El mundo empresarial es apasionante, pero también complejo. Especialmente, en un momento en el que el cambio es constante. Empresarios, emprendedores y autónomos tienen un aspecto en común: su implicación con la formación continua y el aprendizaje. Por ello, en Empresariados compartimos una selección de conceptos que se integran en este campo.
1. Core Business: cuál es el propósito del proyecto
El alma de una empresa que cuenta con una identidad perfectamente reconocible se diferencia con claridad de cualquier otro proyecto de la competencia directa. El core business engloba aspectos tan decisivos como el propósito de la entidad, la actividad que lleva a cabo y la misión que quiere cumplir.
2. Poder de negociación: implica a la empresa, los profesionales, los proveedores o los clientes
En el ámbito corporativo, un proceso de negociación puede alinearse con diferentes agentes implicados en la búsqueda de un acuerdo. Por ejemplo, la empresa, los profesionales que la integran, los proveedores con los que colabora o los clientes a los que ofrece sus productos y servicios. A través del poder de negociación es posible alcanzar un punto en común entre las partes.
3. Margen empresarial: influye en la rentabilidad y el beneficio
La evolución de una empresa también pone el acento de manera especial en aquellos números y datos que de forma objetiva describen la situación que atraviesa en un periodo concreto. Por ejemplo, un empresario puede diseñar una estrategia a largo plazo para incrementar los márgenes empresariales que, por otra parte, inciden directamente en la rentabilidad de la actividad llevada a cabo.
4. Saber hacer: el conocimiento en torno al cómo es clave en la empresa
A lo largo de su tiempo de vida, una empresa adquiere una experiencia valiosa que le aporta una perspectiva más clara sobre los pasos que debe dar para completar cada proceso. De este modo, puede llegar a diferenciarse en el mercado, hasta posicionarse por su especialidad en un ámbito concreto, gracias a un término clave: know how.
5. Liderazgo empresarial
Existen aspectos que son específicos de cada entidad en particular, pero también hay otros factores que resultan decisivos en cualquier proyecto. Y el liderazgo empresarial es un buen ejemplo de ello puesto que aporta cohesión, dirección, orientación, seguimiento y acompañamiento.
6. Estrategia corporativa para lograr objetivos realistas
Previamente hemos mencionado el valor del liderazgo empresarial en el contexto actual. Pues bien, conviene indicar que el acierto en la toma de decisiones o la evolución positiva de la entidad se sustenta principalmente sobre el poder de la planificación. Una planificación que se integra en diferentes estrategias corporativas que se alinean con distintos objetivos como, por ejemplo, elaborar un plan de crecimiento.
7. Departamento de innovación en la empresa
Hay diferentes tipos de departamentos y, aunque todos ellos trabajan de forma coordinada en una organización, cada sección cumple una función principal. Pues bien, la innovación es un factor necesario en negocios y empresas en la actualidad. Por ello, la creación de un departamento específico es clave para fomentar la investigación, la creatividad y el desarrollo de nuevas ideas.
8. Digitalización empresarial: el reto de las organizaciones en la actualidad
Las empresas completan diferentes procesos para evolucionar, crecer y posicionarse. La digitalización empresarial está muy vinculada con la tecnología, pero no deja fuera de la ecuación el factor humano. Es decir, el uso de las herramientas que hacen posible el plan de acción se alinea con el conocimiento.
El mundo empresarial está acompañado por una constante necesidad de aprendizaje que implica a empresarios, ejecutivos, líderes, expertos en diferentes áreas, proveedores y trabajadores. Una preparación que es decisiva para anticipar decisiones y tendencias (así como para potenciar la adaptación al cambio).