La gestión empresarial no solo conduce al cumplimiento de los próximos objetivos, sino también a la reflexión en torno al camino realizado. Existen errores que conviene evitar en este contexto.
1. Tomar decisiones de manera reactiva
Existen momentos en los que puede darse esta forma de respuesta ante la realidad. Sin embargo, lo verdaderamente importante es que dicha gestión sea la expresión de decisiones tomadas de forma proactiva que crean condiciones favorables para el desarrollo de nuevas oportunidades.
2. Falta de dirección clara
Este horizonte incierto no solo puede estar causado por la falta de metas a corto, medio y largo plazo. También puede ocurrir que un propósito esté bloqueando la gestión empresarial al no haber sido planteado de manera realista. Existen propósitos que, por cómo están formulados, no describen una meta temporal sino un deseo.
3. Falta de innovación
Las acciones similares que se prolongan en el tiempo producen resultados previsibles. Pero puede ocurrir que algo haya funcionado hasta un momento determinado y dé lugar a una situación de estancamiento en un escenario más reciente. Permanecer en la zona de confort es un error porque los cambios son constantes en la realidad.
4. Poca inversión en recursos tecnológicos
La gestión del talento es importante en este contexto. Pero, a su vez, los profesionales también deben contar con los recursos necesarios. La técnica es esencial en un momento en el que las empresas afrontan su transformación digital o ya han vivido este proceso.
5. Aplazar tareas importantes
El futuro se convierte en un horizonte indeterminado cuando el protagonista aplaza de manera recurrente aquellas decisiones que puede abordar en el corto plazo. En ausencia de esta determinación, el plan realizado previamente no se concreta en la práctica. Pues bien, este es uno de los errores habituales: no trasladar al ámbito de la experiencia el guion previsto.