El pensamiento es muy importante no sólo para enfocar bien un negocio sino también, para tener una buena higiene mental y buena salud. Existen formas de pensar que son totalmente dañinas para cualquier emprendedor.
Visión catastrófica
La visión catastrófica es la culpable, en parte, de que muchas personas que tienen una buena idea en mente no se animen a emprender porque en su miedo a lo que puede pasar llegan a imaginar incluso, situaciones de ruina económica. En este tipo de situaciones es fundamental tomar conciencia y parar la mente en el ahora.
Falta de equilibrio
Se rompe el equilibrio de la objetividad cuando un emprendedor exagera de forma desmedida lo positivo y resta valor a lo negativo. Pero también puede suceder que un emprendedor minimice el valor de las cosas que sí funcionan y dramatice los aspectos que deben corregirse.
El juicio crítico
El juicio crítico que se muestra en una constante sucesión de debería, nos hace vivir más en el plano de las hipótesis que de la realidad. Por mucho que creas saber qué hubiese pasado actuando de otra forma, en realidad, es imposible saberlo. Piensa que siempre has tomado tus decisiones de acuerdo a tu madurez del momento y a las herramientas que tenías en esa etapa.
Este error deriva de otro pensamiento autodestructivo que es el de querer ser un experto en todo y acertar siempre. Aspirar a una perfección imposible muestra un grado de exigencia que pesa demasiado sobre la espalda.
La culpa
En el ámbito empresarial, es mucho más saludable asumir el concepto de responsabilidad en vez de la culpa que es tóxica a nivel mental cuando se utiliza en el contexto equivocado.
El pensamiento negativo crónico
Una forma de pensamiento autodestructivo posible en el ámbito del emprendimiento es la que se basa en el pensamiento negativo crónico y recurrente.