Existen distintos tipos de empresas. Aquellas que tienen un fin social determinan objetivos cuyo cumplimiento no solo supone un crecimiento en calidad para la organización, sino también, para el entorno. ¿Cuáles son las características de los proyectos sociales?
Vocación humanista
El ser humano ocupa un papel destacado en organizaciones de estas características en las que la persona es una razón de ser tanto desde el punto de vista de los recursos humanos, como desde la perspectiva del consumidor. La atención personalizada es un valor diferencial de este tipo de organización.
Desarrollo social
Estas empresas observan las necesidades del contexto en el que operan y asumen su propio compromiso para favorecer causas que tienen un fin constructivo. En la base de esta realidad se encuentra la misión ética de entidades en las que los valores no son solo un referente teórico, sino también una inspiración para el obrar. Por tanto, las acciones sociales definen a entidades de estas características. Por ejemplo, el cuidado del medio ambiente.
Cuidado de los empleados
Los trabajadores son muy importantes para una empresa social. El clima organizacional adquiere un valor diferencial en un proyecto de este tipo. Por ello, los líderes de la organización promueven fórmulas que favorecen una óptima experiencia laboral por medio de un incremento del salario emocional.
Una nueva perspectiva económica
Estas empresas están cada vez más afianzadas en la sociedad y muestran una nueva manera de entender lo económico como una realidad que tiene una esencia que se enmarca en el plano de un contexto de comunidad.
Búsqueda de beneficio económico
El componente de los resultados económicos también es visible en un tipo de organización de estas características. Sin embargo, este crecimiento tiene su centro en una metodología de trabajo de colaboración constante.
Por tanto, las empresas sociales inspiran el valor de un concepto humano del éxito.