Cada trabajador puede hacer un uso responsable de los recursos que tiene a su alcance para poder cuidar también del medio ambiente. De hecho, hoy día, en muchos de los cursos que se imparten para trabajadores y desempleados en centros como FOREM se imparte un módulo sobre formación ambiental. Pues bien, muchas de las prácticas de ahorro energético que puedes llevar a cabo en casa, también las puedes aplicar en la oficina. En primer lugar, cada trabajador puede optar por ir al trabajo en bicicleta, paseando, usando el transporte urbano o compartiendo coche… Las ventajas también son positivas para ti: tendrás una vida más saludable, harás ejercicio físico, ahorrarás algo de dinero, y te sentirás activo desde un punto de vista físico y emocional.
Además, también es mejor hacer un uso responsable del papel. En este sentido, hoy día, ni siquiera es necesario usar folios cuando puedes hacer uso de las nuevas tecnologías. Por otra parte, cuando necesites escribir algo en sucio puedes aprovechar los folios también por la parte de atrás. Es decir, evita romper papel o tirarlo a la basura cuando todavía le puedes dar utilidad.
Por otra parte, también puedes programar tu ordenador para que esté en estado de ahorro de energía. Y además, conviene aprovechar al cien por cien la iluminación natural, algo que es muy posible, especialmente, en verano cuando los días son tan largos. Puedes comprar material de oficina que sea reutilizable. Evita comprar cosas que sólo permiten usarse una vez. Por ejemplo, los vasos de plástico para la hora del café. Pero además, en la empresa también debe haber papeleras específicas para cada tipo de material. De este modo, los trabajadores pueden reciclar de una forma activa. Por otra parte, utiliza los bolígrafos hasta que se gasten del todo.