posible sentirse desbordado por el miedo de no estar a la altura de aquello que los demás pueden esperar, pero también por el nivel de exigencia que el propio emprendedor deposita sobre sí mismo. No existe la perfección absoluta en el mundo de los negocios. Esta perspectiva es clave para relativizar el alcance del miedo a no estar a la altura.
5. Miedo a la incomodidad (cuando se analiza de manera negativa)
Solo necesitas darte tiempo para afrontar la incomodidad que puedes sentir durante la experiencia del emprendimiento. La incomodidad es un síntoma de que sales de tu zona de confort para innovar, arriesgar e impulsar un proyecto. Evidentemente, es una sensación que puede darse en varios grados de intensidad. Por ello, encuentra la fórmula que te permita avanzar en tu negocio sin sentirte desbordado por la incertidumbre.
6. Miedo a que el emprendimiento impacte negativamente en el futuro profesional o personal
Emprender produce consecuencias que pueden ser muy positivas a largo plazo. De hecho, el emprendedor suele fijarse en el potencial de su proyecto. Pero existe una realidad evidente: muchos negocios que abrieron sus puertas hace solo dos años, cierran ante la imposibilidad para seguir adelante. Desde esta perspectiva, surge un temor habitual: el fracaso en diferentes grados y expresiones. Es decir, nace el vértigo ante el impacto que la decisión de emprender puede generar en el plano profesional o personal.
Los miedos son frecuentes en el campo del emprendimiento. Aunque también destaca la resiliencia de los emprendedores para superarse.