Existen actitudes observables en aquellos emprendedores que proyectan su carisma a partir de este rol asumido libremente. ¿Cuáles son esos rasgos, habilidades y características frecuentes?
Personas con iniciativa
El emprendimiento supone un riesgo que solo puede minimizarse a partir de la propia capacidad proactiva de quien es generador de su propio desarrollo personal. El emprendedor toma decisiones desde el principio: elige una idea y busca los medios para llevarla a cabo.
Creatividad frente a la rutina
Muchos emprendedores no se sienten identificados con una filosofía de vida previsible en donde sus funciones profesionales siguen un patrón recurrente. En la vida de un profesional que trabaja por cuenta propia también existe una base de acciones periódicas, sin embargo, el emprendimiento permite romper con esa rutina gracias a la evolución constante del mercado, la naturaleza individual de cada cliente que no puede observarse desde la generalidad y la flexibilidad de tiempo.
Autoestima alta
Es difícil montar desde cero un negocio si la perspectiva personal del protagonista es la de alguien limitado por las inseguridades de una autoestima baja. Los emprendedores con autoestima alta son aquellos que observan su propia capacidad, más allá de las dificultades del entorno. Creen en su visión y cumplen con su misión.
Pragmatismo
El emprendedor convive con decisiones constantes en torno al cómo, el dónde y el cuándo. Concreta los objetivos para buscar el modo de llevarlos a la práctica. Es una persona resolutiva con capacidad de gestión, organización, planificación y síntesis.
Compromiso
El trabajo por cuenta ajena propicia una mayor movilidad laboral cuando, por ejemplo, un trabajador deja un puesto porque le ha surgido una oportunidad mejor. Sin embargo, el emprendimiento supone un compromiso que es inherente al propio éxito del proyecto. Es decir, sin esa actitud, es imposible que esa idea inicial crezca y evolucione porque el trabajo tarda en dar sus frutos.
Y lo más importante creo que tiene que ser la actitud del emprendedor frente a las personas, bien sean empleados o posibles clientes, si lo que irradias es una cara de amargado, difícilmente tendrás éxito
Exactamente, uno tiene que estar radiante no importa cuantos problemas se tenga , tenemos que ser profesionales y tener en cuenta nuestro trabajo y a las personas con las que trabajamos y nos relacionamos diariamente. Ser amables y cumplir al pie de la letra nuestro trabajo satisfaciendo las necesidades de los clientes :3