Los obstáculos en el emprendimiento no solo pueden ser externos, sino también internos. El factor emocional forma parte de esta experiencia profesional. Por ello, existen dificultades que los emprendedores afrontan cada día.
1. Dificultad para desconectar del negocio
El negocio se convierte en una ocupación esencial para ese profesional. El horario de trabajo se extiende más allá de ocho horas diarias. El nivel de implicación de aquel que asume el riesgo derivado de este proyecto, hace que incluso en días de descanso, el profesional dedique algún momento a su negocio.
2. Preocupación
La ocupación muestra la actitud proactiva de los emprendedores en la toma de decisiones. Pero son tantos los asuntos que implican a la entidad de algún modo que, en algunos casos, también irrumpe la inquietud de las preocupaciones. Preocupaciones que tienen que ver con el futuro, pero que describen una posibilidad que puede darse a nivel potencial.
3. Soledad
El emprendedor puede sentirse desbordado en algún momento por la responsabilidad con la que convive. Incluso cuando cuenta con asesoramiento especializado, él debe tomar la última decisión. Y esta circunstancia puede incrementar la sensación de soledad.
4. Miedo al fracaso
La posibilidad del éxito forma parte de la expectativa inicial. Pero no es la única alternativa que existe en este contexto. El fracaso es un riesgo que no conviene ignorar. Y, en ocasiones, la derrota se anticipa más todavía a través del temor.
5. Cansancio emocional
La necesidad de descanso es esencial a nivel profesional. Sin embargo, existen distintos factores que influyen en el cansancio anímico: las dificultades para desconectar del propio proyecto plantean un obstáculo importante. A ello también se suma el estrés y las preocupaciones.
6. Perfeccionismo
Las habilidades para emprender se aprenden a través de la experiencia. Sin embargo, en ocasiones, el emprendedor se exige un nivel de acierto que no deja espacio al error.