El proyecto de emprender requiere de una decisión meditada. El potencial emprendedor puede buscar consejos y recomendaciones en su entorno próximo. Sin embargo, no debe delegar su decisión definitiva en alguien externo. En Empresariados te damos las claves para profundizar en torno a esta cuestión.
1. ¿Cómo te hace sentir la idea de emprender?
En cualquier comienzo de etapa se producen expectativas que dejan una huella en el ánimo. Emprender es un proceso complejo. Pero el nivel de dificultad aumenta cuando el profesional siente que se encuentra ante una iniciativa que le desborda. Por tanto, observa qué emociones y sentimientos experimentas cuando te visualizas emprendiendo.
2. ¿Qué razón es la definitiva para emprender o para evitar la experiencia?
La elaboración de una lista con los motivos para emprender y las razones para no hacerlo es un ejercicio que te ayuda a profundizar en tu motivación interna. Pues bien, en esa lista es posible que identifiques un factor que sea determinante para dar el paso. Aunque también puedes encontrar una clave definitiva que te lleve en la dirección opuesta.
3. ¿Qué le dirías a alguien que estuviese en tu situación?
El lugar desde el que observas la situación ofrece una perspectiva concreta. Por ello, intenta analizar el asunto con una mayor distancia: externaliza la historia. ¿Qué te gustaría decirle a una persona que se encontrase en tu misma situación? Imagina que es alguien a quien conoces de verdad. ¿Qué mensaje te gustaría transmitirle?
4. Analiza la situación de forma flexible
La conclusión a la que llegues remite a este momento y al presente a medio plazo. Pero intenta no extraer conclusiones absolutas que hagan referencia a «siempre» o «nunca».
5. Analiza la viabilidad de la idea
Visualizar una idea de negocio no es sinónimo de emprender. Tal vez esa expectativa no sea viable en la práctica. Por ello, comprueba si ese proyecto es realista a nivel potencial.